La Policía Nacional y la Guardia Civil liberan a cinco mujeres a las que explotaban sexualmente

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La Policía Nacional y la Guardia Civil han detenido a siete personas pertenecientes a una organización criminal dedicada a la trata de seres humanos con fines de explotación sexual.

Durante la operación  han liberado a cinco mujeres de ejercer la prostitución contra su voluntad.

Investigación

La investigación comenzó en el mes de junio del 2019 tras tomar declaración a un testigo protegido, quien manifestó era víctima de una posible organización criminal dedicada a la trata de seres humanos con fines de explotación sexual, y que tenia conocimiento de que había más personas en su misma situación.

Por otro lado, en octubre de 2019, comenzaron una investigación tras tener conocimiento de una agresión a una joven de 18 años de nacionalidad extranjera y embarazada, ocurrida en Caspe (Zaragoza).

Tras la investigación realizada averiguaron que la joven trabajaba en un club de alterne ubicado en la localidad de Caspe, sin estar asegurada como trabajadora en la Seguridad Social, y que gran parte del dinero que ganaba era entregado a la madame, la cual sería la encargada de trasladar a la víctima desde el lugar de trabajo a su domicilio para que no tuviera contacto con sus clientes fuera del local.

Meses después y, tras varias gestiones, consiguieron identificar a varias personas relacionadas con la organización. Tras analizar la información obtenida comprobaron que las víctimas las captaban en su país de origen con la promesa de una vida mejor y las convencían para venir a nuestro país a ejercer la prostitución.

Entre los lugares en los que las obligaban a ejercer la prostitución estaba un club de la localidad de Caspe (Zaragoza). La organización contaba con dos personas que ejercían como lugartenientes y tenían bajo su control el club de prostitución, así como otros negocios mediante los cuales se blanquea el dinero procedente de la explotación sexual y en los que trabajan otros miembros de la organización investigada, tales como una pizzería y un gimnasio, donde también se trafica con sustancias anabolizantes prohibidas.

Registros en domicilios, un club de alterne, pizzería y gimnasio

Fruto de la investigación, llevaron a cabo un total de 10 registros en los domicilios de los sospechosos y en los locales que también regentaban los componentes de la organización, tales como un club de alterne, un gimnasio y una pizzería, ubicados estos últimos en la ciudad de Caspe.

En estos registros intervinieron armas largas, un arma corta con su munición, multitud de anabolizantes, más de 25.000 euros en efectivo, equipos informáticos y documentación relevante para la investigación.

Captación de las víctimas

La forma de captar a las víctimas en la rama asentada en Caspe es la conocida como “LoverBoy”, consistente en que un hombre de la organización asentado en el país de origen de las futuras víctimas, se encarga de “engatusar” a las mujeres hasta conseguir que seasn sus parejas sentimentales y convencerlas posteriormente para que viajen a España prometiéndoles un puesto de trabajo en hostelería.

Una vez convencidas, esta persona les facilita todo lo necesario para llevar a cabo el viaje a nuestro país, donde les esperan otros miembros de la red para trasladarlas hasta un domicilio donde les comunican la deuda contraída y la actividad que debían desarrollar para saldarla, amenazándolas con daños personales si no lo hacen. Pasado un tiempo el encargado de captar a las mujeres regresa a España con el cometido de controlar la actividad que realizan e incluso llegando a agredir físicamente a alguna de ellas.

En otro escalón se encuentran los encargados de gestionar el dinero obtenido en otros locales de la organización para blanquear el dinero obtenido tanto en la prostitución como en el tráfico de drogas y anabolizantes, cuya venta la realizan en los propios locales.

Cabe destacar que el cabecilla de la red, asentado en el término municipal de Caspe, era el encargado de supervisar la actividad de esta organización. Una persona que guardaba fuertes medidas de autoprotección, tanto portando armas como, con personal a cargo de su seguridad, manteniendo un férreo control de todos los locales y de sus trabajadores.

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