Policías nacionales y el Jefe Superior de Madrid escoltan al Cristo de Medinaceli

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De la Basílica del Cristo de Medinaceli de los Padres Capuchinos ha salido a las 19.00 horas la procesión de Nuestro Padre Jesús el Nazareno, el Cristo de Medinaceli, una talla anónima sevillana de finales del siglo XVII.

El paso perdió las ruedas en 2018 y el Cristo pasó a ser portado por primera vez en su historia por 120 hombres y mujeres que está distribuido de la siguiente forma: tiene 12 varales, 6 por delante y 6 por detrás; van diez personas en cada varal, que cargaron durante 5 o 6 horas con 2200 kilos. El trono pesa algo menos ahora que con las ruedas puesto que estas exigían una estructura metálica de un camión de la Primera Guerra Mundial que hacía ascender el peso a más de 3.000 kilos, al que varios fieles han dedicado saetas a su salida del templo y también durante el recorrido.

Desde el año 2017 siendo Comisario de Policía Nacional de la Comisaria de Distrito Centro, Manuel Soto Seoane, junto con diversos funcionarios de dicho cuerpo, comenzaron a escoltar al “Señor de Madrid” en todas sus procesión sucesivamente, este año y tras una lucha incansable contra todos los acontecimientos que han azotado de manera inesperada a la sociedad, y tras el regreso de las procesiones a las calles de Madrid, las tradiciones para el actual Jefe Superior no se han perdido, esta vez, Manuel Soto Seoane acudirá como el mayor representante de la Policía Nacional de Madrid, dado que en diciembre de 2021 tomaba posesión como Jefe Superior de la Policía Nacional de Madrid, primera vez en la historia de la Villa, que un Jefe Superior escoltará y acompañará a una imagen por las calles de la ciudad y lo hace rodeado de más de tres decenas de Policías Nacionales de todas las escalas que de forma voluntaria se han ofrecido acompañarlo, manifestando “cuando nosotros le hemos necesitado siempre estuvo y ahora es el momento de estar a su lado”.

“No es en el único acto que en esta Semana Santa participaran los funcionarios de Policía Nacional de la Jefatura Superior de Policía de Madrid”

Y es que para el Jefe Superior de Madrid, en Semana Santa no existen vacaciones, pues se encuentra agradecido de las muestra de compromiso de sus funcionarios que de forma voluntaria se han puesto a su disposición para acompañar a las diversas procesiones o actos de la capital, pero el Jefe Superior no ha dejado de lado que todos los servicios y operativos que diariamente y extraordinariamente se realizan queden totalmente cubiertos, un arduo trabajo organizado por el propio Jefe Superior, que ha sido el primero en dar ejemplo, sin descanso desde su toma de posesión en todos estos días con más de 16 horas diaria de trabajo y los 7 días de la semana.

El recorrido es con salida de la Basílica de Jesús de Medinaceli, calle Duque de Medinaceli, plaza de las Cortes, Carrera de San Jerónimo, plaza de Canalejas, calle Sevilla, calle Alcalá (encuentro con Nuestra Señora de la Soledad y Desamparo en la calle Alcalá, 25), plaza Cibeles, Paseo del Prado, plaza de Neptuno, Carrera de San Jerónimo, plaza de las Cortes, calle Duque de Medinaceli y plaza de Jesús para acceder a la basílica de Jesús de Medinaceli.

“Jesús de Medinaceli, el paso estrella de Madrid, con 800.000 devotos”

Detrás de esa imagen, en la misma procesión, circulaba la talla de Nuestra Señora de los Dolores en su Mayor Soledad, obra de Rafael García de Iruzoqui de 1948.

La talla de Jesús de Medinaceli pertenece a la Escuela Sevillana, taller de Juan de Mesa o alguno de sus discípulos: Luis de la Peña o Francisco de Ocampo. Tallada en la primera mitad del siglo XVII en Sevilla, fue llevada por los Capuchinos a la plaza fuerte de Mehdía o Mámora (Marruecos) para culto de los soldados españoles.

En abril de 1681, cae prisionera de los musulmanes, que la arrastran por la calles de Mequinez, y la rescatan los Trinitarios, llegando a Madrid en el verano de 1682.

Debido a diversos avatares históricos, la imagen ha recorrido varias iglesias de Madrid y durante la Guerra Civil fue trasladada a Valencia, Cataluña y Francia, para terminar en Ginebra (Suiza), participando juntamente con todo el tesoro artístico español, en una gran exposición de arte en el Palacio de la Sociedad de Naciones.

Terminada la contienda española regresó a su iglesia de la basílica de la calle Jesús, donde es venerada por numerosas personas, entre ellas la Casa Real. Uno de sus miembros acude cada primer viernes de marzo, día grande de la basílica, así como miles de devotos, a rendirle culto.

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