La importancia de invertir en seguridad: una reflexión como ciudadana y policía

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Un artículo de Olga Maeso para h50.es

Hace unos días vi una película de carreras de coches de los años 60. Me impactó la velocidad a la que iban los pilotos y cómo, si se salían del circuito, las probabilidades de sobrevivir eran prácticamente nulas. En esa época, ni siquiera existía el cinturón de seguridad.

Con el tiempo, la invención del cinturón y otros avances, como el casco y los vehículos más seguros, redujeron las tasas de mortalidad de 3 o 4 muertes por temporada a casi inexistentes. Esto me lleva a una pregunta fundamental: ¿No merece la pena invertir en seguridad? ¿No merecemos todos regresar a casa sanos y salvos para abrazar a nuestros seres queridos?

Hace unos meses, Sara, de la Asociación NCXB (Nuestro Corazón por Bandera), me contactó. Esta organización, formada por familiares de miembros de los Cuerpos de Seguridad del Estado (FCSE), trabaja para visibilizar las carencias y necesidades de quienes arriesgan su vida por la sociedad. La asociación nació de un profundo dolor: los trágicos asesinatos de Barbate.

Cansados de las precarias condiciones laborales que enfrentan a diario nuestros compañeros, estos familiares decidieron unirse para exigir un cambio. Del dolor nació la fuerza, y de la unión, la valentía para reclamar justicia y condiciones dignas para quienes nos protegen.
Mientras hablaba con Sara, no podía dejar de pensar en los compañeros de Barbate, en el sufrimiento que esa tragedia nos dejó a todos, en el dolor de sus familias y en la indignación que a muchos nos invade. ¿Acaso una inversión adecuada en material no habría podido evitar esa tragedia? ¿Qué habrían dado esos compañeros por unos minutos más de vida, por un abrazo más con sus hijos, con sus parejas? Lo habrían dado todo.

Sara me transmitió su dolor, un dolor que compartimos, pero también su firmeza y determinación: “No vamos a quedarnos de brazos cruzados esperando que esto le pase a alguien más”. Y no están solos. Miles de personas se han unido a esta causa, exigiendo un cambio real. Yo las apoyo y las admiro profundamente.

¿Cómo no hacerlo, si su único objetivo es que quienes se juegan la vida cada día por protegernos también puedan regresar a casa para abrazar a los suyos? Pero para que las cosas cambien, necesitamos algo más: el apoyo de todos. Cambiar es posible, pero solo si caminamos juntos hacia un futuro más seguro.

La seguridad del policía es la seguridad de la sociedad

Si lo pensamos bien, todas las profesiones han evolucionado para garantizar la seguridad de sus trabajadores. Sin embargo, hay trabajos como el nuestro, el de policía, que enfrentan riesgos constantes y que deben adaptarse al cambio al ritmo de la sociedad.
Lo que antes funcionaba ya no es suficiente. Afortunadamente, contamos con especialistas que evalúan necesidades, elaboran informes y proponen soluciones. Pero esas propuestas necesitan el respaldo de la inversión adecuada para hacerse realidad.

La formación continua, el material necesario y un sueldo acorde al nivel de riesgo son pilares fundamentales para que cualquier hombre o mujer que vista un uniforme pueda acudir en auxilio de quien lo necesite y, al mismo tiempo, regresar a casa sano y salvo.
Cuidar de quienes nos protegen no es solo un acto de justicia, sino también una forma de garantizar su dedicación diaria. Como ciudadana, quiero que mi familia pueda pasear tranquila por las calles. Y si algún día ocurre algo malo, espero que haya policías capacitados, con los recursos necesarios, para resolverlo de la mejor manera posible.

Los pilares de una sociedad civilizada

Siempre he creído que la educación, la sanidad y la seguridad son los tres pilares de una sociedad civilizada. Estos pilares sostienen el bienestar y la tranquilidad de nuestras comunidades.
Aspiro a que, algún día, esta asociación deje de ser necesaria porque habremos logrado garantizar que nuestros policías cuenten con material adecuado, formación de calidad y un sueldo justo, acorde con una profesión de alto riesgo.

Preguntas que todos nos deberíamos hacer

  • ¿Nos gustaría trabajar en un empleo de riesgo sin los recursos necesarios?
  • ¿Aceptaríamos que, después de arriesgar la vida frente a una persona armada, alguien dijera que nuestra profesión no es de riesgo?
  • ¿Permitiríamos que otra persona, realizando las mismas tareas de riesgo, cobre más que nosotros?

Estoy segura de que todos, independientemente del sector en el que trabajemos, responderíamos con un rotundo NO.

Si adaptamos estas preguntas a las necesidades actuales—material, formación, sueldo justo y reconocimiento como profesión de riesgo—, el resultado sería una sociedad más segura, con profesionales valorados, respetados y preparados para afrontar cualquier desafío.

 Una realidad que está cambiando

No hace falta ser policía para darse cuenta de que la sociedad está cambiando. Las noticias nos muestran imágenes alarmantes de violencia extrema.
El uso de armas de fuego o cuchillos, que antes eran excepcionales, se está normalizando. Para mantener una sociedad segura, la policía necesita recursos adecuados. Eso es lo único que se pide: lo necesario para seguir haciendo bien nuestro trabajo.

 

Cómo puedes apoyar esta causa

Cualquier acción individual cuenta. Por eso, os pido que apoyéis esta causa, que beneficiará a todos, a corto y largo plazo.

Si deseas colaborar con la Asociación NCXB, puedes hacerlo escribiendo un correo a: asociacion@nuestrocorazonporbandera.es

Cuidar de quienes nos cuidan es la clave para una sociedad más segura y justaGracias por vuestro tiempo.

Olga Maeso

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