Toque de queda

El pasado 28 de abril el Gobierno aprobó el denominado “Plan para la Transición hacia una Nueva Normalidad” con la supuesta finalidad de levantar las limitaciones establecidas en el Estado de Alarma, que es un Estado de Excepción Encubierto, pues limita, suspende, incluso prohíbe el ejercicio de derechos fundamentales. Así, el gobierno lo que pretende, sin concreción y con  clara indefinición, es graduar la salida del desconfinamiento  decretado el 14 de marzo, mediante un proceso de cuatro fases, sin exteriorizar unos criterios sanitarios objetivos para pasar de una fase a otra. Además, el gobierno no hace públicos los nombres que componen el Comité técnico de expertos, al que está obligado por dos Leyes, Ley 33/2011, de 4 de octubre, General de la Salud Pública, artículo 11. II, y la Ley 29/2013, de 9 de diciembre, de Transparencia, Acceso a la Información Pública y Buen Gobierno, artículos 6, 14 y 15. Una falta de transparencia.

El desconcierto de la desescalada, entre otras medidas, ya sucedió con la salida limitada de los niños y mayores sometida a sucesivas correcciones. Como también con el porcentaje de aforo en las terrazas de los bares, primero del 30 % y después del 50%, incluso llegando a decir la ministra a sus dueños “que el que no se sienta cómodo, que no abra”. Dichas medidas no hacen más que crear confusión y preocupación en los ciudadanos, autónomos y empresarios sometidos a sus constantes rectificaciones. Aún más, se desconoce por qué no se han reanudado los sorteos de las loterías y apuestas del Estado, Once, etc., que proporcionan ingentes ingresos al Estado, ingresos que podrían dedicarse a los más perjudicados y necesitados por esta pandemia.

Pero, debemos insistir que el Plan hacia la Nueva Normalidad, como dijo nuestro gran Rafa Nadal -yo quiero mi antigua normalidad-, tampoco está amparado por nuestra Constitución, dado que el Estado de Alarma del que dimana no permite la privación de derechos fundamentales, como la libertad de movimientos del art. 19 de nuestra Carta Magna, además supone un insultante “TOQUE DE QUEDA” al prohibir o restringir la libre circulación de personas por las calles de una ciudad y/o permanecer en lugares públicos.

A tal respecto, pongamos unos ejemplos ¿Por qué los ciudadanos mayores de edad no pueden pasear o hacer ejercicio desde las 23 horas hasta la 6 de la mañana, cuando en dichas horas todavía hay menos riesgo de contagio? ¿Por qué los ciudadanos mayores de edad no pueden permanecer en las terrazas o, en la siguiente fase, en el interior de los bares o restaurantes hasta su horario de cierre? La contestación es más que evidente, durante esas horas se nos prohíbe a todos permanecer en la calle o en cualquier establecimiento público, dado que el gobierno de España aplica un TOQUE DE QUEDA ENCUBIERTO, en horario nocturno, siguiendo su plan de desescalada. Según la RAE el Toque de Queda es una “Medida Gubernativa que, en circunstancias excepcionales, prohíbe el tránsito o permanencia en las calles de una ciudad durante determinadas horas, en general nocturnas”. Es decir, se podrá adoptar en circunstancias excepcionales, Estado de Excepción, no, en el Estado de Alarma, pero además aplicado en un lugar determinado (ciudad), no en todo el territorio. Históricamente el Toque de Queda se estableció en medio de revueltas, revoluciones o golpes de estado, como el 23F de 1981 cuando el General Milans del Bosch lo decretó en Valencia. Ahora, sin justificación sanitaria, supone la mayor limitación de derechos y libertades civiles impuesta desde la dictadura franquista.

Así las cosas, el pasado miércoles día 6 se celebró en el Parlamento el debate sobre la cuarta prórroga del Estado de Alarma, hecho inaudito en nuestra historia. Y, el presidente del gobierno volvió a decir, lo que ya había dicho el sábado anterior, que “no hay plan B” e insistió en que si no se aprobaba la nueva prórroga podrían suspenderse las ayudas como los ERTE o de los autónomos, como intencionadamente hizo el gobierno al vincularlos al estado de alarma, cuando sería suficiente desvincularlos para seguir dando solución a estas ayudas. Resulta increíble y a la vez preocupante que un gobierno en minoría, como quedó acreditado, el de más ministerios desde antes de la dictadura, que pagamos todos los españoles, en situación de alerta sanitaria diga que sólo tiene un plan y además tenga el atrevimiento de tratar de condicionar a la toda la oposición y, por ende, a los millones de ciudadanos que le han votado. Bueno, lo que quiere el Sr. Sánchez es eternizar el Estado de Alarma, encerrándonos en casa para tapar nuestra voz y evitar así las protestas y manifestaciones de la ciudadanía que se avecinan, tratando de ganar tiempo para que llegue el verano con las consiguientes “vacaciones”. Y, mientras, el gobierno, sin control parlamentario, seguirá aprobando sucesivos decretos leyes y órdenes ministeriales, con graves restricciones de derechos, que además no guardan relación alguna con la crisis sanitaria.

Sin embargo, el Sr. Sánchez sabe que sí hay otras alternativas al Estado de Alarma, sin restringir los derechos y libertades de los españoles, otras soluciones legales para hacer frente al problema del coronavirus protegiendo a la población, como la Ley Orgánica 3/1986, de 14 de abril, de Medidas Especiales en Materia de Salud Pública, modificada, precisamente, el 12 de marzo de este año; la Ley 33/2011, de 4 de octubre, General de Salud Pública; y la Ley 17/2015, de 9 de julio, del Sistema Nacional de Protección Civil. A título de ejemplo, tan sólo citar el artículo 3 de la L.O. 3/1986, que dice:

“Con el fin de controlar las enfermedades transmisibles, la autoridad sanitaria, además de realizar las acciones preventivas generales podrá adoptar las medidas oportunas para el control de los enfermos, de las personas que estén o hayan estado en contacto con los mismos y del medio ambiente inmediato, así como las que se consideren necesarias en caso de riesgo de carácter transmisible”.

Bastaría la adopción de estas medidas en unión de otras previstas en las antedichas Leyes, en perfecta coordinación con todos los entes involucrados (estatales, autonómicos y locales), cada uno en el ámbito de sus competencias, para proteger a la población de esta pandemia, sin afectación de sus derechos y libertades fundamentales. Precisamente, en el debate de la cuarta prórroga del estado de alarma el presidente del Partido Popular Sr. Casado ofreció alguna de las citadas alternativas dentro de la legalidad ordinaria para no prorrogar el estado de alarma.

Pero, aún me siento más perplejo cuando escucho a la vicepresidenta primera del gobierno, Sra. Calvo, decir, sin rubor: “Utilizar el estado de alarma es lo más democrático”. Más bien, parece lo más cercano a la tiranía. Es un trágala, más propio de otros tiempos.

Entonces, como ya sabe Sr. Sánchez, sí EXISTE UN PLAN B, que, aunque lo niegue, su equipo jurídico ya está preparando, para el caso de que no haya más prórrogas, que será cuando Ciudadanos y otros grupos reconsideren su apoyo a la restricción de libertades, dejando de dar soporte a ese auténtico Estado de Excepción. Esperemos, que en la próxima solicitud de prórroga, la quinta, SSª defiendan dichas soluciones o alternativas legales, que permiten adoptar todas las medidas necesarias para proteger a la población de una pandemia preservando la salud pública, pero sin restringir o prohibir los derechos fundamentales de la persona. Espero que el Parlamento, como depositario de la soberanía popular, ponga fin a esta ilegalidad y arbitrariedad. Que no se permita cambiar la libertad de los ciudadanos por poder o dinero, como bien ha dicho recientemente el Presidente de la Xunta de Galicia. El parlamento tiene la última palabra. Y, el destino de los españoles está en sus manos.

Autor: Manuel Novas Camaño