Anteriormente he publicado un artículo donde menciono que los hombres también son víctimas de violencia por parte de una mujer, vuelvo a reincidir en este tema, ya que parece ser un tema tabú en todos los sentidos, pues la violencia de género debería ser tratada por ambos géneros, y siguen habiendo asociaciones desesperadas por tratar este ámbito de la mejor manera y justa, existiendo casos muy graves, únicamente dándoles una mera mención si acaso en los medios o en cualquier lugar. Con esto no quiero dejar de lado a la mujer, sino que debemos darle visibilidad a muchos casos de violencia por parte de una mujer a su pareja masculina.
¿Sabemos distinguir cómo sería un perfil de una mujer maltratadora? Levemente podemos decir lo siguiente:
No se aleja mucho del hombre, sin embargo, su rol posesivo, obsesivo y controlador, incide quizás un porcentaje mayor al del hombre. Psicológicamente suelen ser personas llenas de prejuicios, reaccionando de manera violenta hacia todo lo que no esté en su circulo o su pensamiento, de hecho su pensamiento es imponer su rol y ante cualquier circunstancia la manipulación y victimismo es abismal.
Pueden sentirse inferiores, frustradas, con baja autoestima, saben cómo tienen que dirigirse a su pareja para conseguir lo que quieren, vigilan y controlan absolutamente todo.
En muchos casos, intentará del mismo modo que hace un hombre maltratador, alejar a su pareja de todo lo que no le convenza o le apoye en su manipulación, normalmente la familia de su pareja es maravillosa y ellas dejan ver que son unas personas excelentes, que cumplirán con todo lo necesario para que su pareja pueda establecer su ámbito familiar con ella, es cuando cambia la opinión acerca de su familia y solo serán buenas los familiares de ellas.
El victimismo, prácticamente desde el principio, ya que les facilita el poder convicción, aprovechando cualquier rasgo negativo para hacer ver a su pareja que quizás las cosas que puedan ocurrir serán culpa de él. Desde un principio manipula las situaciones, el error nunca será cometido por ella, sino su entorno, familia, etc… hasta llegar al aislamiento.
Las mujeres también pueden ser extremadamente violentas, y donde principalmente destacan es en el maltratado psicológico, siendo él, quien se ve sometido por parte de la mujer.
Por lo tanto, en este caso, ocupa una posición superior y obtiene todos los recursos para maltratar al género masculino y de la forma más inteligente.
En los últimos tiempos, nos hemos acostumbrado a ver malos comportamientos y celos excesivos como algo cotidiano, con frases: “pobrecita, es que está enamorada”, un grave error, pero que socialmente está siendo muy normalizado, pues es una pequeña señal de obsesión y bipolaridad del victimario, el supuesto amor, que aquí no existe, porque no hay respeto, siendo una base importante en una relación.
Cuando la mujer ya no está preparada para convivir con su pareja, desde ese momento, no le importa que haga, que siempre será malo, encontrando la forma de que su dolor se justifique y la víctima caiga en su rol, será una manipulación no solo a su pareja, sino que también la familia entra de lleno para que no tengan preocupación por su familiar y caigan en la misma sintonía.
De hecho, hemos podido escuchar muchas veces: “ qué buena es, como te cuida…”, “siempre está pendiente de ti, no quiere que te descarriles…”. Todos tenemos preocupaciones por nuestros seres queridos, puedes indicar que lleven cuidado, y más en los tiempos que corren actualmente, pero, ¿hasta qué punto? Indicar por ejemplo, “avísame cuando llegues a casa” y la diferencia de “avísame cuando llegues a casa para saber que estás bien”, ¿notáis la diferencia?
Son pequeños fraseos, que cuando los mencionamos para ver una similitud, si vemos una pequeña diferencia, además del tono, actitud, más lo que pueda conllevar a las siguientes conversaciones o mensajes actualmente con los WhatsApp.
Cuando estos intentan separarse de su pareja, viene el huracán, “si me dejas, te denuncio”, “no vas a volver a ver a tus hijos”, “todo el mundo va a saber quien eres, porque me creerán a mí, ¡soy mujer!”,
Desgraciadamente, siguen habiendo casos en los que a los hombres se les hace casi imposible demostrar que reciben maltrato. Así que, del mismo modo que se da la oportunidad a la mujer de demostrar el infierno por el que está pasando, debería existir para el hombre.
Debéis recordar que en muchos casos, hay hijos de por medio, que estas situaciones llegan a violencia vicaria, por no frenarlo a tiempo.
Todo está conectado, y en este caso, existen muchos profesionales deseando trabajar en ello, ayudar al género en sí para erradicar tanta violencia. Los políticos lo tienen fácil y no quieren hacer nada, a los hechos nos remitimos.
Para terminar, si tenéis dudas de que pueda suceder lo más mínimo, acudir a un profesional, tomar la decisión sin miedo, el sufrimiento no es necesario.
