Autor: Alejandro Espinosa Solana (*)
Cronología
El digital h50 publicó en Mayo de 2021 mi denuncia penal contra Mohamed VI, algunos de sus ministros y su embajadora en Madrid, por delitos de lesa humanidad tras la crisis migratoria producida en Ceuta por Marruecos al haber acogido España en un hospital al líder del Frente Polisario con una identidad falsa. Cinco meses después, el Juzgado de Instrucción nº 7 de Bilbao archivaba mi denuncia en base al artículo 23 de la LOPJ que, desde 2014, limita nuestra anterior jurisdicción universal penal.
A partir de aquel incidente diplomático y la entrada ilegal de entre 10.000 y 12.000 ciudadanos marroquíes a Ceuta -de entre ellos, unos 1.500 menores-, las relaciones siempre difíciles con nuestro vecino chantajista del sur se tensionaron aún más. Marruecos obtuvo el cese de nuestra ministra de Asuntos Exteriores, González Laya, en Julio de 2021 pero, contra toda lógica, su embajadora en Madrid regresó triunfal a su puesto en Marzo de 2022.
Ese mismo mes, y de forma aún más incomprensible, Marruecos daba a conocer una carta del presidente del gobierno de España al rey alauita en la que se reconocía unilateralmente la autonomía del Sáhara bajo soberanía marroquí. Mucho se ha escrito sobre esta traición de Sánchez al pueblo saharaui, máxime siendo aún España administradora de esa antigua colonia y debiendo velar por sus intereses en la escena internacional. Sánchez lo hizo de espaldas a todo el mundo: su ministro de Asuntos Exteriores, sus socios de gobierno, el Parlamento, la oposición, … ignorando el consenso que hasta entonces imperaba en la política exterior española.
Otra vuelta de tuerca más: en Mayo de 2022, el gobierno anuncia que el teléfono móvil del presidente y de algún Ministro, han sido hackeados. Se destituye a la directora del CNI y la Audiencia Nacional comienza a investigar los hechos. Aunque ignoramos el contenido de lo que pudiera haberse espiado, se sospecha que los autores podrían haber sido los servicios secretos marroquíes, que ya habían espiado el móvil del presidente francés Macron.
Narcotraficantes matan a dos guardias civiles arrollándolos con una neumática
Este pasado Viernes 9 de Febrero por la noche conocíamos la muy dolorosa y triste noticia de que dos aún jóvenes guardias civiles, padres de familia, habían sido asesinados en Barbate cuando una potente narcolancha arroyó la pequeña zodiac con la que trataban de hacerle frente. Algún agente más resultó herido. No se comprende cómo seis de estas narcolanchas, prohibidas en territorio nacional, habían estado amarradas tranquilamente en el puerto el resto del día sin que nadie las interviniera.
A raíz de este luctuoso suceso, la opinión pública ha conocido la escasez de medios contra el narcotráfico en la zona, y la decisión del ministro del Interior, Grande Marlaska, en Octubre de 2022, de clausurar la actividad de OCON (Organismo de Coordinación de Operaciones contra el Narcotráfico) SUR, que había culminado con éxito varias operaciones en el pasado.
A la luz de los hechos que describo más arriba, me pregunto: ¿habrá tenido algo que ver la mano negra de Marruecos en aquella decisión? ¿Habrá, también, exigido Mohamed VI al presidente del gobierno español Sánchez el cierre de aquel organismo?
Marruecos es, según la propia ONU, el primer productor de resina de cannabis del mundo
Dos tercios de ella son producidos en el Rif, la región más pobre del país que se levantó contra el régimen alauita en 2017 y logró ponerlo en jaque. En el valle del Rif, ocho de cada diez agricultores viven del tráfico de cannabis. En 2021 el total de la producción nacional de cannabis fue de 74’86 mil toneladas, un 24% más que en 2020 ¡¡… y dos veces más que en 2016!! Su producción reportaría a los traficantes unos 15.000 millones de euros, y entre un millón y millón y medio de ciudadanos marroquíes vivirían de ella.
Estamos gobernados por los peores en el peor momento. Parece que su gestión es la contraria a los intereses de los ciudadanos: un gasto y deuda públicas crecientes, más impuestos, mayor inflación, desempleo, pobreza infantil, colapso de la sanidad, una educación deficiente según PISA, división de la sociedad entre buenos y malos, progres y fachas, una inmigración africana orquestada e imposible de asumir que nos desestabiliza poco a poco y quiebra nuestro orden y paz sociales, desindustrialización y trabajos precarios en el sector servicios, un sector primario abusado y engañado, baja competitividad, etc …
(*) Alejandro Espinosa trabajó en la Cámara Española de Comercio de Casablanca y en la Comisión Europea en Bruselas. También ha sido Observador Internacional en las Misiones de la OSCE en Bosnia Herzegovina y Croacia.
