La huida de Occidente en Afganistán

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Una vez más los talibanes se han salido con la suya en Afganistán. Después de veinte años han obligado a las fuerzas occidentales a retirarse sin honor. Bueno, más que una retirada está resultando una huída vergonzosa. Una estampida. Un caos.

El nuevo Ministro de AAEE de España José Manuel Albares decía en su cuenta de Twiter “No dejaremos a nadie atrás”, refiriéndose, a las 400 personas que conforman el personal diplomático, seguridad, empresarios, empleados,colaboradores afganos, etc. Pero, no es así, occidente al que pertenece USA, UE, Reino Unido, Canadá y un largo etcétera, incluido nuestro país, está dejando a muchas personas indefensas atrás a merced de los talibanes, violadas o desaparecidas, otras encarceladas y obligadas a casarse con los milicianos, además de otras atrocidades, incluidos asesinatos adyectos, por mucho que nos quieran vender que no permitirán la violencia o venganza.

Si nos asesinan en nuestros países occidentales, como no van a ejecutarlos en Afganistán, que ahora reinan sin oposición alguna, con la anunciada creación de un Emirato Islámico. Por ello, Enhebra Jateré, mujer afgana, ha hecho al Mundo una llamada de auxilio, “Soy la número dos de la lista negra de los talibán. Anoche, en una batida, entraron en un domicilio de otras buscadas y las hicieron desaparecer. Ahora mismo no sé si sobreviviré a esta noche”. Las mujeres y las niñas son las que más perderán. Hasta la vida.

Cómo es posible que los países que hasta ahora han sido los adalides de la libertad consientan arrodillarse ante estos salvajes que viven en la época medieval ¿Qué hace la ONU? ¿Qué hace la OTÁN? ¿Las ONGS y otros colectivos? ¿Y los políticos de todo signo? Reuniones, resoluciones, manifiestos, declaraciones dirigidas al “Poder Talibán” en pro de reintegrar la normalidad, ¿pero qué normalidad pretenden conseguir de unos bestias, que desprecian los más elementales derechos humanos? Es una vergüenza.

Es el principio del fin de nuestra civilización, dejar a su suerte a cientos de miles de niños, mujeres y hombres desamparados ¿Esta es la estabilidad y seguridad de nuestra comunidad occidental? Más bien, supone la huída de Occidente de sus principios y valores.

Afganistán, ya Estado Islámico, se constituirá en la base del terrorismo yihadista en un santuario para exterminar a la civilización occidental. Se potenciarán los actos terroristas en Occidente para sembrar todavía más el pánico en nuestras ciudades y así doblegar los pilares de la democracia (libertad, justicia e igualdad). Nos están ocupando con su elevadísima natalidad, pudiendo llegar incluso al poder utilizando nuestras propias reglas democráticas, que luego dejarían de existir. La cultura occidental, que hemos preservado con tantas guerras y muertos, se irá por el sumidero y con ella se irá nuestra democracia.

Será la continuación de la guerra santa declarada por sus guías espirituales del yihadismo para atentar contra los que llaman infieles, contra los que defendemos la democracia, el Estado de derecho, la laicidad, los derechos y libertades, los derechos humanos; y somos contrarios a la teocracia fundamentalista. La libertad en el autoproclamado “Estado Islámico” no existirá. Entre sus principios no existe la democracia, ningún tipo de principio que se aproxime a la libertad, menos aún de enseñanza, pensamiento, conciencia o expresión. Tratan de convertirse en gobiernos teocráticos que controlan a la población mediante la religión y sus ideales, imponiendo la formación religiosa y moral a todos sus fanáticos seguidores. A través de los guías espirituales, los yihadistas son inducidos a ignorar y seguir lo equivocado y manipulador de sus “enseñanzas”. Y, sabemos que existen tres clases de ignorancia: no saber lo que debería saberse, saber lo que se sabe y saber lo que no debería saberse. Estos salvajes degolladores de la libertad y de la cultura se dejan arrastrar por toda clase de perversiones. Es el triunfo del terror islámico, la peor de las epidemias existentes.

Ya me recojo, Biden dice que todo es fruto de un “Acuerdo de Paz”. Ahora me entero que la consecuencia de la firma de la paz es la estampida y caída de las personas desde los aviones ¡El caos! Lo cierto es que USA con sus aliados occidentales han consentido esta ignominia. Han huido de Afganistán y se lo han entregado a los talibanes, en realidad a los mismos yihadistas que asesinaron a cerca de 3.000 personas en los atentados del 11-S. La hegemonía occidental se ha hecho añicos. Sin la determinación para defender nuestros valores a sangre y fuego, si hiciera falta, como hacen los talibanes, esta sociedad desaparecerá. Pensar que cediendo se aclimatan a nuestros valores. Es falso. Su fanatismo es muy superior a nuestra bonhomía. Supondrá nuestro propio exterminio. La cultura occidental dejará de existir. China, Rusia, India y Paquistán serán los más beneficiados. Tiempo al tiempo.

Autor: Manuel Novás Caamaño | Abogado

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