Vídeo | La causa de ser policía

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El orgullo de ser policía es más que vestir un uniforme, portar un arma o servir al ciudadano. El orgullo de ser policía es saber que cerca de ti hay un corazón azul como el tuyo, el cual daría su vida por ti si fuera necesario y estará junto a ti hasta el final.

¿Nadie se da cuenta de que los policías son la línea que separa el orden del caos? Últimamente se suceden ataques a policías y me temo que parte de la sociedad comienza a acostumbrarse y por tanto a normalizarlo…

La policía está en constante auditoría. Se les exige que actúen pero después se cuestiona cómo y porqué lo hicieron. Se les cuestiona incluso antes de actuar. Se analizan todos y cada uno de sus movimientos de forma inquisitoria, como si la función policial fuese física teórica, sujeta únicamente a la exactitud de fórmulas matemáticas, no proviene solamente de jueces, políticos y superiores, proviene de cada uno de nosotros.

Cada vídeo, cada comentario, cada juicio inmediato que lanzamos. A cada minuto sometemos a nuestros policías a auditoría. Si hacen porque hacen, si no hacen porque no hacen. La gente, a veces, confunde seriedad y profesionalidad con chulería y mala educación…

Cada día se les maltrata más, tanto institucionalmente como en los medios, y están más en el punto de mira para ver si cometen el mínimo fallo y arruinarles la vida.
Pero aún así y con la que les está cayendo encima, se ponen el uniforme, salen a la calle con el ÚNICO PROPÓSITO de  profesionalidad, entrega, vocación de servicio, hermandad y VALOR!

Estamos llegando a un punto de no retorno en el que la policía la volvemos cada vez menos efectiva. Y no echemos la culpa solo a los políticos. El Yugo de la constante sospecha que todos y cada uno de nosotros ponemos sobre ellos, se va a volver en nuestra contra. Porque no olvidéis que a un policía le pagan lo mismo por hacer que por no hacer, y si hacer trae más problemas que no hacer, pues entonces dejarán de hacer. Causa efecto amigos.

Dicen, que los policías van de duros, que son muy chulos, que les cambia el carácter y que se vuelven más serios.

¡PONTE EL UNIFORME! y, a ver que pasa

Antes de hablar del trabajo de un policía deberían informarse de cómo trabajan y porque utilizan algunos métodos que a la vista de un ciudadano pueden no comprenderse. Es indignante que salga una imagen en televisión donde un tío le rompe la nariz a un Policía de antidisturbios y se señale con un circulito rojo el punzón de goma.

¿A nadie le ha importado el estado de salud de ese agente? ¿No se le ocurrió al cámara seguir al agresor y captar la imagen de su cara? Señores, ¿a qué estamos jugando?

Ese punzón que llevaba el Policía en la mano es simplemente un pequeño objeto de goma dura. No pincha, no corta, no provoca lesiones. Sólo se utiliza para presionar, sin mucha fuerza, puntos de dolor del cuerpo para inmovilizar a personas agresivas. ¿No les parece bien?

Es el medio menos agresivo que se puede utilizar para reducir a alguien. Los guantes negros, son simples guantes de auto protección, con fibra anti-corte para no dañarnos las manos con posibles objetos punzantes que llevan los malos, cuchillas, agujas… Y por cierto, que la casa no nos los da: los tenemos que comprar de nuestro bolsillo en la mayoría de las ocasiones y en ningún caso se usan para pegar a nadie sin dejar marca (como dicen ustedes en sus noticias).

A los detenidos se les desnuda, se les quitan los cordones de los zapatos, cinturones, pendientes, incluso a las mujeres el sujetador. Se les retira cualquier objeto con el que puedan autolesionarse en las celdas. Esto es únicamente una medida de seguridad (para los detenidos). Incluso si están muy alterados, se les deja las esposas puestas, se les inmovilizan las piernas o se les pone un casco de moto. Tendrían que ver ustedes lo que una persona detenida es capaz de hacer dentro de una celda.

Se dan golpes contra la pared, se muerden, dan patadas y luego dicen que les hemos pegado. Bajo ningún motivo un detenido entra en una celda sin cumplir las medidas de seguridad obligatorias. Y sinceramente: ¿creen ustedes que son super colaboradores? ¿Que no oponen resistencia? ¿Que entran como corderitos? ¿Dónde viven ustedes? ¿En los mundos del corazón rosa? Piénsenlo detenidamente.

Cuando tengas que lidiar con el yonki, con el inmigrante que se rebota en comisaría porque no trajo el volante de empadronamiento, con el chulito que te tira el pasaporte en la ventanilla, con narcos, terroristas, asesinos, descuartizadores (como en el caso del Subi Blas). de los que la gente huye, correr en sentido contrario en los atentados para auxiliar a los heridos y dar caza con éxito a los responsables, mientras los demás huis del lugar, como cuando sufrimos el mayor atentado de Europa en Atocha y tuvieron que recoger pedazos de personas de toda etnia e ideología que simplemente iban a trabajar.

Entre la espada y la pared, los policías deben soportar la violencia radical mientras desempeñan su labor. Esa misma se asocia a ellos cuando no les queda más remedio que intervenir ante la amenaza.

Pues eso es lo que hacen, cuidar de la gente y protegerla, sin importar si eres blanco, negra, chino, alta, bajo, fea, gordo, incapacitado, millonario o yonki, da igual, protegemos a unos de otros y a todos por igual.

Porque ellos son hombres y mujeres normales, realizando servicios excepcionales. Hombres y mujeres al fin, al servicio del ciudadano.

No es difícil amenazar o insultar a un policía.
No es difícil quemar contenedores o encerrarse en la Universidad para protestar por algo.
No es difícil correr delante de la policía.
No es difícil arrancar un adoquín para usarlo como arma.
No es difícil herir a un policía.
No es difícil destrozar el escaparate de un comercio.
No es difícil forzar una cerradura para vivir en la casa de otro.
No es difícil exigir nuevos derechos.

Difícil es escuchar que a todo esto lo llaman tensión y no disturbios. Antifascistas y no terroristas callejeros. Libertad de expresión y no apología del odio. Artista y no delincuente reincidente. Difícil es saber que hay medios que blanquean, alimentan y avivan la violencia separatista.

Un policía puede acostumbrarse a la muerte, a la desgracia y a la incertidumbre de saber si llegará a casa o será otro héroe de quien nadie se acuerda una semana después. Pero nadie, ni siquiera un policía, puede acostumbrarse a la pena, al dolor, al sufrimiento.

Viven la mitad de su vida en la cara mala del mundo. A veces adoptan el lenguaje de los malos, puede que incluso sus formas. En sus zapatos también hay sudor, sangre y lágrimas, muchas lágrimas.

A los que os quejáis de los policías que llevan “metralletas”, recordad que si podéis quejaros de eso y vivir en paz es en gran medida gracias a esos policías. Cuando quien las lleva no es la policía es cuando tenéis que quejaros.

Así que quiero daros las gracias a todos llevéis el uniforme que llevéis.

Gracias a los compañeros por aguantar lo que aguantáis teniendo las “manos atadas”.

Gracias a los compañeros que os lanzáis a lo que venga sin importaros nada vuestra seguridad. A los compañeros porque así los siento aun siendo ciudadana, mi eterno agradecimiento cuando montáis una línea para defendernos de los desalmados que hay delante, y sin pensároslo dos veces os unís sin importar el color de vuestros cascos. Gracias. Mi respeto y admiración pues vuestro trabajo en estos momentos es MUY complicado, y estáis ahí para cuando se os necesita.

A todos los que los cuidáis, y reconocéis su trabajo GRACIAS. A los que los criticáis con educación y de forma constructiva, GRACIAS. Los ayudáis a ser mejores. A quienes los odiáis, GRACIAS. Los hacéis tener claro que van por buen camino.

Solo os puedo decir que  con vosotros a mi lado me iría hasta al infierno a poner paz. Me siento ORGULLOSA.

La policía siempre estará ahí porque la forman verdaderos PROFESIONALES.

Debemos concienciarnos de esto. Los medios de comunicación ven en nosotros una fuente inagotable de noticias, los jueces nos aplastan, los políticos nos venden y nos utilizan. Respeta, cuida y quiere a tu policía y siéntete orgulloso de hacerlo.

“Es fácil criticar a la  policía desde el sofá” y el amor al Cuerpo se ve “en la dificultad”
Autor, edición: Pilaru Ramos para h50 Digital

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