Un policía fuera de servicio salva de morir ahogada a una mujer en un río de Ibias (Asturias)

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Un agente de la Policía Nacional de la Jefatura Superior de Oviedo, que se encontraba fuera de servicio,  ha salvado de morir ahogada a una mujer de avanzada edad que se había precipitado al agua desde el puente en San Antolín de Ibias, quedando inconsciente tras la caída, según ha informado el diario digital La Nueva España.

El incidente se produjo el pasado sábado, sobre las 19 horas de la tarde, cuando el agente de la Unidad Territorial de Seguridad Privada perteneciente a la Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana de la Jefatura Superior de Policía de Asturias, que paseaba por la zona del puente, se percató de la caída de esta persona.

A consecuencia del impacto contra el agua y las rocas del río, la mujer quedó inconsciente a merced de la corriente, momento en que el policía, quien se encontraba a escasos 30 metros, llevó a cabo una rápida acción lanzándose al agua sin perder de vista el cuerpo, que ya se desplazaba río abajo.

Fuentes de la Jefatura han confirmado que a unos 100 metros del suceso, el agente consiguió alcanzar el cuerpo de la mujer para posteriormente y no sin dificultad, trasladarlo a la orilla izquierda del rio, donde le realizó las maniobras de reanimación cardiopulmonar.

 El suceso se resolvió afortunadamente y de forma satisfactoria cuando el policía logró estabilizar a la mujer accidentada hasta la llegada de los servicios sanitarios, quienes la evacuaron al Hospital de Cangas del Narcea, donde se recupera de las heridas sufridas.

¿Cómo actuar ante una parada cardiorrespiratoria y qué debes hacer? 

Según el protocolo de RCP de los Servicios de Urgencias Médicas de Madrid, SUMMA 112, en el cual se esgrimen las recomendaciones del Consejo Europeo de Resucitación (ERC) la secuencia de acciones que todo ciudadano que presencia un paro cardiaco debe ser capaz de llevar a cabo, es la siguiente:

  1. Comprobar la seguridad del rescatador, de la víctima y la de cualquier otra persona presente.
  2. Comprobar si la víctima responde. Agitar sus hombros suavemente y llamarle en voz alta.

3.a. Si responde: Tratar de averiguar qué le pasa y conseguir ayuda si es necesario. Observar regularmente.

3.b. Si no responde: ¡Gritar pidiendo ayuda!

  1. Comprobar respiración. Abrir la vía aérea, mediante la extensión de la cabeza y elevación del mentón. Manteniendo la vía aérea abierta, mirar, oír y sentir si hay una respiración normal.
  • Mirar si hay movimiento torácico.
  • Oír en la boca de la víctima si hay sonidos respiratorios.
  • Sentir si notas aire espirado en tu mejilla

5.a. Si está respirando normalmente: Ponerlo en la posición de recuperación. Pedir ayuda. Comprobar que sigue respirando. (Hay muchas variaciones de la posición de recuperación, cada una con sus propias ventajas. No hay una única posición perfecta para todas las víctimas. La posición debería ser estable, cercana a una posición lateral con la cabeza más baja y sin presión sobre el tórax que impida la respiración).

5.b. Si no respira normalmente o está ausente: Comprobar circulación: comprobar pulso carotídeo o signos de vida. Si hay pulso, mantener la respiración a 10 respiraciones/min. Si no hay pulso y sólo un rescatador, avisar al 112. Si hay 2 rescatadores, uno llama y el otro comienza con las compresiones torácicas.

Arrodillado al lado de la víctima

  • poner el talón de una mano en el centro del tórax de la víctima
  • poner el talón de la otra mano encima de la primera
  • entrelazar los dedos y, con los brazos rectos, presionar sobre el esternón, comprimiendo 30 veces seguidas, a un ritmo de 100 por minuto
  1. Combinar las compresiones torácicas con respiraciones de rescate.
  • Tras 30 compresiones abrir la vía aérea.
  • Hacer una inspiración normal y poner los labios alrededor de la boca del paciente, tapando su nariz con nuestros dedos.
  • Soplar de manera constante dentro de la boca mientras se observa la elevación del tórax, durante aproximadamente 1 seg.
  • Continuar con compresiones torácicas y respiraciones de rescate con una relación de 30:2.
  • Únicamente si la víctima comienza a respirar normalmente, se debe parar para revalorarla; de otro modo, no se interrumpe la reanimación. Si hay presente más de un rescatador, cada uno debería llevar a cabo la RCP cada 1-2 minutos para prevenir la fatiga. El intercambio de rescatadores debe hacerse lo más rápido posible.
  1. Continuar la reanimación hasta que:
  • Llegue ayuda cualificada.
  • La víctima empiece a respirar normalmente.
  • Agotamiento del rescatador.

Tal y como indica el SUMMA, en muchas comunidades el tiempo que transcurre desde la llamada al Servicio de Emergencias Médicas (SEM) hasta la llegada de un recurso sanitario, tipo ambulancia o UVI móvil (intervalo de respuesta), es de 8 minutos o más.

Durante este tiempo, la supervivencia de la víctima depende, en gran medida, del inicio precoz por los testigos presenciales de la secuencia anteriormente citada.

Esteban Alarcón Benítez periodista h50

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