Reflexiones de un policía EX-GEO sobre las metas y los fracasos: el caminante y el camino

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¿Cuánta literatura, pintura, canciones, películas… se hacen eco de estas dos palabras?  ¿Por qué las emplean tantos autores? ¿Qué aporta el camino al caminante?

En espontáneo recuento, sin método, me hace volver a pensar en lo mucho que inspiraron a nuestro Cervantes con el inmortal caminante Don Quijote, Don Antonio Machado con su poesía, Delibes, Serrat…

¿Quién hace los caminos?

El camino es inerte, permanece en el mismo sitio, mudo. Pero algunos, como nuestros literatos o pensadores, descubren en él la esencia y un alma. ¿Quién hace los caminos? Quizás el camino primitivo fue senda para buscar el hombre a la huidiza caza o para cultivar tierras y conseguir el sustento, la supervivencia. Algunos caminos se extienden por fértiles llanuras o perfumadas laderas, otros por angostos desfiladeros sobre estrechos y vertiginosos precipicios que ascienden a las crestas y cúspides de las montañas.

Todos los caminos no son tangibles físicamente, si entre ellos metafóricamente englobamos a las vías marítimas, rutas aéreas o líneas mentales que se marcan los caminantes para llegar a su objetivo y este es el último es el tema central del presente artículo.

Caminos cambiantes

Los caminantes que andan muchos caminos seguro que habrán experimentado que este es cambiante, que nunca es igual al de ayer como ya bellamente expuso Machado. Cambia su fisonomía, su luz, su polvo, su aroma… Inevitablemente esa esencia la absorbe el caminante. El caminante participa de esa constante transformación y ambos cambian, ambos influyen en la constante evolución. Probablemente el caminante que sólo camina por ricas vegas tropicales es distinto al que sólo camina por austeros senderos que se dirigen a las cúspides montañosas. Muchos opinan que el camino influye en el caminante, especialmente cuando este busca un elevado objetivo.

¿Por qué esta reflexión del caminante y del camino? Yo la he argumentado con algunos jóvenes de mi entorno familiar, amigos, compañeros… Esos miles de jóvenes entusiastas, de los que estamos rodeados, que pese a las dificultades a las que se enfrentan en esta dura y competitiva sociedad, esgrimen a diario ilusión con coraje y constancia para conseguir su objetivo. La mayoría tarde o temprano se tienen que enfrentar a una oposición o competición, donde todo está medido, todo se evalúa y se elige. Un porcentaje de ellos consiguen alcanzar su meta. ¿Pero qué pasa con los otros jóvenes, desgraciadamente un porcentaje superior a los anteriores, que pese a su lucha rozan su meta, pero no la rebasan? ¿Qué tratamiento merecen y que argumento les puede consolar?

Oposiciones

En mi corta experiencia de ínteractuación con algunos de estos jóvenes valientes pierden, porque se han quedado con un 4,90 en la oposición para entrar en el Cuerpo Nacional de Policía, Guardia Civil, Policía Local, Ejecito, en la promoción… Es difícil para ellos asumir el golpe y los consejos cuando no los piden. Quizás ese golpe es todavía más duro, cuando después de superar varios cortes de algunos cursos específicos como, del GEO, GOE…, después de poner su capacidad al límite en el curso, en el ultimísimo corte, por las matemáticas son rechazados. Una decisión difícil para el responsable de la elección y un mazazo para el rechazado.

Creo que el descartado debería percibir la necesidad de la medida justa y hasta un mínimo de razonamiento, también añadiría un grado de reconocimiento a su esfuerzo, actitudes que no mermarían la firmeza de la decisión, probablemente ayudaran a mitigar el golpe que recibe el opositor. De otra forma, sin esta sensibilidad, defrauda demasiado al opositor, como he apreciado en varios de estos jóvenes luchadores, que en definitiva son nuestro sustento social.

Perseverar

En alguna charla que he mantenido con estos aparentes “perdedores”, les he intentado suavizar su dolor con la arenga antes expuesta y con la mordiente que el que no hayan conseguido a la primera o a la segunda su propósito, les ha desposeído del triunfo inmediato, pero nunca del esfuerzo para seguir caminando por el camino que les hizo fuertes y les ayudó a conocerse a sí mismos. El ilusionado y apasionado sueño del joven caminante remueve los molinos y obstáculos, pone a prueba su fuerza y coraje diario; en definitiva, lo entrena de forma saludable, consigue conocerse y desde la humildad de experimentar la seguridad que da el esfuerzo. Son los elementos y sentimientos intrínsecos del caminante que debería por sí solo percibir, los que le da el camino que nadie puede arrebatarle y nosotros, los que ya hemos cubierto varias etapas, ayudarles a disfrutar exponiendo nuestras experiencias.

(*) Miguel Jarque para h 50 Digital Policial. Jarque en miembro de la Policía Nacional (jubilado) y autor del libro “Supervivencias de un GEO”. Contacto del autor: mijarque@gmail.com . Enlace video presentación libro: https://www.youtube.com/watch?v=e-s_n6tm-AM

3 COMENTARIOS

  1. Reflexiones excepcionales. Pero que son la vida misma por D. Miguel JARQUE.
    Una persona, excepcional. Sencilla. Transparente y con un corazón inmenso.
    El libro suyo EXCEPCIONAL. Digno de lectura…. 👏👏👏🇪🇦🇪🇦💖🌹

  2. Perdonad por molestaros otra vez. Y por vuestra paciencia.
    Es un honor conocer a Miguel. No hay palabras… Y eso que de momento solo me ha cabido el honor de hablar con el. Y si Dios quiere nos conoceremos en persona ya.
    Pero a parte de esto.
    Si tenéis la oportunidad de leer su libro hacerlo.
    Si libro y experiencias del GEO.
    Lo recordaréis en una parte de vuestro corazón. Por qué es especial y es digno de estar en cualquiera de las bibliotecas de todos los interesados y amamos esta profesión.
    Nuestros GEOs empezando por su Comisario Principal y demás componentes del Grupo tienen una deuda de gratitud por que irradia cariño a España y al Grupo. No hay palabras…

  3. Eduardo gracias por tu comentario. No lo había leído hasta ahora, aunque sea un poco tarde quiero corresponder con aquello “de bien nacido es ser…” Sé del afecto que nos une desde que coincidimos en ese amor y entrega por nuestra sociedad y por España, aunque en este artículo pese a promocionar mi libro, va dirigido a reconocer la valía de esos aparentes perdedores del 4,95 quizás simplemente porque somos muchos para un hueco reducido. Ojalá que sirvan estas letras para dar ese pequeña autoconfianza que precisa el que tiene que levantarse y seguir una vez más por el camino del trabajo diario.

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