¿Es posible un gran apagón en Europa?

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En las últimas semanas diferentes medios se hacen eco sobre este alarmante tema ¿Cuál es el motivo? ¿Es real o podemos estar ante un clickbait? Precisamente, clickbait también denominado ciberanzuelo, son contenidos de Internet que tienen como principal objetivo captar la atención y animar a los usuarios a hacer clic en ellos.

Un apagón, o “blackout” como se denomina en inglés, conllevaría que la vida como la tenemos concebida con sus semáforos, ordenadores, cajeros automáticos, teléfonos, Internet y muchos otros servicios dejaran de funcionar, exponiendo la fragilidad de un día a día cada vez más digitalizado.

Sería una amenaza con un gran impacto en la sociedad, por eso es importante que todos los servicios de emergencia, como la policía, los militares, las ambulancias o los bomberos, sigan funcionando.

Las causas para una posible caída del sistema eléctrico son muchas, una sobrecarga por picos de demanda, un posible fallo técnico,  desajustes en el sistema o incluso, os imagináis, causas “extraterrestres”.

En 1989, millones de personas se quedaron a oscuras en Québec (Canadá) debido a una virulenta tormenta solar o geomagnética.

Como consta en los trabajos del Fondo Monetario Internacional (FMI), “la era post-coronavirus pronostica una oleada de conflictos sociales tras la pandemia”.  El texto de estos estudios públicos pone en valor acontecimientos históricos como la plaga de Justiniano en el siglo VI, la peste negra del siglo XIV o la gripe española de 1918, ejemplos de epidemias con fuertes repercusiones sociales que nos recuerda que, históricamente, las pandemias y los movimientos revolucionarios están estrechamente relacionados

El Fondo Monetario Internacional (FMI) publicaba dos trabajos de investigación en diciembre de 2020 y febrero de 2021.

El primero, “Un círculo vicioso” de Tahsin Saadi-Sedik y Rui Xu habla de cómo las pandemias llevan a la desesperanza económica y al desorden social.

“El impacto social de las pandemias”, es el segundo trabajo realizado por Philip Barrett y Sophia Chen.

Estos dos estudios públicos llegan a la misma conclusión, las pandemias hacen estallar la bomba de relojería y refuerzan el desorden social a largo plazo, pero tienen un efecto pacificador sobre la situación social a corto plazo.

Los investigadores del Fondo Monetario Internacional, ponen de manifiesto a raíz de las informaciones extraídas del trabajo realizado en diferentes actos de protesta que, con el tiempo, el riesgo de disturbios y manifestaciones contra el gobierno va en aumento.

Los técnicos de la institución con sede en Washington (FMI) manifiestan en sus conclusiones que estos resultados sumados a acontecimientos pueden derribar gobiernos, y es que sube el riesgo de graves crisis políticas que normalmente ocurren en los dos años posteriores a una grave epidemia.

Si la historia sirve de referencia, es lógico pensar que, conforme la pandemia se disminuya, los estallidos sociales emergerán en las calles de nuevo, con lo que llegarán las crisis en muchos Gobiernos.

El Ejército ya advirtió en 2017, en un documento sobre riesgos en la próxima década, de que una pandemia suponía una amenaza, y el tiempo le ha dado la razón.

A esto se suma que a primeros de octubre, los gobiernos de Austria y Alemania han advertido a sus ciudadanos que se preparen ante un posible apagón energético total de larga duración en el que todo va a dejar de funcionar, recomendando que hagan acopio de alimentos y enseres para que está situación no les coja desprevenidos.

El Ministerio de Defensa austríaco se muestra alarmante ante el gran apagón.

Para el Gobierno austríaco, las infraestructuras tecnológicas que dejarían de funcionar serían los teléfonos móviles y fijos, Internet, los cajeros automáticos y, entre otros, cualquier tipo de pago con tarjeta.

A su vez, advierten que las gasolineras quedarían totalmente inutilizadas, los semáforos, la iluminación en los túneles, los ascensores, el tren, el metro, el tranvía  y muchas otras infraestructuras.

Dentro de cada casa, aquellos que tengan todo eléctrico, como el calentador, la cocina, el aire acondicionado o la calefacción tendrían muchos problemas, porque no les funcionaría nada, incluido el suministro de agua en muchos casos. Eso sin especificar qué pasaría con el tráfico aéreo y marítimo, que, al ser un apagón en toda Europa, se vería interrumpido.

Este apagón energético total del que advierten las autoridades de Austria también incluiría el no poder acceder a suministros básicos como los artículos de higiene o los alimentos en los supermercados, ni tampoco a los medicamentos en las farmacias, porque permanecerían cerrados

En los últimos 18 meses el Ejército austríaco ha realizado varias maniobras en las que se ensayó la respuesta a esa situación y cómo mejorar la coordinación con la policía y otras organizaciones. El teniente coronel Pierre Kugelweis explica a Efe que estos cuarteles serían la base de apoyo a organizaciones civiles, como bomberos y sanitarios, que requieran energía y coordinación para su trabajo en caso de un apagón. En caso de un apagón, la tarea principal de las Fuerzas Armadas es abastecer y apoyar a otras organizaciones de emergencia, resume el militar.

Ante estas desastrosas previsiones, los responsables políticos han pedido a la gente que haga acopio de alimentos y enseres, y la lista que propones es larguísima, e incluye, entre otros muchos, radio de pilas, linternas, velas, mecheros, fósforos, cocinilla de gas, parrilla, pasta de combustible, agua para dos semanas ( dos litros por persona y día), comida imperecedera también para 15 días, dinero en efectivo, sacos de dormir, mantas, ropa de abrigo, bolígrafos y juegos de entretenimiento, como barajas, tableros de damas o ajedrez, u otros juegos por el estilo para los que no haga falta electricidad.

El Ejército austríaco ha publicado en su página web una guía con instrucciones que llaman el “plan B” para sobrevivir, a la posibilidad de enfrentarse a un escenario apocalíptico durante al menos dos semanas, sin electricidad, y que vaticinan ocurrirá en cualquier momento en los próximos cinco años. Además ante esa situación, la guía explica cómo identificar un corte generalizado y no algo local y puntual:

  • Radio con pilas.
  • Linternas o faros (incluidas suficientes baterías de repuesto).
  • Velas, encendedores, extintores de incendios, alarmas de monóxido de carbono.
  • Agua (2 litros por persona por día; 3-5 días), bebidas, té, café.
  • Comida duradera durante 2 semanas (pasta, arroz, conservas…).
  • Medicamentos esenciales durante 2 semanas, botiquín de primeros auxilios.
  • Artículos de tocador, bolsas de basura, cintas adhesivas, bridas.
  • Cocina de gas, parrilla, pasta de combustible.
  • Efectivo en billetes y monedas pequeñas.
  • Sacos de dormir, mantas, ropa de abrigo.
  • Juegos, bloques, bolígrafos.
  • Tener el coche al menos con medio tanque de combustible.

Ante este posible escenario La Oficina Federal de Protección Civil y Asistencia para Catástrofes de Alemania el 30 de septiembre de este mismo año publicaba un vídeo, donde además de dar charlas en centros cerrados o en la calle donde instruyen a los ciudadanos de cómo actuar ante un apagón energético total de larga duración, que posiblemente tendría lugar durante este próximo invierno, en el que, entre otras cosas, explican cómo calentarse con velas o como forrar los cristales de las ventanas con aislantes para que no entre el frío.

ENTSOE, organismo que agrupa a los transportistas europeos, el pasado ochos de enero, informaba que Europa estuvo al borde un gran apagón a las 14.05 horas el gran sistema eléctrico continental tuvo que de sincronizarse en dos zonas separadas para hacer frente a los problemas de la red de transporte eléctrica.

Europa se encontró en la crítica situación de estar al borde de sufrir un apagón por una alteración en la frecuencia del suministro eléctrico debido a un desequilibrio en las demandas, afectando a países como Francia, Inglaterra o Italia.

Por el momento, una de las naciones que ha informado de esta escena que parece de ficción, ha sido Austria, aunque mantiene la duda de cuándo se producirá este hecho.

Sin embargo no es la única que ha informado de esta escena que parece de ficción, aunque mantiene la duda de cuándo se producirá este hecho. Según Sputniknews Suiza prepara a su población y empresas para un posible “Gran apagón Europeo”.

En el invierno boreal 2021-2022, es posible que Suiza no tenga la capacidad suficiente para proporcionar electricidad a todos sus consumidores. Al respecto, el Gobierno se prepara para enviar notificaciones a 30.000 empresas para que estén listas para reducir el consumo en caso de cortes de energía. Es por ello que el Gobierno de Suiza también ha hecho divulgación de la guía con instrucciones del Ministerio de Defensa de Austria en caso de un apagón de suministro eléctrico.

Autora: Pilaru Ramos | Directora de La voz de h50. Locutora de radio

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