Desarticulada una organización criminal dedicada al tráfico de marihuana y al blanqueo de capitales

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La organización obtenía la marihuana a partir de diversos proveedores, tanto de Cataluña como de otros puntos de España, en especial de Andalucía, para revenderla después a otros traficantes 
Uno de los proveedores era un ingeniero agrónomo que servía marihuana con un porcentaje muy bajo de principio activo y que se mezclaba con la que tenía un porcentaje más alto de THC, lo que permitía abaratar costes y aumentar beneficios 

Agentes de la Policía de la Generalidad-Mossos d’Esquadra han desarticulado una organización criminal con epicentro en Barcelona y que operaba desde varios puntos de España dedicada al tráfico de marihuana. La investigación ha comportado la detención de diez personas y seis resultaron como investigadas, por los delitos contra la salud pública, pertenencia a organización criminal y blanqueo de capitales.

La investigación comenzó hace justo un año cuando los agentes tuvieron acceso a una información sobre la actividad criminal de un hombre que estaría distribuyendo marihuana desde un piso de Barcelona ubicado en el distrito del Eixample. A partir de esta información inicial y después de una larga y laboriosa investigación los mozos han podido establecer la existencia de una organización criminal perfectamente estructurada dedicada al tráfico de marihuana.

En el transcurso de las pesquisas policiales se ha podido determinar que el principal investigado lideraba este grupo desde al menos el año 2018, aunque tiene antecedentes anteriores por delitos contra la salud pública. La organización obtenía la marihuana a partir de diversos proveedores, tanto de Cataluña como de otros puntos de España, sobre todo de Andalucía, y posteriormente la revendía a otros traficantes.

La investigación ha puesto de relieve que el líder de la organización tenía varias casas alquiladas en poblaciones cercanas a Barcelona en urbanizaciones y zonas aisladas de grandes núcleos de población como Teià, Cabrera de Mar, Alella o Cabrils desde donde distribuía y vendía la marihuana. En épocas en que no tenía ninguna casa alquilada hacía la distribución desde la planta superior de su piso del Eixample.

Fruto de la labor investigadora se ha podido constatar que la organización hacía transacciones con un clan familiar instalado en una masía de Fogars de la Selva, que actuaba como uno de los principales proveedores del grupo.

Se trata de una organización con un funcionamiento perfectamente estructurado que adoptaba diversas medidas de seguridad y autoprotección para evitar la acción investigadora de la policía.

Una organización diseñada al detalle con una estructura jerárquica y unos roles perfectamente definidos

El funcionamiento de la organización tenía un liderazgo claro en la figura del principal investigado, instalado en Barcelona y desde donde controlaba toda su operativa. Junto a ellos tenía su socio, que en muchos momentos de la investigación llegaba a disponer del grueso del dinero de la organización, y otro hombre que actuaba como su mano derecha y que era de su máxima confianza. 

Inmediatamente por debajo de él había dos miembros del grupo que formaban parte de una estructura estable de transporte de marihuana de Andalucía en Barcelona, ​​a los que solía acompañar a otro de los hombres en tareas de supervisión de la operativa. 

En paralelo se encuentra el hermano del líder del grupo que realizaba diversas tareas como la protección de su hermano, el traslado de dinero de Barcelona a Madrid y que se encargaba puntualmente de la distribución cuando su hermano se lo pedía.

En el tercer escalafón había varios familiares del líder que básicamente tenían la función de guardar varias cantidades de dinero generado por el tráfico de marihuana.

Una figura importante era la de un ingeniero agrónomo que gestionaba varias empresas dedicadas a la producción y comercialización de cáñamo industrial y que servía parte de la mercancía a la organización. De hecho, se trataba de marihuana con un tanto por ciento de principio activo muy bajo y, por tanto, más económica que se mezclaba con la que tenía un porcentaje más alto de THC.

El grupo contaba con la colaboración de un asesor, una especie de gestor que aconsejaba al jefe de la banda sobre cómo burlar los estamentos oficiales reguladores y los sistemas fiscalizadores para poder blanquear los suculentas sumas de dinero obtenidas a partir de la actividad ilícita que llevaba a cabo el grupo. 

Un amplio abanico de opciones para blanquear el dinero obtenido por el tráfico de marihuana 

La estructura perfectamente montada generaba unas cuantiosas ganancias y unos ingresos que requerían de la cosmética necesaria para reintroducirlos nuevamente al circuito legal. Aparte de tener antecedentes anteriores por delitos contra la salud pública, el principal investigado y jefe de la banda desde el 2018 no tenía ingresos de ningún tipo ni disponía de patrimonio a su nombre que permitieran justificar el alto ritmo de vida que llevaba a que corroboraba que los ingresos provenían de su actividad delictiva.

El blanqueo de capitales lo llevaban a cabo tanto el jefe de la banda como su hermano, perfectamente aconsejados por el asesor. En este sentido las vías para dar curso al dinero ilícito eran básicamente la puesta en funcionamiento de bares y restaurantes, la compraventa de chalets o coches de alta gama y la adquisición de obras de arte, especialmente de cuadros.

Dispositivo de explotación de la investigación 

El operativo tuvo lugar el día 24 de febrero y se realizaron ocho entradas y registros, cuatro en Barcelona, ​​una en Sant Andreu de Llavaneres y otra en Fogars de la Selva. También se realizaron dos en Madrid, que se hicieron con la colaboración de la Policía Nacional.

En el transcurso de las entradas se detuvo a diez personas, seis más quedaron como investigadas y se intervino material diverso para envasar y distribuir la marihuana, diversas joyas y relojes, 33 cuadros, 36 kilos de marihuana, tres cajas de seguridad, 42 proyectiles del calibre 9 mm, localizada en el interior de una caja de arma de fuego y 55 proyectiles del calibre 9 mm, entre otros.

Los detenidos pasaron a disposición judicial el 26 de febrero y el juez decretó prisión para el líder del grupo y libertad con cargos para el resto.

La investigación continúa abierta y no se descartan más detenciones.

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