Narcos: la fariña de Sito Miñanco

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Columna de Ricardo Magaz. “CRÓNICAS DEL NUEVE PARABELLUM”.

Narcos: la fariña de Sito Miñanco

AGRADECIMIENTO. Antes de comenzar el artículo de la columna, interrumpida el mes pasado, quiero agradecer el apoyo y las muestras de afecto recibidas de los compañeros de h50 con motivo de mi ingreso por el coronavirus y durante la convalecencia, ya en casa.

Te esperamos Ricardo Magaz

También, mi gratitud a los colegas y amigos que se enteraron del aprieto y me mandaron sus mensajes de ánimo reconfortante. El bicho me pilló fuerte a mediados de marzo. El empeño de los sanitarios (nunca lo olvidaré), el oxígeno, las pastillas de mil colores y la vena funcionando como una autopista de entrada sin peaje, me sacaron adelante y me pusieron un tiempo después en la calle con un test por fin negativo y 10 kilos menos. Mi compañero de habitación no tuvo tanta suerte. La vida, pese al dolor, ha de continuar. Es mandato de la naturaleza. Soy de la opinión de visibilizar la infección para no estigmatizar. Superados los idus de marzo, abril se abre a la esperanza.

Y después de la lagrimita, vamos al tema de la columna. Esta semana toca una de narcos gallegos.

Miñanco

Trasegando por Algeciras me enseñaron hace una temporada el parking donde el narco de Cambados, José Ramón Prado Bugallo, alias Sito Miñanco, hacía que trabajaba. Miñanco estaba a punto de agotar una larga condena en la prisión gaditana de Botafuegos en la que dormía de lunes a jueves. El capo multimillonario había comprado el aparcamiento como tapadera para salir con permisos de tercer grado.

Convictos irreconducibles

Sito Miñanco era uno de esos narcos que en los 80 paseaba por Cambados al volante de un Maserati, Rolex de oro en la muñeca, traje cruzado y “zuecos de madera”. Oubiña, Charlín, Dorado, Miñanco… fueron el prototipo de convictos irreconducibles apegados a la tierriña que emponzoñaban y a los negocios con la narcomafia del colombiano Pablo Escobar en Medellín. Pasaron de contrabandear “Winston de batea” por las Rías Baixas al tráfico de hachís y, más tarde, al veneno de la fariña y el caballo que las madres contra la droga, y por supuesto sus hijos muertos, tanto padecieron.

“EN 2018 LA POLICÍA SE TUVO QUE ABRIR PASO A TIROS CON LOS NARCOSCRIMINALES DEL BARCO “THORAN” QUE TRANSPORTABA CUATRO TONELADAS DE COCAÍNA”

Operación Mito

En 2018 la policía puso en marcha la Operación Mito. Los agentes abordaron el barco nodriza Thoran con cuatro toneladas de cocaína. Después de una ensalada de tiros detuvieron en tierra a 43 narcotraficantes y mandaron “retirado” de nuevo a prisión a Miñanco. Los policías desarticularon una de las estructuras narcocriminales más pujantes de Europa. Posiblemente la más importante.

¿Por fin retirado? Los capos como Miñanco no se jubilan jamás. Ni en la cárcel ni en el salón de su pazo. Enganchados a la adrenalina, al dinero sucio y al poder enfermizo, mueren con los zuecos puestos y el Rolex en hora.

(*) Ricardo Magaz es profesor de Fenomenología Criminal en la UNED, ensayista y miembro de la Policía Nacional (s/a)

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