El silencio de los corderos

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Pedro Sánchez prorroga estado de alarma
Fuente: Moncloa
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Se aprobó la sexta prórroga del Estado de Alarma, que es un Estado de Excepción encubierto. Es decir, la continuación de la restricción o prohibición de nuestros derechos y libertades individuales y colectivas. El control de nuestra libertad. Así, los partidos políticos cómplices han decidido seguir cambiando nuestra libertad por más poder o dinero, no por el bien de España. Antepusieron sus propios intereses al bien común. Se prorrogó una nueva indecente intromisión en nuestra libertad. Pero, no solo se aprobó dicha prórroga, vamos hacia una excepcionalidad permanente.

Me explico, la democracia en España va a estar hibernada, para eso vale la sexta prórroga del estado de alarma, como bien dijo Carlos Herrera, dado que en el Consejo de Ministros del día 9 se aprobará un nuevo Real Decreto, que entrará en vigor el próximo día 22 de junio en el que se recogerán limitaciones, restricciones y prohibiciones de todo tipo, que tendremos que seguir cumpliendo mientras no haya una vacuna o tratamiento terapéutico eficaz, por lo que Sánchez seguirá ostentando poderes excepcionales “sine die”. Es decir, seguiremos igual que hasta ahora, con algún refrigerio por comportarnos bien, con ese autoritarismo impuesto desde mediados de marzo que tiene a nuestras libertades secuestradas y, así, el gobierno ya se habrá blindado de las movilizaciones, ayudado por el seguidismo de la caja tonta, que convoca a millones de espectadores para consumir lo que ellos determinan. Es el plan B que siempre negaron, que de facto mantendrá de forma permanente gran parte de las medidas de prevención, contención y coordinación del estado de alarma.

Sánchez fue más lejos y siguió defendiendo la manifestación feminista al gritar en el Congreso  “¡Viva el 8 de marzo!”, incluso fue muy aplaudido. Es un insulto, una vejación y una deshonra para los muertos y contagiados, es tanto como gritar viva la enfermedad y viva la muerte. También dijo “La alarma es un instrumento del Estado, no del Gobierno. Todas las libertades han persistido salvo la libertad de contagiar”. Debió referirse a la suya, no a las libertades de los hombres y mujeres españoles, que arbitrariamente le han sido arrebatas, hecho más propio de estados autoritarios como Venezuela. Así las cosas, España (81,02 de restricciones) es junto a Chipre (82,41) el país de la Unión Europea con mayor número de restricciones aún vigentes (donde cero indica el menor número de restricciones y cien el mayor), según la Universidad de Oxford en su herramienta actualizada día a día con las limitaciones en vigor en cada país por la crisis del coronavirus, que retrasará la recuperación económica y debilitará el consumo.

Más allá de la excepcionalidad permanente, el pasado miércoles Sánchez, para tratar de justificar las purgas en la Guardia Civil, dejó algunas frases más que preocupantes que nos llevan a la inseguridad en el futuro de nuestra democracia y sus instituciones, que siempre tienen que impedir que se violenten las costuras del Estado de Derecho. Así, Sánchez aseveró “que el ministro del interior está destapando toda esta mal llamada policía patriótica y colaborando con la justicia”. Días antes, ya había dicho que la Guardia Civil era “un cuerpo de seguridad muy complicado”. A tal respecto, debemos recordar que el día anterior había salido a la luz una nota reservada de Interior, firmada por la Directora General de la Guardia Civil, donde se afirma que el cese del Coronel Pérez de los Cobos atiende a las investigaciones de los agentes en su calidad de policía judicial. Vamos, no fue cesado por falta de confianza, sino que el motivo real fue el no haber dado cuenta al Ministro del Interior de las actuaciones e investigaciones de los agentes de la Benemérita, en calidad de policía judicial, seguidas por el Juzgado nº 51 de Madrid, cuya titular es la Magistrado Juez Doña Carmen Rodríguez Medel, instrucción judicial que atañe al Gobierno del que forma parte y en las que figura en calidad de investigado el Delegado del Gobierno por la autorización de la manifestación del 8M. El conocimiento de dicho escrito reservado provocó una crítica unánime de las asociaciones profesionales de los jueces por la injerencia del Ministerio del Interior en las investigaciones judiciales, vulnerando el principio de separación de poderes. También fue contestado de forma contundente por todas las asociaciones profesionales de la Guardia Civil. El presidente del Partido Popular lo calificó de “caza de brujas. A tal respecto, dichos hechos podrían ser constitutivos de los delitos de inducción a la revelación de secretos, obstrucción a la justicia y prevaricación, al violar los artículos 117 de la CE, el 550 de la Ley del Poder Judicial y el 34 de la Ley de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

Si lo antedicho no fuera ya suficiente, el día 4 de junio destacados miembros de Unidas Podemos señalaron que en las Fuerzas de Seguridad del Estado existe una cloaca de signo reaccionario, connivente con la ultraderecha y dispuesta a actuar contra el Gobierno. Curiosamente, el mismo día el ministro de consumo, Alberto Garzón, en los desayunos de TVE, dio por hecho que puede haber elementos reaccionarios dentro de las Fuerzas de Seguridad del Estado que asuman como propio el discurso  que invita al golpe de estado. Esta teoría de la mentira oficial fue también alimentada el mismo día por el presidente del grupo parlamentario de Unidas Podemos, Jaume Asens, que dijo “lo más peligroso es la actuación de un grupo de agentes de la Guardia Civil para desestabilizar al Gobierno”. Menos mal, que la Ministra de Defensa, Margarita Robles, descartó cualquier indicio de que en la Guardia Civil haya prendido la semilla de la revuelta, diciendo “Lo digo con toda claridad y sin complejos; lo único que he encontrado ha sido preparación, compromiso con España, formación, defensa de los derechos constitucionales, de las libertades y proximidad con los ciudadanos, incluidos los más vulnerables”. Sirvan estas valientes palabras de la Ministra, que suscribo íntegramente, como el mejor reconocimiento y defensa que puede y debe hacerse de esta Institución, que sí es patriótica, pero no servil.

Asimismo, las diferentes asociaciones de la Guardia Civil expresaron su preocupación para la democracia que un ministro del gobierno haya realizado este tipo de declaraciones y abogaron por la neutralidad política de esta institución y la defensa de la democracia en su seno. También, en este caso, los principales sindicatos policiales, hasta ahora silentes en esta grave crisis, manifestaron a modo de resumen, que dichas declaraciones suponen el último episodio de una peligrosa estrategia, calificándolo de un ataque abyecto, al hablar de espionaje y golpismo. Dicen que es una mentira gruesa y supone la politización de todos los espacios públicos, con traspaso de una línea roja, ya que España cuenta con una policía civil, democrática, moderna y estas declaraciones dañan a la democracia y a las instituciones. Señalaron también que los cuerpos policiales están siempre al servicio de los ciudadanos, de las instituciones, de la libertad y de la democracia.

Entonces ¿Quién está interesado en esta provocación, en tratar de desestabilizar intencionadamente nuestra democracia, poniendo en riesgo nuestra libertad?

Desde luego, no son la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía. Si quieren encontrar a golpistas los tienen a su lado como socios parlamentarios. Por cierto, no debemos olvidar que el Coronel Pérez de los Cobos fue el Jefe del Operativo Policial del día 1 de octubre evitando que el intento de golpe de estado triunfara y, a la vez, el testigo clave en el juicio a los golpistas, que por su crucial testimonio fueron finalmente condenados. Los ciudadanos deben sacar sus conclusiones. Deben pensar. Este proceso cada vez más se parece al protagonizado por el chavismo al que tanto alaban algunos miembros del gobierno. Recordemos que Hugo Chávez, militar, antes de llegar al poder, intentó en dos ocasiones dar un Golpe de Estado en la República Democrática de Venezuela (el 4 de febrero y el 27 de noviembre de 1992).

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Se están cargando nuestra democracia, vulnerando nuestra Constitución y el pueblo acobardado, no reacciona. Realmente, ¿Somos imbéciles? ¿Somos como un rebaño silencioso de corderos? Si así fuese, seríamos como ellos quieren, corderos conducidos y adormilados por los partidos que nos gobiernan con la complicidad de los que les apoyan. Vamos camino de una involución democrática, que controle nuestros derechos y libertades de forma permanente La sociedad española si quiere recuperar la democracia real, la auténtica, debe despertar de su letargo para poder mirar hacia atrás con orgullo.

Autor: Manuel Novás Caamaño – abogado

 

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