Mi vecino me hace la vida imposible “de la discusión al delito”

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Nuestra casa es nuestro sitio de descanso y donde pasamos muchas veces la mayor parte del día, pero hay veces en que nuestro santuario se convierte en un infierno
En principio se solucionan este tipo de problemas hablando, pero no siempre es así y la pesadilla continúa

¿Quién no ha tenido una discusión con algún vecino? En las comunidades de vecinos, las discusiones están a la orden del día y raro es que quien no haya mantenido alguna discusión acalorada con alguno de ellos.

Lo normal es que esas discusiones no lleguen a más y que se resuelvan en las reuniones de vecinos si el motivo es el incumplimiento de alguna norma de la comunidad.

Pero no siempre es así de fácil

En algunos casos, esas discusiones se enquistan y se tornan en auténticas pesadillas que no parecen tener final.

De la discusión al delito

En las ocasiones en las que no se resuelven los conflictos vecinales, por la vía pacífica, pueden comenzar las conductas delictivas, tales como amenazas, acoso, coacciones, vejaciones, daños e incluso agresiones.

Desde rayar la puerta, romper el buzón, provocar daños en el vehículo, como arañazos o ruedas pinchadas, llamadas insistentes al telefonillo o incluso al móvil con número oculto, hasta la agresión física, lo cual suele ser menos habitual, dado que, en este último caso, no puede realizarlo desde el anonimato.

¿Qué puedo hacer llegada esta situación?

Cuando la vía comunicativa con el vecino en cuestión no haya funcionado, hay que pasar al siguiente punto.

Lo primero sería hablar con los vecinos por si no fuera la única víctima de este tipo de ataques, o por si alguno de ellos hubiera visto o escuchado algo.

Acto seguido nos tocará presentar una denuncia ante la Policía Nacional, Guardia Civil o dependiendo de la comunidad en la que residamos, ante la policía autonómica.

Si los hechos se han producido sin que haya pruebas de que sea él el autor, no se le puede acusar directamente, pero sí que se puede hacer constar en la denuncia, que a raíz de una discusión o problema con dicho vecino, han comenzado este tipo de hechos.

En principio, esto debería bastar como toque de atención para que deje de realizar este tipo de actos, pero no siempre es así y la pesadilla continúa.

El principal problema es el anonimato en que realiza este tipo de delitos, por lo que debemos intentar identificarlo con pruebas como el autor.

Identificar al autor

Como uno de los últimos recursos y más efectivo, es la instalación de cámaras de video vigilancia en el portal y zonas comunes de la comunidad donde se produzcan estos hechos, tales como buzones, parking o rellanos. Esto es un buen medio de persuasión para que dejen de cometerse este tipo de hechos, aunque para ello debe contarse con el visto bueno de la comunidad.

Este tipo de cámaras están sujetas a normativa, como la Ley de Protección de Datos y su finalidad debe cumplir tres objetivos:

  1. a) Que la instalación de las cámaras o videocámaras deben ser útiles al fin deseado, prevención del vandalismo, de robos, etc.
  2. b) Que no exista otra metodología para obtener el fin deseado que sea más moderada o menos invasiva.
  3. c) Que la medida de instalación de una cámara o videocámara debe aportar más beneficios que inconvenientes a la comunidad.

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