¡ALTO POLICÍA! … y te encuentras una sorpresa

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Cada día en España hay miles de intervenciones policiales, y no son pocas las que dejan cara de sorpresa, ojos abiertos de par en par y la boca entreabierta a los policías…  Sin querer ser suspicaces, los miembros de los cuerpos de seguridad, y sin entrar en detalle, nuestros policías viven situaciones que van desde lo increíble y divertido, lo asombroso o demencial, hasta una historia que bien podría firmar el mismísimo Quentin Tarantino o David Leitch, tan de moda ahora con “Bullet Train”.

Hay situaciones policiales que queremos compartir, otras que ocurren no nos atrevemos a contar; por ser muy duras y desagradables o dolorosas para los que las sufren y los Policías que las resuelven.

De una gran variedad hemos elegido una pequeña proporción, si bien en los relatos de los policías se repiten de forma habitual, y que algunas de estas actuaciones para nuestros agentes son un clásico, pero no de película exactamente.

“Explosiones y Drogas”

Que en la calle Loriga se produce una detonación y en las Salas de Coordinación Policiales entran llamadas de ciudadanos alertando de algo tan grave como una explosión de gas; a la llegada los dos primeros agentes auxilian a las víctimas del Segundo B, sacando al rellano a dos jóvenes, uno de ellos semiinconsciente y el otro muy alterado y con quemaduras leves en un brazo, otros vecinos necesitarían asistencia médica por ataques de ansiedad, algo que no impide a los Agentes, que inicialmente abren los OJOS SORPRENDIDOS, sin desviar su atención, del entorno, los jóvenes y también de los vecinos, y que aunque pensemos que no se han percatado, ya que no será hasta la llegada de otras dos dotaciones, y los bomberos cuando inicien su parte más policial del suceso.

Tan claro para ellos, tras su sorpresa pasando de una explosión con víctimas a algo más tangible para ellos, drogas y químicos en la vivienda, algo ilógico para los vecinos o para los que entrevistamos agentes que abrimos nuestros ojos como ellos antes, al saber que lo que ocurre es algo tan peligroso como una “cocina” de drogas, a veces por exceso de sustancias químicas y otras por evitar ser descubiertos y provocar una falta de ventilación que tras la acumulación de gases combustibles, termina con la atención medica de los jóvenes, en una detención policial de libro por “Tráfico de Drogas”… y en estas que nos vemos alguna queja de algún buen samaritano que carente de información cree que los detienen por la gran corrupción (modo ironía activado) que afecta a nuestras policías…

“Auxilios y Psiquiátricos”

En clave de auxilio, me viene a la cabeza un relato de hace unos años en Teis, donde un hombre de unos 35 años con una enfermedad psiquiátrica, el cual comenzó a destrozar el domicilio familiar, para el lugar se dirigen prestos a proteger a la anciana que llama, dos patrullas y una ambulancia del “061”, esta mujer abuela del paciente, quien está descargando su ira, con muebles, puertas, ventanas, y gritando a los vecinos, algunos de estos están atemorizados por el joven, quien hacha en mano amenaza y ejecuta su poder de destrucción sobre lo que se encuentra a su paso… Aquí la sorpresa la tendrían los agentes, sanitarios o vecinos, por el talante y mano izquierda de uno de sus compañeros.

Lo normal sería entrar como un elefante en una cacharrería, los agentes listos para controlar al hombre y su hacha, o si la cosa se descontrolase y fuese imposible de “poner en seguridad” al hombre y peligrando la vida de la anciana, encerrada dentro de la vivienda, al igual que los agentes “Autoatrapados” voluntariamente en el interior para intentar reconducir la situación, con un disparo certero y que nadie desea, eran años sin “Taser”, y tan siquiera portaban escudos en sus vehículos.

Pero no ocurrió nada de eso, gracias a otro agente resuelto que observo en el cuarto destrozado, hachazos tras la mesa, ordenador, ventana, y silla partidos en pedazos, dos posters en una pared de los “Hombres G”, y sin más comenzó a silbar “Marta tiene un marcapasos”… y le pregunta al hombre del hacha, si le gustan “Hombres G” y tararea la canción, pasando a un… “Yo sono il capone della Mafia, Yo sono il Figlio de la mia mamma…” la CARA DE SORPRESA de los demás agentes, de los sanitarios del 061, al ver que el junto con el policía el hombre canta, baja el hacha amenazante a su costado y se dirige con el agente hacia el exterior de la casa, se sientan ambos cantando… el hacha quedo por el camino, se lo pidió su amigo de “Karaoke” y tras cantar dos o tres estribillos mas, con la intervención del médico y una inyección que dormiría en el hospital al hombre se produjo el traslado al hospital más “voy a pasármelo bien” de la historia, con un enfermo y un policía a viva voz “se que tengo algunos enemigos…pero esta noche no podrán contar conmigo…”

Servicios Humanitarios”

En otras ocasiones las sorpresas no son ni divertidas ni intensas, pero si más emocionales y llegan a lo más profundo.

Nos cuenta un agente como en estas noches frías de otoño, encontraron a una pareja de ancianos, los cuales tras ser declarado en ruinas el edificio de su domicilio de los últimos 50 años, son obligados a salir, se les ofrece por el Ayuntamiento de manera temporal hasta que puedan ser reubicados en un hogar para personas mayores juntos, unos dormitorios separados, ella ira con las Hermanas de la Caridad y el hombre con los Hermanos Misioneros, un matrimonio que jamás se habían separado no les convenció la idea, quedaron en pasar el lunes por la casa consistorial para ver si estaba arreglado su problema, con una pensión de unos 700 euros, y sin recursos, ni hijos a los que quisieran “molestar”, como se plantea un largo fin de semana de invierno.

Como pasar desde el viernes noche, a las cuatro de la mañana que los vieron los agentes tiritando en un cajero.

Los agentes trataron de convencerles de separarse, pero antes morir de frio, los cambiaron a un cajero de los cerrados con algo de calefacción, y siguieron con sus pesquisas para alojarles, algo complejo por ser una pareja, una dotación se persono con bocadillos, agua y unas mantas que trajo de su propia casa, y tras no ser capaces de lograr un lugar acertado, teniendo en cuenta que los Ancianos de más de 80 años, y con una mentalidad más chapada a la antigua, serena y que se debe respetar, lograron convencerles para alojarlos con el consentimiento del jefe de la dependencia policial, en una oficina a modo de trastero, donde calefacción y un colchón hinchable de un agente, sabanas y toallas de otros, hicieron de rincón privado, recuerdo la voz quebrada de los agentes, mientras lo narraban, poco dados a sentimentalismos con todo lo que llegan a ver, escuche quebrar sus voces.

Al final salió bien y el martes fueron realojados en un estudio y su hijo informado, aunque no pareció preocuparle mucho, “Ten Hijos…” finalizo uno de los policías

“Robos y Maleantes”

Una situación habitual, es escuchar las más pintorescas excusas empleadas por los amigos de lo ajeno, cuando son sorprendidos por activos policiales en plena faena; pero también ocurren milagros y más en fechas estas fechas, feliz Navidad.

En estas fechas tan señaladas y más concretamente siendo un día 24 de diciembre, apretando fuertes lluvias en una de nuestras ciudades del norte, una tarde movida con solicitudes continuas al 091 de atención por los ciudadanos, entra una llamada de una central de seguridad privada, que les informa a los agentes que en una calle cualquiera hay en el interior de un restaurante un varón intentado salir del local aporreando con violencia las puertas, y según relata el vigilante a los policías, la propietaria del restaurante les informo, que había cerrado hacia una hora ella misma.

Los vehículos policiales cercan el restaurante, comprobando que, Antonio cliente habitual, no del restaurante en cuestión, sino de los alojamientos Policiales, esta efectivamente en el interior. ¿Piensa mal y acertaras???

A los pocos minutos acceden al interior, con la propietaria, y cuando todo está claro, este se ha colado para robar, por algún lugar que no localizan los agentes en el local. Pocas dudas tienen, pero esta vez son los agentes los que deben abrir sin parpadear los ojos, si hace solo tres días le detenían por robo, hoy le dejaban marchar.

Confirma por teléfono el vigilante que el sujeto por el intercomunicador del restaurante facilito sus datos y las cámaras de grabación arrojan una visión sorpresiva, que el mismo no se acercó siquiera a la barra y la caja, según parece quedo dentro con tremenda borrachera y se durmió en los baños, al despertar para su sorpresa el bar había cerrado.

Para el que habitualmente debe esforzarse en “reventar” para entrar a delinquir, estaba dentro de un bar, y por magia navideña, en vez de robar, pide ayuda por el comunicador para que venga la propietaria y poder salir, que según dice queda mucha fiesta y la noche es joven.

Comprobando por los Policías todas las posibilidades y con cara de “tontos” (perdón amigos policías, por la expresión) le dejan marchar, y el ladrón de profesión, para una vez que está dentro sin esfuerzo, lo que quiere es salir, CON RAZON EL SER HUMANO NUNCA ESTA CONTENTO CON LO QUE TIENE… a ver que pide nuestro Antonio a Santa;

¡Seguro que la buena obra ayuda!!! ..y recuerden ¡¡¡tengan cuidado ahí fuera!!!
 Hill Street Blues para h50 Digital Policial 

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