Rafa Cádiz*
Eso indica Ley Orgánica 2/1986, de 13 de marzo, de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, artículo 5 (Principios Básicos de Actuación) en su apartado 4, refiriéndose a la Dedicación Profesional.
Y de ello hizo gala un agente de la Guardia Civil que estando franco de servicio en la localidad de Torrox (Málaga), escuchó un golpe importante en la travesía (una carretera nacional muy concurrida).
Al personarse en el lugar, observó como una chica de unos 15 años, se encontraba tirada sobre el asfalto de la travesía, con un casco de moto y junto a un ciclomotor destrozado; y más adelante un turismo detenido con los cuatro intermitentes puestos.
Gracias a la formación recibida tanto en su institución como de manera privada, agente mantuvo la calma en todo momento y de manera natural: aseguró la escena, tanto para la víctima como para él, procediendo inmediatamente a valorar el estado de esta, teniendo constantes normales aunque pudo observar dos hemorragias, una en el tobillo y otra en el brazo, que aun sangraban, por lo que solicitaron la asistencia de unidades policiales y recursos sanitario.
Mientras estos llegaban, el agente, limpió las heridas con agua y vendó estas para cohibir las hemorragias con una venda que tenía en su EDC (“Every Day Carry”); comprobando que los vendajes cumplieron su propósito y cohibieron completamente las hemorragias.
Asegurada la escena y la víctima, que ya se encontraba en compañía de su padre, el interviniente controló al conductor del turismo, requiriéndole la documentación e informándole de su obligación de permanecer en el lugar.
Tras lo anterior, se quedó custodiando la escena y controlando a las personas que se habían congregado allí, además de calmar a los padres de la chica de 15 años que estaban bastante nerviosos.
Posteriormente se personaron en el lugar indicativos de Policía Local de Torrox, Guardia Civil y una ambulancia medicalizada para continuar con las actuaciones iniciadas por este agente, al cual agradecieron su intervención, como también lo hicieron los padres de la víctima.
Una intervención finalizada con éxito, que aunque pudiera parecer banal, lleva el sello de los que dicta la dedicación profesional: “Deberán llevar a cabo sus funciones con total dedicación, debiendo intervenir siempre, en cualquier tiempo y lugar, se hallaren o no de servicio, en defensa de la Ley y de la
seguridad ciudadana”.