Mi primer muerto en Policía Judicial

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Aarón” es un guardia civil “tuitero”. Ha creado una cuenta @hilosdeaaron. Son, según cita, “hilos novelados (ficción), opiniones personales …”

Hilos de lectura rápida, viva, escrita desde el corazón y la experiencia. Este nos ha llamado especialmente la atención.

Tenía 21 años y poca experiencia. Recuerdo como había ido a los últimos fallecidos mientras aún estaba en Seguridad Ciudadana. Me pegaba al cogote del de PJ pensando que en cuatro días estaría yo allí.

Recuerdo la primera persona que vi muerta. Recuerdo el olor, el tono mate de su mirada y el color de su piel. Recuerdo pegarme al compañero veterano. Recuerdo su pregunta.

– Bueno, dime, ¿Qué crees que hay que hacer? ¿Por donde empezarías?

No se que le respondí, aunque recuerdo que le dije que no tenía ni idea. Que había llegado allí a aprender. Se que se giró y mirándome me dijo:

– Aquí hay dos cosas importantes. Para nosotros es otro muerto mas, pero para los que están fuera (sus familiares) es su muerto…

– Entiendo…

– Así que cuida cada palabra. Hablales siempre de usted y en cristiano. Los tecnicismos los dejamos para el atestado ¿Vale? Y segundo no des nada nunca por supuesto.

Un buen policía, el mejor sin duda que yo he conocido. Raro como él solo, pero metódico, incansable y siempre dispuesto a enseñar. Le hice caso. Me acuerdo de Marian, una chica que saltó de su ventana. De Mateo el tipo que haciendo un muro cayó al suelo.

De Irina, que con trece años decidió poner fin a su sufrimiento en la habitación en la que tantas veces se escondió de quienes se reian de ella en clase. De Julian a quien su mujer asesinó por unos celos infundados.

¿Me acuerdo de todos? No, pero casi. Me acuerdo de sus rostros cuando me encuentro a alguno de sus familiares. Siempre tuve presente las frases del veterano. Siempre traté de forma clara a las familias.

Nunca les he mentido. Siempre he sido sincero. Siempre he tenido un abrazo para quien lo ha necesitado, un gesto cercano. No, eso no devuelve a tu ser querido, pero alivia profundamente el momento.

Finado, muerto, fallecido, cadáver… tantas formas de llamarlo y tantas formas de comunicarlo. Siempre pienso en hacer un hilo sobre eso. Encontré una formula que siento que es la “Menos mala”.

Nunca tuve prisa para irme de un “muerto” incluso cuando he tenido muchas cosas que hacer. Recuerdo a Roberta una mujer brasileña que vino a España y en mitad de un idílico hotel en la profundidad de la noche tuvo una terrible pesadilla.

Soñaba que su marido había muerto. Se despertó entre sudores y con un evidente sofoco. Al girarse para abrazar a su marido comprobó que su piel estaba fría. Encendió la luz y aterrorizada descubrió el cadáver de su marido.

Tenía que volver a Brasil sin su marido. Tenía que hacer miles de trámites en un país que no es el suyo y eso mientras debería estar llorando a su esposo. Recuerdo que la actuación policial acabo a las 15:00. Salí de allí a las 21:00.

Lo mejor es que no hice nada a parte de ayudarle a entenderse con el seguro, la compañía aerea o la funeraria. Nada especial. Nunca sabré que fue de Roberta.

Solo pensaba en mi madre. La imaginaba en Brasil llorando por la muerte de mi padre y que nadie la ayudase y se me encogía el corazón. Recordaba entonces eso de que para nosotros es otro muerto pero para ellos es su padre, su hijo o su hermano.

Da igual el trabajo que tengas, puedes ayudar mucho si tratas con alguien simplifícale la vida. Se amable y educado. No cuesta nada y le haces la vida mas fácil a alguien.

 

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