La vida sigue igual

equiparación militares, ejercito
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Estaba el otro día, uno cualquiera, examinando la prensa en busca de noticias que exponer por aquí y no encontré nada, también les digo, no eran horas. A las 00:23 de la madrugada lo único que se puede encontrar son los restos retocados de las “última hora” del día. Sin adentrarme mucho en el proceso, que es innecesario, en lo que recaí es que la vida sigue igual, los de siempre haciendo lo de siempre.

Con “los de siempre” me refiero a todos y cada uno de nosotros ejerciendo nuestras profesiones a diario. Sí, hay cambios, pero entiéndanme, todo sigue igual. Espero que el rollete filosófico barato de barra de bar acabando la última no les esté resultando insoportable. Sin duda, han venido a leer algo relacionado con la temática que vertebra a este medio y se lo voy a dar, tranquilos.

Todos los días hay agresiones, violaciones, asesinatos, y un largo etcétera, aunque no salgan muchos de ellos en la prensa. Lo curioso es que todo sigue igual, la vida continúa y nadie hace nada por darle una vuelta. ¿Para qué? ¿A quién le importa? ¿A las familias, allegados y compañeros? Pero, ¿desde cuándo eso es importante? Pues eso, bien hizo la mujer de uno de los hombres asesinados en Barbate no dejando que el señor Marlaska entregase a título póstumo lo que ya algunos dijeron que no sirve de nada una vez muertos. Teniendo en su mano acabar con ciertas cosas, no hace nada relevante a pesar de que no van bien -por mucho que lo niegue-.

Y es que es una pena, estimados, es una pena que no se pueda hablar de ninguno de los de arriba, muy arriba, bien. Cuéntenme la excepción y la expongo gustosamente de la mejor manera posible. ¿No puede haber referentes? Gente a la que le importe tres narices si al día siguiente le echan de su puesto por incompetente a lo que se refiere a ser incompetente -que es la realidad de muchos ministerios en este Gobierno-. Pero bueno, centrándonos en el que nos concierne por la cuenta que nos trae, es una lástima. Oigan, hay muchos jugándose la vida a diario para que los que pueden no hagan un carajo. Pero claro, ¿para qué? ¿Qué ganan con ello? Si lo bueno llega cuando no haces “ni el huevo”, como diría un amigo.

Porque, no se dejen engañar, si de verdad quisieran hacer algo arriba, ningún policía patrullaría sin chaleco y mucho menos caducado. Se podría neutralizar sin miedo a aquel que intenta atentar contra la integridad física durante una intervención complicada. Que esa es otra, si es que hay pocas… ¿Eh? ¿Para qué llevan la pistola? No, espérense que, al parecer, en Ávila se dice que el famoso “clack, clack” deja sin aliento a cualquiera que esté frente al cañón. La realidad es que el cuchillo sigue en la mano y las ganas de matar en la cabeza.

España ha cambiado. Antaño, como bien dirían muchos, bastaba un binomio con la camisa destapada luciendo pecho lobo con su escapulario y Virgencita del Carmen y un “quieto todo el mundo, documentación” para que tirases hasta el cigarro. Ahora necesitas cuatro indicativos zeta y una furgo de la UPR por si las moscas, oigan, y a veces se complica. Bien lo saben los que están en el tajo a diario. ¿Falta de preparación? Sí, en muchos casos ¿Se facilita? No, ¿falta de recursos? Qué les voy a contar. En fin, ya saben, la vida sigue igual.

Menos mal que hay valientes que echan a andar sin frenos, mirada al frente y sin mirar atrás, gracias a ellos las cosas se mantienen, al menos, y no se va todo al carajo. Todavía hay personas que, a pesar de que les rompan la luna del coche poco después de que hayan asesinado a su marido, salen a liarla. Como bien decía uno: “hagan lío”, que es lo que se necesita. En una sociedad que, en general, no se entera ni de la hora, hace falta lío, agitar conciencias y frenar en seco tanta ignorancia y cabezonería a base de discursos baratos.

Hace nada, una moza que ha salido en TV rebatiendo a Fallarás, puso en su sitio a unas “feministas” que han querido echarla -a ella y otras- de una sala plagada de aplausos en favor de que la vida siga igual. Que se atreva esa, que ha perdido los papeles, a decirle a un agente, que haya vivido una entrada tras un asesinato en un piso de madrugada, lo que es feminismo, violencia, agresiones y el resto de habituales en sus discursos. Seguramente, ese agente todavía siga tratando de asimilar lo que le ha tocado ver más de una vez, mientras ciertas personas hablan alegremente de casuísticas y estadísticas sin entender que, explicando las cosas como son, se desmontan sus discursos.

Según ellas, el hombre asesina por el hecho de ser hombre, no porque esté para encerrar, sino porque es macho. Todo muy lógico. Yo soy hombre y por eso voy a quitarte la vida, porque soy macho y no porque las cosas no funcionen en la azotea. Si fuese mujer y te asesino, entonces bueno… Una mujer mata a mujer, qué drama, 20 segundos en el telediario y una tarde de análisis con don Serafín Giraldo sentando cátedra en televisión. Si es hombre, Serafín Giraldo repite en antena y llaman a muchos súper mega ultra expertos para hablar de machismo y de lo animal salvaje que es el macho. Todo esto, en vez de dotar a quienes se enfrentan a todos estos problemas a diario de lo que necesitan para reducir a la mínima expresión esta lacra, entre otras.

Pero bueno, yo seguiré escribiendo, expresando y leyendo -que me gusta mucho-. Con todo ello, trataré de trasladarles la información de la mejor manera posible. A ver si tratamos de evitar que la vida siga igual.

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