Regla nº1 en la ODAC: ¡Prohibido empatizar!

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Puede parecer un titular controvertido pero también convertirse en una regla de oro para un policía destinado en la ODAC. La premisa de “no empatizar” en el entorno laboral de cara al público se convierte para algunos en un mandamiento para no caer en el peligroso círculo de la cronificación del estrés laboral, conocido como “síndrome del burnout“. También incluso como herramienta para preservar un nivel aceptable de salud mental. Sobre todo en un puesto de trabajo donde se consume una ingente cantidad de malas noticias (generalmente desgracias) y también perturbaciones que pueden llegar a distorsionar la percepción de la realidad.

En primer lugar conviene descifrar el acrónimo del puesto de trabajo al que hacemos referencia. Aclaramos que cuando hablamos de ODAC aludimos a las Oficinas de Denuncias y Atención al Ciudadano. Son unidades donde los agentes recepcionan a los ciudadanos que acuden a comisaría para interponer una denuncia o realizar un trámite administrativo como los permisos de viaje para menores .

En estos puestos, un policía hace frente a diario a una serie de impactos negativos que pueden llegar a condicionar su forma de pensar, de sentir o de descontextualizar cierta normalidad social. Nos encontramos ante un puesto de trabajo que exige ofrecer unos estándares mínimos de calidad pero donde el policía no debe empatizar si quiere mantener una capacidad de resistencia psicológica evitando desestabilizarse. A alguno le puede resultar incluso (hasta en cierto modo) “escandaloso” tener que renunciar a la empatía para atender a un ciudadano. Es precisamente por ello que recurriremos a la RAE para analizar concretamente el significado de empatizar:

“Identificación mental y afectiva de un sujeto con el estado de ánimo de otro”

En este sentido, trataremos de reforzar el sentido de esta recomendación acorde lo especificado por el diccionario de la lengua española. Y es que, al igual que en todos ámbitos de la vida, para los policías existen líneas rojas que no se deben traspasar. Es el caso de un policía de la ODAC que comete el error de identificarse mental o afectivamente con un denunciante.

Este principio no cuestiona ni un ápice la gran capacidad profesional de la que debe hacer gala un agente destinado en un servicio tan exigente como lo es una ODAC. tampoco desprecia otras cualidades como la simpatía y ni siquiera desecha la exquisita labor psicológica que en diversas ocasiones tienen que emplear cuando se enfrentan a casos tan sensibles como los malos tratos en el ámbito familiar. Más bien, decir que detrás del uniforme siempre hay una persona y empatizar con decenas de problemas que se exponen a diario sobre una mesa de trabajo puede convertirse en una auténtica bomba de racimo para el estado de la salud mental de un servidor público.

Hay una gran diferencia entre estas dos reacciones:

A) Identificarse mental y afectivamente con un sujeto

B) Identificar profesionalmente el problema de un sujeto

Entre ambas cuestiones el factor emocional juega un papel fundamental y la respuesta como técnico es incompatible con una de ellas. Resulta muy duro (y los que lo han vivido lo saben muy bien) digerir problema tras problema dentro de un habitáculo y a tan solo un metro de las personas que exponen infinidad de supuestos desagradables o que exponen cierta carga negativa derivada de sus experiencias traumáticas: el robo de un móvil con las fotos de toda una vida, la estafa que deja seca la cuenta bancaria donde tenías la nómina que sostiene a tu familia, el atraco con navaja al responsable de un establecimiento, la desaparición de un hijo por causa de las drogas, los golpes de una mujer por parte de su pareja, una agresión sexual… Es difícil no empatizar con las personas que exponen estos casos pero conviene sacrificar cualquier brote de remordimiento afectivo en pro de una respuesta profesional.

Las claves para sobrevivir en puestos de trabajo como esta y también otros como un psicólogo o hasta un trabajador de una funeraria pasan por controlar cualquier brote de empatía que pueda surgir y ser sustituido por una atención profesional y técnica acorde los conocimientos y experiencia adquiridos con los años de servicio.

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