El pasado 13 de junio, un vigilante de seguridad protagonizó una intervención clave en la estación de tren de Blanes, donde logró reducir a un joven de 20 años, acusado de robo con violencia e intimidación.
El incidente comenzó cuando tres individuos sustrajeron con violencia una cadena de oro a un grupo de cuatro personas. Tras el robo, los delincuentes huyeron hacia la estación de tren, perseguidos por las víctimas. Dos de los sospechosos se escondieron en el baño de un tren estacionado, mientras que el tercero intentó escapar por el andén.
El vigilante de seguridad, alertado por las víctimas, interceptó al joven y le pidió que permaneciera en el lugar hasta la llegada de la policía. Sin embargo, el sospechoso reaccionó con violencia, propinándole un codazo e intentando huir. Esto desencadenó un forcejeo en el que ambos cayeron al suelo, con la intervención de las víctimas del robo.
A pesar de la resistencia del delincuente, el vigilante logró contenerlo hasta la llegada de los Mossos d’Esquadra, quienes procedieron a su detención. El empleado de seguridad sufrió contusiones y rasguños en las rodillas y un antebrazo, por lo que tuvo que recibir atención médica.
El detenido, cuya nacionalidad no ha sido revelada aunque por los vídeos difundidos parece de origen magrebí, pasó a disposición judicial el sábado 14 de junio. Este suceso ha generado debate sobre la seguridad en estaciones de tren y el papel fundamental de los vigilantes en la protección ciudadana.
Un marroquí se cuela en la estación de Blanes y entre el vigilante de seguridad y un par de ciudadanos le enseñan que eso no está bien.
Los ficharía para los tercios. pic.twitter.com/yXOKaPV9S4— Capitán General de los Tercios (@capTercio) June 14, 2025
