Patrullando la ciudad de Metrópolis. La luz (I parte)

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Radiopatrulla, zeta
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En la policía, no todo es sufrimiento y dolor…

Qué hay más satisfactorio que ayudar a la gente; lo que sale en prensa, radio y televisión relativo al trabajo policial y que todos vemos son las grandes operaciones, accidentes, actuaciones espectaculares, sucesos terribles, morbo y dolor de muchas familias que no desean ser los protagonistas. Pero la policía es más que eso, existe el buen humor, hay satisfacción y ciudadanos felices de ver una patrulla, y menos mal que éstos son mayoría…

A esta mayoría de conciudadanos dedicamos tres relatos….

En el recuerdo de algunos de nuestros amigos policías, salen intervenciones que les dejan huella, y que no son las huellas sombrías, que también marcan el carácter de los agentes (de azul, verde, rojo o negro…) estos agentes no solo tienen marcas de sus actuaciones diarias en la ciudad de Gotham, también sonríen tras un día de trabajo en metrópolis bajando gatitos.

En Gotham la vida es dura, no cada día, pero sí habitualmente. No diremos que haya miedo, pero sí cierta precaución en zonas y horas del día, no solo en sus vecinos, sino incluso las Fuerzas de Seguridad que centran su atención y sus sentidos para evitar verse sorprendidos.

En Metrópolis la vida es bella… “Que peliculón”… ¡al caso que me pierdo! Tampoco es bella cada día… hay delitos: robos, homicidios, hurtos y estafas. Pero la vida tranquila es lo normal, cada día transcurre entre luz y calor, vecinos sonrientes con trabajo, con ocio y cultura, y, sobre todo, tienen seguridad.

Al final la diferencia, como siempre, es la inversión; dónde queremos invertir y con qué motivación, hacerlo en la luz y la seguridad o invertir en las sombras y la confrontación. Pero dejemos la política a un lado, veníamos a entretener, que es el fondo de estos breves artículos, y cada uno libremente que elija, Gótico, Metropolitano o los dos …

Patrullando en Metrópolis cualquier cosa puede suceder, desde ver pasar a los capas rojas hasta ayudar a cruzar la calle a un grupo de niños de un colegio. Estos saludan y te sonríen, y como patrullero, eso siempre gusta.

Un operativo de drogas, donde los agentes que esperan un peligro inminente pretenden eliminar un punto de venta de droga, distribuyendo los cometidos y preparados para actuar con fuerza. Y sí, la suerte a veces sí está del lado bueno: llamas a la puerta, gritas “POLICÍA” y te abren la puerta… una pareja riendo en ropa interior. Él en calzones de “Patricio Estrella” y ella de “Hello Kitty”, una mesa con un buen montón de papelinas de droga, un par de básculas y la cara de sorpresa que ponen es igual a las caras de risa de nuestros compañeros de UPR equipados y armados con su ariete. Por suerte, hoy solo es necesaria su presencia como precaución… esto sí es un buen operativo.

Las Unidades de Intervención, que se disponen a proteger una concentración en clave de protesta. En una acera, vecinos que cansados de ruido nocturno se quejan de los locales de ocio, y en la otra, los dueños y trabajadores de estos locales. Y no pinta muy bien. Vale que no es PODEMOS & VOX, pero la tensión va en aumento. Por suerte en Metrópolis parece que la luz ayuda. Y si en cualquier otro lugar descanso-trabajo y hogar-ocio son irreconciliables, aquí, llegados a este punto, se paran en seco y hablan. Acuerdan ante la mirada atónita de los antidisturbios, unos cambios sencillos, que, si bien son un coste para las partes, sería lo lógico en cualquier otro lugar, pero solo en Metrópolis parece ser lógico. Unos acuerdan dobles puertas y prohibir a los clientes nocturnos permanecer en el área de los establecimientos, o dentro o a casa… y los vecinos colaboran con los cierres de portales y soportales del entorno. Y así, los antidisturbios se convierten en meros observadores.

Vigilar una calle cualquiera y localizar a una anciana en la frutería que se extravió de su área de confort, salió de su calle y luego no reconoce donde está. Y cómo no, con ayuda de los vecinos o con una nota que sus hijos le han dejado en la cartera para localizarles sin perder instante, se acercan al domicilio de mamá… donde entre preocupados por ella y agradecidos, hacen que nuevamente los agentes por dentro mediten que: éste es “El mejor servicio del día”… o de la semana.

Vivir en Metrópolis no es disponer de menos Fuerzas de Seguridad. No es eliminar la protección, ya que ésta siempre es útil y da tranquilidad. Es tener la suerte de vivir en un lugar que, aunque todo el engranaje esté puesto en marcha y funcionando, en muchas ocasiones los confrontamientos se solventan solo con que nuestra policía “simplemente” esté presente… La precaución es la luz de esta ciudad. Es estar, permanecer y dejar correr la vida.                                

…esto es vivir en Metrópolis… Próximamente, Gotham…       

En Metrópolis a 15 de abril de 2021.

Fdo. Hill Street Blues

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