Deberíamos retirar las placas con los nombres de los asesinados por ETA para no sentir vergüenza

Comparte ese artículo

Cuando entras en algunos cuarteles de la Guardia Civil o en comisarías del Cuerpo Nacional de Policía, o de otras Policías de Comunidades Autónomas hay enormes placas plagadas de nombres. Están muertos, asesinados por ETA. De un tiro en la nuca o una bomba. Acabaron destrozados o cubiertos de sangre.

ETA no es historia, es presente. La última víctima en España fue el 30 de julio de 2009, hace apenas 12 años. El asesinato ocurrió en Palma: Dos guardias civiles destrozados con una bomba lapa. Carlos Sáenz de Tejada García de 28 años y Diego Salva Lezaún de 27, murieron en el acto

ETA acabó con la vida de 853 personas, 3.500 atentados y más de 7.000 víctimas. 22 niños asesinados y muchos huérfanos.

Actualmente quedan 187 presos etarras en cárceles españolas de los que un 40% están ya en el País Vasco.

Actualmente también en España aún se permite glorificar a los asesinos en homenajes públicos.

En palabras de Otegui difundidas en varios medios de comunicación, los Presupuestos Generales del Estado se aprobarán a cambio de sacar a esos asesinos de las cárceles:  “Tenemos a 200 presos en la cárcel y si para sacarlos hay que votar a favor de los Presupuestos, pues votamos. Así de alto y de claro os lo digo”. “Tal vez en esos seis años lo logremos, pero yo eso no lo puedo decir en público”.

El fracaso de un país es olvidar a sus muertos. Su miseria moral es cambiarlos por dinero. No son nuestros políticos, somos nosotros que lo aceptamos.

Nuestra vergüenza se halla en cada nombre de esas placas.

Gedeón Pérez

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

error: Contenido protegido por derechos de autor c) 2021 h50. Está expresamente prohibida la redistribución y la redifusión de este contenido sin su previo y expreso consentimiento.