Iván, Mario, Jaime, Rubén y Samuel, cinco policías nacionales uniformados que ayudaron y salvaron a una víctima de violencia de género

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Los hechos que reproducimos proceden de una entrevista en Antena Tres, programa Espejo Público, a dos agentes de la Policía Nacional de seguridad ciudadana, Iván y Samuel destinados en radiopatrullas GAC de la Comisaria de Hortaleza de Madrid y que el día 5 de febrero se desvivieron junto a otros tres compañeros para ayudar a una mujer víctima de violencia de género.

Iván, Mario, Jaime, Rubén son cuatro radiopatrullas y Samuel desde la sala operatativa del 091 que los coordinaba y ayudaba.

Los hechos tuvieron lugar en una vivienda de Barajas (Madrid). Los cuatro gentes de la Policía Nacional acuden a esta casa alertados por la hermana de la desaparecida en contacto con Samuel, el operador de Sala. Encuentran un inmueble con las ventanas tapiadas y puertas cerradas con candados. El individuo que abre la puerta dice que no sabe nada de la mujer desde hace un mes. A los policías le resulta curioso cómo están las ventanas y las puertas, escuchan un ruido y encuentran en el interior de la casa a la mujer secuestrada en estado de shock.

Todo parte de una llamada de la Policía local a la sala del 091. La llamada fue recibida de por Samuel. La hermana de la víctima no conseguía contactar con ella desde hacía días. La víctima había sufrido malos tratos  en el pasado y la familia tenía indicios de que algo pudiera haberle hecho.

Un coche patrulla se traslada al lugar para comprobar que la mujer esté en buen estado. La información que llega en un primer momento a los agentes es muy escasa. El operativo se pone manos a la obra para tratar de localizar a la víctima recabando datos de bases policiales y poniéndose en contacto con Policía Nacional que se vuelve a poner en contacto con la hermana. Finalmente consiguen el nombre de una calle del barrio de Barajas (Madrid). A partir de ahí los argentes consiguen dan con un número concreto gracias a una orden de alejamiento hallada en la base de datos. En ese momento envían un coche patrulla al lugar para comprobar que la mujer se encuentra en buen estado.

Cuando llegan ven que en esa dirección no hay ninguna vivienda. Retoman las gestiones, intentan llamar a la víctima y esta no coge el teléfono. El coche de Policía sigue buscando la casa y al final son ellos quienes ven que en una vivienda cercana al lugar de la dirección puede haber una casa ocupada.

A través del Google Maps los agentes localizan una vivienda que puede ser en la que esté la mujer

Se vuelven a comprobar bases de datos y observan otras casas que pueden coincidir. A través de Google Maps ven que por la parte de atrás de la casa hay un camino de tierra. Cercan la casa por delante y detrás para evitar una posible huida. Les llama la atención una casa de la zona que tiene signos de estar cuidada, se desplazan a la vivienda y tras 15 minutos largos sin que el hombre abra la puerta sale el autor de los hechos.

Finalmente el secuestrador accede con ellos hasta las puertas con candado y dice que son habitaciones que tiene alquiladas a otras personas. Los agentes sospechan de que la mujer pueda encontrarse ahí y piden permiso para poder acceder a estas habitaciones. Finalmente la Policía entra, el varón se desmorona y les deja acceder a la habitación donde mantiene secuestrada a la víctima. La mujer presentaba señales de maltrato, tenía hematomas en el cuerpo y en el momento que fue hallada estaba en estado de shock. “No reaccionaba a las palabra de los agentes y finalmente pudo ser liberada”.

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