La rebelión nacional

Comparte ese artículo

manuel_novas_caamaño_colaborador_h50_digital_policial

El ex presidente del Gobierno José María Aznar llamaba hace días a una “rebelión nacional” contra la ley de amnistía, que exige el delincuente Puigdemont para que Sánchez pueda seguir en la Moncloa. Exigencia que sin lugar a dudas se le concederá por el presidente en funciones, aunque lo niegue mil veces, a pesar de que una Ley de Amnistía no se contempla en nuestra Constitución, ni en la de ningún otro sistema democrático.

En este sentido, en el Ateneo de Madrid el expresidente del Gobierno Felipe González, que asistió a la presentación del libro del ex vicepresidente Alfonso Guerra “La rosa y las espinas”, manifestó su defensa de la democracia y la Constitución Y dijo “No podemos dejarnos chantajear”, “En dos días se cargaron el Estatuto y en dos días se cargaron la Constitución y ahora con una amnistía se borraría eso y se quitaría la legitimidad a quienes trataron de defenderla” y remarcó “Uno puede defender las ideas que quiera pero lo que no puede es saltarse la legalidad. La amnistía no es constitucional. No cabe, como no cabe la autodeterminación”.

También Guerra fue contundente: “Si un hombre ve injusticias debe decirlo en alto”. Dijo que Sánchez es el disidente “un día defiende una cosa y otro, otra”. “Es un desleal”. También manifestó “como socialista, pido solemnemente que no se dé el paso de conceder la amnistía a los felones que cada día prometen volver a hacerlo”, añadiendo “la amnistía lastraría el futuro de la nación”. 

Dichas declaraciones motivaron la reacción del Secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, que llegó a decir que “desleales son los que no respetan las mayorías del partido”. También desde Ferraz se hizo referencia a la verticalidad con la que se gestiona el partido”, puesto que, ahora los militantes “pueden y van a elegir en una consulta incluso la formación de un pacto de gobierno”. Pues bien, siendo así, que mejor verticalidad que la de todo el pueblo español consultándole en un referéndum la posibilidad de una amnistía a los golpistas. Pero, ahora Sánchez califica el procés de crisis política, “que nunca tuvo que derivar en una acción judicial”, cuando antes llegó a prometer que detendría a Puigdemont, además de apoyar la aplicación del artículo 155 de la CE. Ahora le rinde pleitesía a un prófugo de la justicia. Es el resultado de seguir manteniéndose en la poltrona, aunque sea contra viento y marea.

En estas circunstancias abramos los ojos y veamos lo que tenemos enfrente, la destrucción de la legalidad, la destrucción de la unidad de España, la destrucción de la igualdad económica de todos los españoles, la destrucción de la auténtica democracia, en definitiva la destrucción de nuestra libertad.

Es la bancarrota de España. Ahora estamos en ese momento en que la gravedad de las antedichas circunstancias exigen ponernos serios. No lo podemos consentir. Se acabaron los cortafuegos. Hay que dar la batalla, hay que revelarse contra la destrucción de España, hay que salir a la calle para defender con firmeza nuestros derechos constitucionales antes de que un mentiroso empedernido nos encierre en una autocracia, modificando las leyes a su antojo. Dejemos de estar aborregados. Es la hora de la movilización civil contra la próxima amnistía de los golpistas. Como bien resumió Isabel Díaz Ayuso “La amnistía es una estafa masiva contra España, la democracia, el Estado de Derecho, la Constitución, los jueces, las leyes, la verdad, la igualdad de los españoles antes la ley y la libertad”. Es el actual PSOE el que ha perdido la cabeza, ha dicho David Jiménez Torres.        

Autor: Manuel Novás Caamaño | Abogado

Un comentario sobre “La rebelión nacional

  1. Buen artículo Manuel, contundente. Llegó la hora de revelarse contra la tiranía Sanchista hay que dar la batalla.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

error: Contenido protegido por derechos de autor c) 2021 h50. Está expresamente prohibida la redistribución y la redifusión de este contenido sin su previo y expreso consentimiento.