Pablo Iglesias quiere una Policía en España similar a las dictaduras bolivarianas al servicio del cacique de turno

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Las palabras de Pablo Iglesias sobre el incidente de protocolo entre el ministro Bolaños y la presidenta Ayuso, tienen una gravedad extrema y son propias de una dictadura, donde se concibe la policía, no al servicio de la sociedad, sino del poder.

Bolaños debería haber dicho a sus escoltas: ‘Me apartan a esta señora'”, son palabras de Pablo Iglesias. No se corta al continuar diciendo que, “una jefa de protocolo de la Comunidad de Madrid no puede parar físicamente a un ministro del Gobierno del Estado“, ha argumentado Pablo Iglesias en TV3, en alusión al incidente registrado el martes en la Puerta del Sol, “el ministro debería haber asumido el bochorno de decirle a sus escoltas: ‘Me apartan ustedes, por favor, a esta señora, porque estoy representando al Gobierno de España y represento la soberanía popular’. Y si después tenemos que discutir cómo tendría que ir el protocolo, después se discute”.

En definitiva, el mandatario político entiende que la labor de un escolta es abrir paso su VIP, a la personalidad a la que protege. Servir al cacique de turno en sus designios y caprichos.

Nada más lejos de la realidad. Vivimos en un Estado Democrático, un escolta policial debe proteger a la personalidad y esa es su principal y única labor, salvaguardar la seguridad del protegido.

El concepto de policía bolivariana es diferente y perfectamente definido en las palabras de Iglesias. Para el exvicepresidente, un escolta es un guardia personal del señor, del líder, del mandatario, del cacique. Le sirve sin rechistar y por encima de la ley, debe obedecer  los mandatos del dictadorzuelo de turno.

¿Qué pasaría si los escoltas de la presidenta Ayuso se enfrentan a los de Bolaños para que este no suba al estrado?, ¿pelea entre escoltas, mientras los mandatarios miran?… resulta increíble.

La Policía debe mantenerse al margen de los problemas políticos, el espíritu democrático es ese.  Las palabras de Iglesias son de una gravedad extrema y encierran un peligro grave, dejan patente su concepción de democracia; un partido manda y la sociedad obedece, por la fuerza si es necesario. El uso personal de la Policía solo ocurre en dictaduras como Venezuela.

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