Aquí llega una historia inverosímil, de esas de héroes uniformados, curtidos en épicas persecuciones pero con nóminas que harían llorar hasta al más insensible de los inspectores de Hacienda. En una parte de España tenemos a Patxi, ertzaina de pura cepa, vasco de nacimiento y funcionario de élite. Por otro lado, en algún lugar de la mancha del cual no quiero acordarme tenemos a Paco, Policía Nacional, español hasta la médula, patrullero incansable de calles que no siempre salen en los folletos turísticos… Escenificaremos un combate entre ellos, no es por honor ni por justicia. Es por euros. Literalmente.
Round 1: El sueldo
Patxi, con su boina característica de dignidad autonómica, cobra un salario que haría que Paco pensara seriamente en pedir el traspaso a su unidad… si no fuera porque, claro, eso no depende de él, sino de una cosa difusa llamada “modelo territorial”. El bueno de Patxi, sin hacer demasiado ruido (porque para eso están las sirenas del coche), se embolsa a final de mes unos 600 eurillos más que Paco. Lo suficiente como para que en la máquina de café con efecto laxante del cuartel de Paco ya no se hable de crimen organizado, sino de “desigualdad organizada”.
Round 2: Las condiciones
Mientras Paco se apaña con chalecos antibalas de la era pre-dinosaurio y coches que protestan al arrancar más que un sindicalista en huelga, Patxi disfruta de material de última generación, entrenamiento de primera y café de verdad en la comisaría (sí, del bueno, no ese polvo marrón con restos de haber aspirado el coche después del verano). A veces, cuando Paco patrulla bajo la lluvia con su chubasquero que no repele ni la humedad de un suspiro, se pregunta que sería de él y su familia si en otra vida fue un contribuyente vasco. Spoiler: no lo es. Por eso cobra lo que cobra.
Round 3: Las competencias
Ambos se juegan el pellejo con sus intervenciones, ambos plantan cara al delito, ambos son insultados en redes sociales por igual (¡igualdad por fin!). Pero, mientras Paco cubre el 80% de España en turnos partidos y con gasolina justa para llegar al siguiente aviso, Patxi actúa en un territorio más reducido, mejor equipado y con refuerzos que, sorpresa, no tienen que venir desde la otra punta del país.
España, esa tierra de oportunidades… dependiendo de dónde naciste
¿Que los policías nacionales y guardias civiles llevan años reclamando una equiparación salarial con los Mossos y los ertzainas? Sí. ¿Que se han hecho promesas? También. ¿Que se han cumplido? ¡Ja! ¡Claro! En otro multiverso donde los presupuestos se reparten como churros en feria.
Así que ahí siguen, Paco y Patxi, sirviendo a la ciudadanía con la misma vocación pero con diferente hoja de sueldo. Uno cobrando lo justo (dicen), y otro cobrando lo que se puede cuando tienes competencias transferidas, un sindicato que pesa y, lo más importante, un nombre con “tx”.
Porque ya lo dice el refrán: “Policía somos todos, pero unos más que otros.”
