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La verdad que no quieren que se escuche

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Un artículo escrito por Amara Martín Vázquez @laflordehielo

En nuestro país, Osadía se llama UME. La Unidad Militar de Emergencias, siempre dispuesta para la foto, para el aplauso fácil, para salir en portada con el fuego de fondo.

Pero ¿quién sostiene realmente la primera línea de la lucha contra incendios?

Los BOMBEROS profesionales, los forestales, los brigadistas, el Grupo 43 desde el cielo..Los bomberos esos que llevan camiones que se caen a pedazos, que trabajan en parques en condiciones indignas, que patrullan los montes en verano sabiendo que los recortes y la falta de efectivos los ponen en riesgo cada día.

La metáfora es clara: La UME (los bomberos lowcost llamados desde dentro del Ejército) es el músculo que todo lo ocupa, que se viste de héroe aunque después de que otros ya se hayan jugado la vida. Pero los medios, los titulares, los polítiocs, prefieren esa imagen vistosa antes que reconocer al BOMBERO que lleva décadas apagando fuegos sin altavoces ni aplausos.

Y ahora, como si no fuera suficiente, se prepara el siguiente golpe:

PLAZAS RESERVADAS PARA MILITARES EN OPOSICIONES DE BOMBEROS

Un desprecio absoluto a quienes han dedicado años de estudio, de preparación física y psicológica, de vocación verdadera.

¿De verdad se cree alguien que apagar un incendio, rescatar en un accidente de tráfico o entrar en una vivienda ardiendo es lo mismo que desfilar en formación?

Esto no va de corporativismos. Esto va de eficacia, de profesionalidad y de respeto.

Los bomberos son especialistas en emergencias civiles. La UME es ejército. No son lo mismo, ni deben serlo. Porque el fuego no entiende de jerarquías militares ni de medallas: se apaga con experiencia, con medios adecuados y con profesionales formados para ello.

Los ciudadanos, muchos, miran hacia otro lado. Prefieren el relato edulcorado que se les sirve: el cambio climático es un enemigo abstracto, que las olas de calor se combaten con ruedas de prensa y que “todo está controlado”.

Psicología inducida, anestesia social. Y mientras tanto, los parques de bomberos siguen BAJO MÍNIMOS, los camiones siguen envejeciendo, los retenes forestales siguen jugándose la vida con material precario.

Por eso, los que escribimos, los que no aceptamos la versión oficial, no encajamos en la historia oficial del Gobierno, porque sabemos que la VERDAD incomoda. Y la verdad es que sin bomberos no hay seguridad real, aunque se vista de negro y boina amarilla y marche al paso…

Porque no nos engañemos: los millones de euros del presupuesto de Defensa caen siempre del lado militar. La UME estrena material y vehículos mientras en los parques de bomberos ( solo hay que darse una vuelta por algunos rincones de España para comprobarlo) circulan camiones de más de 30 años que literalmente se deshacen en servicio.

El Grupo 43, la Unidad Aérea que combate incendios forestales, sigue volando con aviones de los años 80. ¿De verdad alguien cree que esas aeronaves podrán sostenerse en el aire toda la vida? ¿O vamos a esperar a que ocurra una tragedia para invertir en medios modernos?

Si debemos dar las gracias es a esos pilotos y a su eterna vocación siempre en primera línea desde el aire, con emotivas e impresionantes imágenes de sus descargas de agua sobre el fuego y verlos sobre volar nuestros pantanos, el mar uno detrás de otro para cargar agua hasta que la luz del sol se va…

Son GRANDES…

La gran diferencia es esta: a los militares les enseñan a acatar órdenes; a los bomberos y forestales, a pesar, decidir y actuar en segundos cuando la vida de una persona depende de ello.

No somos soldados, somos profesionales.

No apagamos fuegos obedeciendo un protocolo rígido, sino usando experiencia, conocimiento y valentía en situaciones límite.

La vocación no puede sustituirse con disciplina marcial. Quieren cambiar bomberos por soldados, especialización por obediencia, profesionalidad por jerarquía.

La sociedad, anestesiada, prefiere mirar la foto de la UME marchando entre las llamas. Pero la realidad es otra: Los verdaderos guardianes contra el fuego están abandonados, invisibles, quemándose en silencio junto a los montes que arden

Y mientras todo se quema … los políticos siguen ignorando

La LEY MARCO…

Los BOMBEROS no son HÉROES.

No viven de la épica ni quieren medallas colgadas al calor de una tragedia.

Son PERSONAS: con familias, con miedos, con cicatrices invisibles de cada intervención.

Lo único que piden es DIGNIDAD en su trabajo y medios para hacerlo bien. Quieren profesionalidad reconocida, condiciones seguras.

Porque el fuego no se combate con discursos ni con fotos. Se combate con bomberos formados, equipados y respetados.

Ni héroes, ni soldados: BOMBEROS PROFESIONALES.

Desde este artículo reconocer el valor de todos los Bomberos que voluntariamente se han ofrecido por redes sociales y grupos de whatsApp para dar lo mejor de sí mismos y dar cobertura al resto de bomberos forestales, brigadistas abandonados por las instituciones (como de costumbre sin resolver los intereses y problemática de la dignidad de un trabajo seguro y bien remunerado), se les llena la boca a los de los de “Riesgos Laborales” y luego vemos estas indignantes cosas …

A los Bomberos mis respetos siempre…

Un artículo escrito por Amara Martín Vázquez @laflordehielo

2 COMENTARIOS

  1. A qué espera el colectivo de bomberos para echarse a la calle y mostrar a la ciudadanía lo que está pasando. O es que también están politizados los sindicatos de bomberos?

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