Es un depredador, acosa, utiliza el acecho para atacar a sus víctimas. Lo hubiera intentado mil veces hasta conseguirlo. Este es el perfil del asesino de Lardero. Su obsesión por agredir sexualmente y matar esta por encima del mínimo cuidado para ocultarse del crimen. Sencillamente llevó a su víctima a su “guarida” donde acabó con su vida.
En esta ocasión pensó que era una niña a quien se llevaba dado que la víctima estaba disfrazado por Halloween de “la niña del exorcista”, según cuentan los testigos.
Se abre el debate sobre la prisión permanente sin revisión, ¿tienen cura estos criminales?. La pregunta queda en el aire. Nuestra Constitución orienta las penas hacía la reinserción, quizás sea una utopía.
Con antecedentes por agresión sexual y asesinato. Francisco Javier acabó con la vida a cuchilladas de una mujer. La Audiencia Provincial de Logroño ya le condenó en abril de 2000, al detenido a 20 años de cárcel por un delito de asesinato con alevosía y a 10 años por otro de agresión sexual con ensañamiento a una mujer de 26 años cuando ésta, como agente inmobiliaria, le enseñaba un piso en la capital riojana. No se esconde de sus crímenes. Sencillamente los ejecuta. Un peligro para la sociedad.
