Las pistolas eléctricas como dotación policial: Origen y funcionamiento

Comparte ese artículo

Las armas eléctricas llegan para ser una variable a las armas de fuego. En líneas generales podemos hablar de un sistema no letal que mediante pulsos eléctricos controla los músculos motores de un agresor.

Origen de las pistolas eléctricas
En 1974 se diseñó el primer Taser de 7 vatios de potencia, el cual tenía carácter de arma de fuego ya que usaba pólvora como carga de proyección. Pero hay que esperar a 1993 para que salga a la luz el Air Taser, primera pistola eléctrica que no usaba pólvora, con lo que dejó de ser considerada como un arma de fuego. Y fue ya a finales de siglo cuando se empezaron a hacer estudios que demostraban que estos dispositivos de 7 voltios no serían capaces de detener a un agresor demasiado motivado.

En 1999 nace el Taser M26, primera pistola eléctrica con capacidad de paralizar la acción agresiva de cualquier individuo con un alto nivel de agresividad. Como su nombre indica, es capaz de desarrollar 50 voltios a 26 vatios. Y es ya en el año 2003 cuando se consigue reducir el tamaño y peso en un 60% con el Taser X26.

Funcionamiento del Taser
Parece asimilado que este dispositivo no es un arma de fuego, aunque su similitud con éstas en su diseño, es muy similar. Y no solo en su apariencia, sino en su configuración también ofrece similitudes. Lleva integrados alza, punto de mira, seguro manual y disparador, lo que le hace una réplica de las típicas armas de fuego. Y como todo arma que se precie, lleva su funda para conseguir una operatividad óptima.

Cuando se desactiva el seguro, se consigue activar el láser y/o luz del arma. Seguidamente y mediante la acción del disparador se pone en funcionamiento un sistema de pulsos controlados. Las descargas se efectúan durante un tiempo breve, lanzado unos dardos entrelazados mediante unos cables que impactan e interactúan en el sistema nervioso motor del agresor. En ese momento, se paralizan las acciones musculares del individuo que pretende cometer una acción delictiva grave. Estas descargas tienen una duración de 5 segundos, y son controladas por el propio dispositivo.

La batería que posee una pistola eléctrica ronda los 50.000 voltios, a diferencia de una batería de un vehículo de grandes dimensiones que desarrolla 12 voltios. La clave del funcionamiento de la no letalidad de esta arma es que posee 0’023 amperios, contra los 2.450 amperios de la batería de un camión.

Según informes forenses, las personas que mueren por electrocutados necesitan estar expuestos a una corriente alterna de al menos un segundo de una potencia de 0’07 a 0’10 amperios.

@ukpoliceservice

Como se puede ver en la imagen, se recomienda llevar la pistola eléctrica, o bien en una ubicación del chaleco táctico, o bien en el lado contrario del arma de fuego del cinturón. Esta distribución permite que en ninguna situación de estrés, no entremos en confusión qué tipo de extracción debemos efectuar. Igual que se entrena la extracción del arma de fuego, se debe practicar, tanto la extracción de la pistola eléctrica, como de la transición (cambio de arma y/o pistola en una situación de estrés) de una a otra.

Otro dato que se debe tener en cuenta son los elementos con tonos llamativos (color amarillo) de los que están compuestas estas pistolas eléctricas. La mayoría de fabricantes los incluyen para distinguir este tipo de pistolas de un arma de fuego, y así que tanto el agresor como el portador del dispositivo puedan verificar visualmente el arma utilizada.

Artículo elaborado para h50 por un especialista en armamento y tiro 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

error: Contenido protegido por derechos de autor c) 2021 h50. Está expresamente prohibida la redistribución y la redifusión de este contenido sin su previo y expreso consentimiento.