Bicentenario de la Policía Nacional: una realidad histórica pese a opiniones sin documentar 

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El día 14 de este mes apareció en “Tribuna Benemérita al día” una carta al director, cuyo enlace pongo en una nota[1]. Su autor es José Luis González Borrero, capitán jubilado de la Guardia Civil. Quiero que mis lectores sepan de qué va esta contestación y sus porqués. Si lo leen –háganlo antes de seguir-, comprenderán mucho mejor estas líneas. Pero, evitaré sus insultos, que comienzan desde el mismo título, porque, como decía Sócrates, si un asno te da una coz, no le respondas. Te pondrás a su altura. Me contentaré, pues, con desvelar  toda mentira[2] hallada en cada una de las partes de esa carta.

La primera se refiere a su argumento, convertido en leiv motiv, basado en el Real Decreto de 4 de octubre de 1835. Por tres veces, afirma que la policía fue suprimida  por inútil. ¿En qué parte de ese Real Decreto buscaremos si esa afirmación es verdadera? En primer lugar, en su título, lógicamente. Vayamos, pues, a ver qué dice, según lo anuncia la Gaceta de Madrid, al hacer la búsqueda: “Real Decreto suprimiendo la Superintendencia General de Policía”. De momento, no hemos encontrado nada. Sigamos con la exposición de motivos, a ver si hay algo más de suerte: “Como quiera que la experiencia haya demostrado la inutilidad de la superintendencia general de policía, después de establecido el ministerio de lo Interior de vuestro cargo, y que, por otro lado, sus dependencias demasiado costosas, aumentan más que conviene los gravámenes públicos, en nombre de mi augusta Hija y, sin perjuicio de las reformas de que os estáis ocupando”. ¡Maldición! La Superintendencia General es inútil, porque sus competencias van a ser atribuidas íntegramente al Ministerio de lo Interior. ¿Dónde se encuentra algo referido a la inutilidad de la Policía o a que la Policía es inútil? En la exposición de motivos, tampoco, ni se anuncia su supresión, sino todo lo contrario, que eso no debe ser obstáculo para “las reformas de que os estáis ocupando”. O sea, que se anuncian reformas en la Policía, no su supresión. Luego, se está transmitiendo, a sabiendas, una lectura incorrecta de esta exposición de motivos, alterando gravemente el contenido de este Real Decreto.

Pasemos al contenido de su articulado, no sea que se nos haya nublado la vista. “Art. 1º: Queda, desde la publicación  de este decreto, suprimida la superintendencia general de policía, creada en virtud del de 8 de enero de 1824”. ¿Cuál es el complemento directo de queda suprimida? O estoy ciego, o no veo a la Policía por ninguna parte. ¿Dónde dice que ha sido suprimida la Policía? En la imaginación de nuestro ilustre maestro. La cosa no acaba aquí, el artículo 2º dice textualmente: “Los gobernadores, en vez de entenderse como hasta aquí con la superintendencia en los asuntos de su ramo, lo harán en lo sucesivo directamente con el ministerio de vuestro cargo”. No hay que ir a Salamanca para comprender que los encargados directos de la Policía iban a ser, desde ese mismo momento, los gobernadores civiles en cada una de las provincias y tendrían que despachar todos los asuntos relacionados con la Policía con el Ministro. Luego, en este artículo tampoco se suprimía la Policía.

¿Podría ser en el artículo 4º? Este decía: Bajo la misma dependencia y dirección, y con la misma calidad de interina, se establecerá para la corte y su provincia una subdelegación especial de policía”. ¡Rayos y truenos! Promete un régimen especial para Madrid. El artículo 5º -y último-, se refiere a los empleados que iban a quedar cesantes y que pertenecían en su totalidad al organismo suprimido: la Superintendencia General de Policía, que es el único que se suprime en este Decreto.

O sea, resumiendo, nuestro ilustre maestro afirma algo que no está en el texto del decreto. Cosa que solamente tiene un nombre: mentira y gorda. ¿Dónde ha quedado el respeto al texto aparecido en la Gaceta?  (¡¡¡ja,ja, ja, ja, ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja!!!).

Vamos con la segunda parte.  La fundación de la Policía es anterior a la de la Guardia Civil. La explicación para una investigación que dura desde el año 1982 hasta hoy es abracadabrante. Parte del error de creer que fue una respuesta al 150º aniversario de la creación de la Guardia Civil. El primer libro que publiqué fue “Origen y creación de la policía española” en…1983. Once años antes de que se celebrara. Publiqué tres libros más antes de ese 150º aniversario y terminé de redactar en 1993, tras once años de trabajo, mi obra “La policía en la historia contemporánea de España: 1766-1986”, que por ciertos avatares no se publicó hasta 1995. ¡De todo lo cual se deduce que mi preocupación por la celebración del 150º aniversario de la Guardia Civil fue prematura y, sobre todo, repentina. ¡La demostración está en que mi investigación comenzó once años antes de que ocurriera ese evento!

Fui profeta y adivino de lo que iba a pasar. Fue, como se puede, comprobar, una idea repentina, que ocurrió como una iluminación divina (ja ja ja  ja ja ja). En el año 2000 el Ministerio del Interior me pidió hacer una segunda edición, la que nuestro ilustre maestro está manejando, cambiándole el título por el de “Documentos fundacionales de la policía”. Es cierto, por aquellas fechas, estaba en aquel destino, pero el maestro en letras no sabe que en él permanecí durante veintiocho años. No dice que el artículo que cita fue publicado por COMMA, la revista Internacional de Archivos, en la que él debe estar harto de publicar.

Explica el ataque de “El País” al 175º aniversario de la Policía Nacional. Se limita a publicar el artículo en que se ataca. De mi contestación no dice ni palabra.  No le ha debido de gustar nada, como le pasó al periódico. Desmentía de plano todas las afirmaciones del profesor Cullá (quien, por cierto, anteriormente había tenido sus más y sus menos con el Ministerio…). De mi contestación no dice ni palabra. Hurta a sus lectores información relevante. ¿Por qué será?

Pasemos a la tercera  parte: la continuidad histórica de la Policía.  Lo de la supresión de la policía en 1835 ya está contestado.  Vamos, pues, con otro párrafo: “Fueron tres años en 1868, no tres meses, hasta que se creó el Cuerpo de Orden Público, que por cierto no salió de Madrid en su corta existencia?” Tenemos suerte, porque, en esta ocasión, no cita ningún decreto ni se ha molestado en leer la Gaceta de Madrid, tampoco mis dos últimos artículos en H50 que hablan de este asunto. El Cuerpo de Orden Público – no las Juntas de Orden Público de distrito que nada tienen que ver en esta historia- se fundó  en diciembre de 1868[3] para prestar servicio únicamente en Madrid, por el gobernador civil Moreno Benítez. Fue una consecuencia de la supresión del Tercio de Madrid –la Guardia Civil Veterana, como se le seguía conociendo popularmente- el 20 de octubre de ese año[4].  No se suprimió el Cuerpo de Vigilancia en ninguno de los lugares en que estaba actuando. En 1870[5] lo que sucedió fue que se fundieron ambos cuerpos en Madrid, se militarizó y se le cambió el nombre al de Vigilancia por el de Orden Público. Muy poco tiempo después, se extendió esta denominación a toda España[6], como ha ocurrido tantas veces en el siglo XIX. Se publicaron en la Gaceta el día 7 de julio de 1870 todas las plantillas de España de ese Cuerpo. Su militarización se redujo a su régimen interno únicamente en 1871[7] (la reforma de Sagasta) y fue desmilitarizado completamente en Madrid por Ruiz Zorrilla en 1872[8]. En el resto de las provincias la militarización no se pudo llevar a cabo debido a los enormes costes que hubiera supuesto dotarle de acuartelamiento adecuado para su reducido número de miembros. La afirmación de que el Cuerpo de Orden Público solamente actuó en Madrid, resulta que no es verdadera. Gaceta de Madrid dixit… (ja ja ja ja ja ja ja ja ja, dedicado al que mejor lee la Gaceta de Madrid, salvo cuando se la salta)

Finalmente, hablemos de la fundación de la Policía en 1908. La afirmación de que  “hasta 1999 todos los policías de la época, tenían muy claro que se fundó con criterios de continuidad el 29 de febrero de 1908, es decir que hoy tienen 115 años de antigüedad” es una invención de nuestro ilustre maestro, que no está respaldada en ninguna encuesta ni en ningún documento. Habrá salido de su caletre, como la de que el 90% de las actuaciones de la Policía durante el reinado de Fernando VII tuvo carácter político. Respecto a lo primero, cuando ingresé en 1972 y fui destinado a Bilbao, al año siguiente,  pregunté a los más antiguos de mis compañeros por este tema. Ninguno de ellos me supo dar referencias más allá del Cuerpo de Investigación y Vigilancia o del de Seguridad. Destinado en Madrid en 1976, hice esa misma pregunta a muchos compañeros antiguos, y ninguno me supo responder gran cosa. En cuanto a la policía durante el reinado de Fernando VII, sería conveniente que le echara un vistazo al manifiesto del Marqués de las Amarillas, cuando tomó posesión de su cargo como Subdelegado Especial de Policía en Granada, para saber de primera mano quién intentaba politizar a la policía[9] . De los cerca de doscientos legajos existentes en el Archivo Histórico Nacional no hay ninguno que respalde esa afirmación. Espero que diga en qué documentación se ha basado para hacerla. Si no logra presentar esa documentación, se hará patente que esas dos afirmaciones son falsas.

En cuanto a ley de 27 de febrero de 1908, es un problema grave que pretenda saber sobre esto, más que el mismísimo Juan de la Cierva, el impulsor de esa ley o Gabriel Maura, hijo del presidente del Consejo de Ministros. El primero escribió lo siguiente en su autobiografía, “Notas de mi vida”: “Los que actuaban eran hombres de grueso bigote y grueso palo. Lo había utilísimos, porque conocían a todos los ladrones, mecheros, timadores, golfos y maleantes; y cuando el Gobernador exigía que se descubriera un delincuente, se descubría y se recuperaba lo robado”[10]. El segundo, Gabriel Maura, escribió en el prólogo de un libro lo siguiente: “Mientras fue la policía clientela reclutada por el favor, gobernada por la incoherencia y sometida a la injusticia, no faltaron ministros, ni jefes dignísimos que la dirigieron, ni fieles, inteligentes y probos funcionarios; pero la pésima organización desalentó a unos, ahuyentó a otros y frustró los nobles afanes de todos”[11].

Por mi parte, solamente quisiera plantear cinco cuestiones: 

 La primera: la Ley de 27 de febrero regulaba únicamente el estatuto de personal de los Cuerpos de Vigilancia y de Seguridad. ¿Cómo se podría redactar un estatuto de personal de la policía, si, al ser promulgada esa ley, no existían policías? ¿A quién se le aplicaría ese estatuto?

La segunda: en el artículo 6º de esa Ley, se regulaba un examen, que se llamó de continuidad o de continuación. ¿Cómo es posible que a ese examen solamente pudieran concurrir los que estaban en activo en el Cuerpo de Vigilancia?

La tercera es algo más peliaguda: hubo varios decretos entre 1905 y 1907 que regularon la organización de la policía. A su vez, esta mantenía las pautas marcadas en el R.D. de 4 de octubre de 1835.  Esa ley orgánica no se ocupó de este asunto para nada, hasta el punto de que no le dedicó ni una sola línea. ¿Cómo se pudo crear una institución de nueva planta con una organización que permanecía desde 1835 y mantenía la de varios Reales Decretos de 1905 y 1906, anteriores a ella?

La cuarta. En la ley se reconocían como motivo de ascenso  los méritos y la antigüedad. De hecho esta disposición se les aplicó a los que aprobaron el examen de continuación. Más aún: también se benefició de esta disposición José Ramos Bazaga, inspector, natural de Antequera, que aprobó la oposición libre, porque estaba cesante. Junto con otros policías, solicitaron del Ministerio de la Gobernación el reconocimiento de los méritos y de la antigüedad y les fueron reconocidos por una Real Orden[12]. ¿Cuándo habían contraído esos méritos y esa capacidad este señor y sus compañeros, si, cuando aprobaron la oposición en 1909, llevaban como mínimo de dos años cesantes? ¿Se le había reconocido que habían sido policías antes de que se fundara la policía?

La quinta, los que vivieron esa etapa, describieron el proceso iniciado en 1905 de otra forma muy diferente a que la policía hubiera sido creada por la Ley Orgánica de 27 de febrero de 1908, porque, de lo contrario, ninguno de ellos hubiera escrito una mentira tan grande como la de Vd.: “El cuerpo de Vigilancia, institución oficial, llegó a convertirse con la reorganización del señor La Cierva, en una institución nueva, puesto que para ello empleó materiales nuevos de buena calidad, aprovechando del antiguo edificio los que resultaron en condiciones adecuadas de resistencia y belleza, en virtud de lo cual pudieron hacerse homogéneos con los de nueva adquisición.”[13]. La revista “El Museo Criminal” –pro Guardia Civil le dedicó una portada a Juan de la Cierva, y como pie decía: “reorganizador de la policía”. ¿Qué policía reorganizó la Cierva? Seguramente la de Patagonia, la de Conchinchina o la de “El Dorado”.

Quiero terminar, sin embargo, felicitando efusivamente al director de Tribuna Benemérita, porque ha escogido la mejor imagen posible para presentar a sus lectores esta carta: la de Pinocho. No pudo hacer elección más acertada ni menos engañosa de lo que se   encontraría en el texto insertado a continuación. Solamente tengo que poner una pega: tal acumulación de mentiras, hubiera merecido un mayor alargamiento de la nariz de este personaje, que, a mi parecer, se ha quedado muy corta. Para hacer más placentera la lectura, le ha faltado hacer una recomendación musical. La canción elegida para acompañamiento sería, sin duda alguna, la canción “Vamos a contar mentiras”. Más que nada, porque es la más adecuada a Pinocho, y por su letra, ya que aquello de que por el mar corren las liebres, y por el monte las sardinas, tiene muy poco que envidiar a las que se contienen en esta carta al director. Se conseguiría hacer visualizar que Pinocho y “vamos a contar mentiras” son su mejor resumen.

[1] https://benemeritaaldia.es/cartas-al-director-quien-ha-sido-el-autor-del-falaz-bicentenario-de-la-policia-nacional-jose-luis-borrero.

[2] ¿Qué entendemos por mentira?  “Cosa que no es verdad” y sus sinónimos, embuste, engaño, invención, falsedad, patraña, infundio, falacia, calumnia, ficción, enredo,  falsificación, novela, cuento, trola, bola, engañifa, mendacidad. Diccionario de la Real Academia.

[3] El 1 de abril de 1869 se publicó el “Manual para el servicio de Orden Público”.

[4] Gaceta de Madrid, 22 de octubre de 1868.

[5] Gaceta de Madrid, 3 de junio de 1870

[6] Gaceta de Madrid, 7 de julio de 1870. El Real Decreto, del día 2 del mismo mes.

[7] Gaceta de Madrid, 29 de marzo de 1871.

[8] Gaceta de Madrid, 29 de junio de 1872.

[9] Como veo que esto lo oculta, lo tapa, lo esquiva, aquí tiene la referencia: La Revista Española,2-11-1832.

[10] Citado por La Policía española, nº 11, noviembre de 1962. “El medio siglo de la Dirección General de Seguridad”.

[11] Proemio al libro “Consultor de Policía, Estudios Jurídicos”, de Emilio Casals de Nis. Madrid, 1913.

[12] La Policía española, nº 793. 1 de marzo de 1910

[13] La Policía española, 16 de agosto de 1912. Nº 870. “Al derrumbamiento”.

Martín Turrado Vidal

3 comentarios en “Bicentenario de la Policía Nacional: una realidad histórica pese a opiniones sin documentar 

  1. Menuda gilipollez de artículo. Puestos a inventar, que sea el 2000 aniversario. Sois más recientes que la policía municipal de Barbate.

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