La prostitución de las palabras

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Hasta bien entrada la década de los 90 no se podía hablar de Alemania sin pensar en sus ciudadanos como nacionalistas cargados de odio, torturadores, sectarios y asesinos. Sería pasados casi más de 10 años de la caída del muro de Berlín cuando se empezaron a ver a los alemanes como lo que son, ciudadanos de un país llamado Alemania, igual que nosotros, personas que solo piensan en vivir su vida, trabajar, disfrutar de su tiempo libre y en definitiva que les dejen en paz.

Eso fue porque la palabra nazismo iba ligada a la palabra Alemania, habría que preguntarles a ellos como han hecho para quitarse ese “sambenito”, pero, ¿quién ha hecho que se asocie a una persona o un país a una palabra?

No nos iremos muy lejos.

Si yo digo la palabra Manada, manada es una familia de animales de la misma especie, ejemplo; manada lobos, coloquialmente se refiere a un grupo de amigos muy unidos, para mí una palabra muy bonita, por lo que conlleva, lealtad, fidelidad, apoyo, cariño, unión. Pero decirme, ¿qué se os viene a la mente? Un grupo de violadores.

¿Por qué?

Porque un grupo de jóvenes que se autodenominaban La Manada violaron a una chica.

Ahora los medios de comunicación cuando tienen que explicar un caso de violación en grupo usa el término manada, la manada de Algeciras, la manada de Alicante… ahora imaginaros que un grupo de amigos decidimos autodenominarnos La Manada, ¿Ya somos violadores?

Bien, eso está pasando en Cataluña.

El catalán es un idioma muy bonito, casi entendible por todos los españoles porque es muy parecido, con un acento cerrado, incluso gracioso, pero como todas las intenciones nacionalistas se han hecho en catalán y como cuatro subnormales, que no se les puede llamar de otra manera, han querido imponerlo por cojones, no sólo por toda la geografía catalana, también por parte de Castellón y Comunidad Valenciana, pues se le ha cogido como una especie de hartazgo o incluso asco en algunos puntos de nuestra piel de toro.

La sardana, un baile muy bonito de ver dónde todos nos cogemos las manos y dibujamos una redonda con nuestros cuerpos de bajando las manos y subiéndolas armonizamos pasos con las puntas de los pies y declaramos una unión, si alguien ve una sardana, ya no ve un baile regional precioso, ve un baile independentista.

Lo mismo pasa con el Cant Dels Segadors (Himno de Cataluña) que habla del poder del pueblo fácilmente extensible a todos, Els Castellers símbolo de hasta dónde podemos llegar todos juntos, una bandera con una leyenda de cuatro barras de sangre preciosa.

No podemos pensar en ninguno de esos símbolos sin caer en la trampa del independentismo, nos han lavado el cerebro, no sólo a los independentistas que sienten amor patrio por estos símbolos, también al resto que sentimos hartazgo e incluso asco, y esto tiene un nombre, la prostitución de las palabras o de los símbolos, vas en el tren y escuchas a personas hablando en catalán y te gustaría acercarte y decirles “va de retro Satanás” (clave de humor), pero luego piensas, si también es mi idioma por qué me enfado.

Y pensando y pensando he llegado a esta conclusión.

Si dejamos que todo esto nos afecte, ellos ganan, porque el nacionalismo se basa en generar odio, pero que genere odio entre sus votantes aún tiene un pase, pero el resto no somos nacionalistas, veamos las cosas como lo que son, palabras, bailes, banderas, tradiciones, no nos dejemos prostituir, y para que vayáis saliendo de ese hartazgo os dejo las palabras en catalán más bonitas de toda la historia de Catalunya:

  • Que República ni que collons!
  • La republica no existeix, idiota!

Fdo. “PUCHINI”, un gran colaborador y seguidor de Policía H50

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