Persecuciones policiales: legalidad básica a tener en cuenta y actuaciones operativas

Radiopatrulla, zeta
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Lees el título, y te asalta “Hollywood”, pero la idea es dar unas nociones legales, parte poco agradable de cualquier texto y que solo detallaré brevemente y que están abiertas a consulta de los lectores; y nociones operativas, que espero sean lo más simples y útiles para aquel que lea nuestra revista h50 digital policial 

policia-nacional-zeta-seguridad-ciudadana-h50La legislación vigente….

Digamos que la legislación consultada abarca todos los conceptos que deseo detallar en la parte Operativa, que será donde quiero centrar mi esfuerzo, con el fin de orientar a quien esté interesado, y para ello se debe uno centrar en el Código Penal, L.O. 1/2015 de 30 de marzo; la L.O. 2/1986 de 13 de marzo, Fuerzas y Cuerpos de Seguridad; los diversos Reglamentos Real Decreto 6/2015 de 30 de octubre, texto refundido Ley de Tráfico, Real Decreto1428/2003 de 21 de noviembre Reglamento General de Circulación, el Real Decreto 2822/1998 de 23 de diciembre sobre el Reglamento General de Vehículos, y hemos revisado para hacer una idea legal amplia y quizá más restrictiva dos Instrucciones Operativas de Prevención de Riesgos Laborales de la Policía Nacional, la Número 9 que trata incidencias de la Seguridad Vial y la número 3 que detalla la Utilización de Vehículos de la Dirección General de la Policía.

Imagen de archivo

Legislación y lógica….

Primero, tengamos en cuenta que es exigible la persecución del delincuente a toda autoridad y sus agentes, lo que faculta a los policías para iniciar una persecución de un delincuente que huye en un vehículo, eso no requiere explicación.

Segundo, tengamos en cuenta que una dotación policial, en persecución, debe detallar dos aspectos, ordenar al delincuente que se detenga de manera clara y compresible por medios acústicos, señales visuales o megafonía; y hacerse visible a los demás usuarios de la vía, peatones y vehículos, para esto debe circular en “Modo de Urgencia” esto es, con sistemas acústicos y luminosos visibles en todas las direcciones. Algo sencillo de lograr con motos, coches, furgones rotulados pero esto descarta portar en los camuflados las luces de emergencia en el interior sobre el salpicadero, y se debe instalar siempre en el techo del vehículo.

La norma nos dice que los sistemas acústicos se pueden atenuar o apagar siempre que estemos absolutamente seguros de haber sido detectados por todos los usuarios de la vía.

Del uso del cinturón y los medios de comunicación, nos exime con ciertos requisitos, aconsejamos la lectura detallada de las normas antes expuestas, del cinturón en vía urbana, y de los medios de comunicación pueden utilizarse en caso necesario por parte del conductor, aconsejando que sea el copiloto quien lo centralice.

Tercero, elemento a tener en cuenta son los “Principios Básicos de la Actuación Policial”, Congruencia (es la lógica) Oportunidad (es el momento adecuado) Proporcionalidad (es la respuesta adecuada a la agresión, el empleo adecuado de la fuerza) … Aquí no hay más que añadir.

Cuarto, son las variables internas y externas del conductor, que debe tener claro el objetivo y visualizar los distintos finales en que puede acabar la persecución. Este cuarto punto es de gran importancia, e incluye realmente a los tres anteriores y se debería interiorizar por los policías en estas situaciones.

En este cuarto punto, los aspectos principales a tener en cuenta, los vamos a detallar en cuatro bloques. 

Delincuente

A quien perseguimos, es muy importante a la hora de tomar decisiones durante la persecución.

Vemos a diario casos de menores que “toman prestado” el automóvil de sus padres para “vacilar”, casos de delincuentes profesionales “aluniceros, atracadores, etc..” que no tienen freno en su huida y los convierte en muy peligrosos asociales, estúpidos y peligrosos borrachos descerebrados que se saltan un control, causan una alarma social y se cobran vidas inocentes cada año, y por último los más peligrosos, el “terrorismo” que usan vehículos como un arma tremendamente efectiva y simple de obtener.

Conductor policial.

Este activo es quizá tan importante como el tipo delincuencial, cada agente debe conocer su pericia, y no, no somos Fernando Alonso, Carlos Sainz padre o hijo, Pedro de la Rosa o Marc Gene, saldríamos en DAZN y no en la página de sucesos.

Hay agentes muy bien formados en material vial, o con una pericia innata, los ves conducir y desconoces como pudo caber, frenar o girar, pero no somos pilotos, solo conductores más diestros habitualmente que la población general, por las horas de conducción, pero somos conductores. Y esa premisa es muy personal, incluye además de la pericia al volante, el estrés y la templanza, y cada uno debe aceptarla sin complejos.

Un detalle de suma importancia, es el copiloto. Si es templado, comunica bien y calma al conductor, sin atosigarle, es una parte fundamental del final exitoso del suceso.

El vehículo

No es lo mismo ir en furgoneta antidisturbios, motocicleta, que en un Alfa Romeo Stelvio 200CV Q4 Auto, el conductor policial, debe incluir en su pericia al volante, la agilidad y fiabilidad de su vehículo, frenos, potencia, elasticidad, estado de los neumáticos, etc… y sumar a su pericia la “estabilidad” de su modelo de vehículo.

La vía.

Esto debe incluir el estado de la calzada, número de carriles, señalización, visibilidad, climatología, y sobre todo densidad del tráfico, zonas peatonales o colegios, centro urbano, y contar con la posibilidad de que El Malo se atasque en un cruce cerrado… Tú decides la actuación, más o menos intensa dependiendo del momento y lugar de la persecución.

Operatividad policial….

Ahora que tenemos cuatro aspectos, de manera sencilla y clara detallados, nos vamos al “área operativa”, que la voy a encuadrar teniendo en cuenta, las lecciones aprendidas.

Mi vida profesional comienza en los años 90, y desde el día uno, la base tomada en igualdad de peso son las leyes y los instructores policiales, pero añado a mis veteranos (profesores o patrulleros), los policías, que, tras años de servicio, les miras y ves sabiduría sin cobardía, implicación, liderazgo, pero también sosiego y sangre fría, como se decía años atrás, “vista al frente, paso corto y mala hostia”

Hace unos años atrás, en un curso de conducción evasiva, surgían preguntas y el instructor nos dio una lección sobre cómo se desarrollan las actuaciones del GEO ante vehículos en circulación, que no voy a relatar, pero que a través de H50 podréis consultar privadamente, y sobre esta base de actuación, nos detalló de manera llana y lógica como se debe desarrollar una persecución en materia operativa.

Las persecuciones se deben procurar que finalicen lo antes posible, sin que signifique arremeter de manera contundente en los primeros metros; idílicamente acabaríamos con la detención de los huidos, haciendo un cierre a través de la emisora central con las dotaciones colindantes, pero esto no es lo normal.

Si la circulación es fluida, sin peatones podremos mantener la intensidad en la conducción, sin bajar la guardia en la precaución del policía, en evitar daños. Pero si la persecución entra en zona de circulación densa o zonas conflictivas el consejo será permitir distancia, no forzar la velocidad, si el delincuente se ve alejarse al patrulla, mantendrá más cuidado en no accidentarse, no por el daño que pueda causar, sino por escapar de la acción policial y huir, facilitándole espacio, parecerá que se va alejando e incluso que nos pierde, y mientras los demás agentes en la zona cierran perímetros, sin obviar que debido a la densidad del tráfico urbano en algún momento lleguemos a un cruce donde detenga su marcha y abandone el vehículo, a pie sin armas por medio, siempre será menos peligroso para todos.

Si por el contrario salimos de una zona densa y conflictiva a otra más abierta donde el riesgo está más centrado en nuestra propia integridad, debemos de tener en cuenta añadir un plus en nuestra pericia a la hora de acometer mayor intensidad o mantenerla, y la premisa es siempre la misma: que cuanto menos dure una persecución menos riesgo asumimos, y menos probabilidad de que se produzcan daños propios, a terceros o al delincuente.

El uso de las armas de fuego debe limitarse a casos excepcionales, espacio abierto, haciendo uso primero intimidatorio, o para la detención del vehículo, si hay seguridad clara, intentar acertar a las ruedas es una opción, pero insistiendo en la máxima congruencia.   

Es decir, la proximidad, intensidad en la conducción, debe basarse en la población colindante, zona de actuación, pericia policial, e intentar tener una imagen clara de quien huye…

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Quien huye.…

Hay un caso que cambia los párrafos anteriores, cuando el delincuente circula y usa el vehículo como arma, en este caso, y por tremendo que suena, este individuo pasa a ser un objetivo, porque cuanto más tiempo esté en marcha, más civiles pueden acabar muertos. En este tipo de casos, el objetivo no es detener vehículo y ocupantes, es neutralizarlos, y en caso de no poder inutilizar el arma-vehículo debemos inutilizar a quien lo usa como herramienta del caos.

Y recuerden… ¡¡¡Tengan cuidado ahí fuera!!!!
 Hill Street Blues, para H50 digital policial.

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