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Presos contra el fuego: ¿por qué encerrarlos cuando pueden desbrozar nuestros montes?

Imagen de Ronald Plett en Pixabay
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En un momento en que la prevención de incendios forestales se ha convertido en una prioridad nacional, son varios los seguidores de h50.es que han escrito a nuestro medio para proponer una iniciativa innovadora que busca unir dos necesidades sociales: la conservación de los montes y la reinserción laboral de personas privadas de libertad. La iniciativa planteada busca proponer al Gobierno que emprenda políticas para facilitar el acceso al empleo a presos penitenciarios mediante su participación en tareas de desbroce, limpieza forestal y prevención de incendios en todo el territorio español. De esta forma el tiempo en las celdas se sustituirían por jornadas laborales con claro beneficio no solo personal sino para toda la sociedad.

Una solución doble: medio ambiente y reinserción

La propuesta parte de una premisa clara: los internos en centros penitenciarios pueden desempeñar un papel activo en la protección del medio ambiente, en lugar de permanecer inactivos dentro de las cárceles. Al integrarlos en brigadas forestales supervisadas, se les ofrecería una oportunidad real de adquirir habilidades laborales, disciplina, sentido de responsabilidad y contacto con el entorno natural.

Estas labores no solo contribuyen a reducir el riesgo de incendios —una amenaza creciente en regiones como Galicia, Andalucía o Castilla y León—, sino que también permiten que los presos se sientan útiles para la sociedad, prestando un servicio que beneficia directamente a la población.

Formación, empleo y dignidad

Para que esta propuesta sea viable, se plantea la creación de programas formativos dentro de las prisiones, orientados a la capacitación en tareas forestales, uso de herramientas, seguridad laboral y primeros auxilios. Una vez formados, los internos podrían incorporarse a cuadrillas de trabajo en colaboración con ayuntamientos, comunidades autónomas y organismos como TRAGSA o las BRIF.

Este modelo ya ha sido explorado en otros países, como Portugal o Estados Unidos, donde los resultados han demostrado una mejora significativa en la rehabilitación de los participantes y una reducción en la reincidencia delictiva.

Beneficios penitenciarios por servicio a la sociedad

Uno de los pilares de esta propuesta es la posibilidad de conceder beneficios de condena —como reducciones de pena o permisos extraordinarios— a aquellos presos que participen activamente en estas labores. Al realizar un trabajo que aporta valor social y contribuye a la conservación del patrimonio natural, se reconoce su esfuerzo y compromiso con la reinserción.

Este enfoque no solo humaniza el sistema penitenciario, sino que también transforma la percepción pública de los internos, mostrando que la rehabilitación es posible cuando se les brinda una oportunidad real.

Una apuesta por el futuro

En tiempos de emergencia climática, incendios devastadores y tensiones sociales, esta propuesta representa una apuesta valiente por la justicia restaurativa, la sostenibilidad y la dignidad humana. Convertir a los presos en agentes de protección ambiental no es solo una medida práctica: es una declaración de principios sobre el tipo de sociedad que queremos construir.

¿Y si el monte gallego, el pinar castellano o el bosque mediterráneo se convirtieran en el escenario de una segunda oportunidad? La respuesta está en manos de quienes legislan, pero también en la voluntad colectiva de creer en la rehabilitación como camino hacia una sociedad más justa y resiliente.

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