La Policía Nacional desarticula un grupo criminal dedicado al robo en jugueterías con el método del “encalomo”

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Agentes de la Policía Nacional han desarticulado un grupo criminal dedicado al robo en jugueterías de varias provincias españolas –Zaragoza, Madrid, Granada y Málaga- con el método del “encalomo”.

Han sido detenidas seis personas a las que presuntamente se atribuyen 14 robos cometidos entre los años 2020 y 2024 y se ha llevado a cabo un registro en el que se han intervenido inhibidores de frecuencia, extractores de bombines y herramientas de ganzuado entre otros efectos, además de 5.510 euros en efectivo.

La investigación se inició en el mes de noviembre de 2020 tras dos robos cometidos en el centro comercial Puerto Venecia de Zaragoza que, de forma coordinada, realizaron con el método del “encalomo”.

Las primeras gestiones de investigación permitieron conocer que los autores integraban un grupo criminal afincado en la Comunidad Autónoma de Madrid, pero con capacidad de actuación en todo el territorio nacional, especializado en la comisión de robos con fuerza en establecimientos comerciales mediante la técnica del “encalomo”.

Este método consiste en el acceso y ocultamiento del delincuente en el lugar del robo antes del cierre del establecimiento. Una vez finalizada la jornada laboral y aprovechando la ausencia del personal de la tienda, uno de los autores abandona su lugar de ocultación y fuerza la caja fuerte, siendo su principal objetivo el dinero en efectivo contenido en su interior.

El desarrollo de la investigación permitió acreditar y atribuir al grupo criminal catorce delitos de robo con fuerza; con la peculiaridad de que once de ellos fueron cometidos en jugueterías. Además, se pudo averiguar que los investigados llevaban a cabo sus acciones durante las campañas navideñas, al saber que en estas fechas, las cajas fuertes de los establecimientos asaltados contiene dinero en efectivo fruto del incremento de las ventas, ascendiendo lo sustraído a casi 150.000 euros.

La comisión de los robos consistía en tres fases, en cada una de las cuales los investigados tenían claramente delimitadas sus funciones, teniendo el objetivo principal de conseguir una ubicación adecuada para que  el experto en abrir las cajas fuertes pudiera esconderse hasta que cerrara el comercio.

Primera misión localizar un escondite para el experto en cajas fuertes

En grupos de dos o tres personas accedían, en horas próximas al cierre, al establecimiento comercial seleccionado proporcionándose cobertura mutua para no ser detectados por los dependientes. Una vez en el interior del local, el líder del grupo provisto de una máscara para evitar su identificación, se encargaba de seleccionar el hueco idóneo para el ocultamiento. Una vez elegido el lugar de ocultamiento, se lo indicaba a otro de los miembros del grupo, que sería el encargado de señalárselo al tercer integrante del entramado que buscará el momento justo para ocultarse en espera del cierre.

Una vez se producía el cierre y los dependientes abandonaban el establecimiento, el autor salía de su escondite y pertrechado con una mochila en la que porta las herramientas necesarias, buscaba y forzaba la caja fuerte, con la tranquilidad de encontrarse solo en el establecimiento.

Una vez sustraído el dinero de la caja fuerte y de las cajas registradoras buscaba la salida de emergencia del establecimiento, la cual fuerzan abandonando el lugar con premura.

El principal investigado, quien resultó ser una persona ampliamente conocida por los investigadores dado su extenso historial delictivo en el ámbito del patrimonio, hacía uso de una máscara muy característica para cubrir su rostro durante la ejecución de los robos, con la que conseguía evitar su identificación.

Con los autores plenamente identificados y localizados en la Comunidad Autónoma de Madrid, el día 21 de marzo se llevó a cabo la fase de explotación, durante la cual se practicó la detención de seis de los miembros del entramado criminal y se realizó una diligencia de entrada y registro en el domicilio del líder del grupo, en la que se intervino gran cantidad de herramientas e instrumentos susceptibles de ser empleados en la comisión de delitos contra el patrimonio (ganzúas, inhibidores de frecuencia, dispositivos de geolocalización de vehículos, micrófonos, extractores de bombín para la apertura de vehículos, etc.) y más de cinco mil euros en efectivo.

Al presunto responsable del entramado criminal, se le atribuye, además de los robos, un delito de blanqueo de capitales que se llevaba a cabo a través de la adquisición de vehículos, algunos de ellos considerados de “alta gama” que ponía a nombre de terceras personas. La investigación continúa abierta y no se descartan nuevas detenciones.

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