Estrategias de prevención de adicciones en adolescentes y preadolescentes

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La adolescencia y la preadolescencia son dos etapas en la que las personas son especialmente sensibles a las influencias externas que les empujan a tomar ciertas decisiones. Y entre esas influencias externas, hay algunas que pueden aumentar el riesgo de que los chicos desarrollen adicciones, tanto a sustancias como psicológicas.

Para evitarlo, y según nos explican los responsables de Madicct, un centro adicciones cadiz, es conveniente desarrollar estrategias conjuntas de prevención por parte de las familias, de los centros educativos y de la sociedad en general. Las claves para hacerlo son las que siguen:

Fomentar la comunicación y el vínculo familiar

Uno de los mejores escudos contra las adicciones es que los adolescentes y preadolescentes mantengan una relación estrecha y de confianza con sus padres o tutores.

La comunicación abierta, el establecimiento de límites razonables y la confianza permiten a los jóvenes manifestar libremente sus inquietudes y preocupaciones, algo que facilita enormemente las labores de orientación, apoyo y consejo de sus padres y tutores.

En este sentido, no debe olvidarse que un apoyo familiar adecuado evita que los jóvenes busquen ayuda o consuelo externo en aquellos grupos ajenos a la familia que pueden abrirles las puertas de entrada al peligroso universo de las adicciones.

Educar acerca de los mecanismos de la adicción y sus efectos negativos

También es imprescindible que los adolescentes comprendan lo fácil que es desarrollar una adicción y las consecuencias del consumo de drogas y de ciertas conductas adictivas, caso del juego o de la participación activa en redes sociales.

Las charlas educativas, los documentales y los testimonios reales de personas que han sido adictas son las herramientas que les ayudarán a desarrollar una conciencia crítica sobre los riesgos de las drogas y de las actividades adictivas.

Implicar a los jóvenes en programas y actividades que les enseñen a mejorar sus habilidades sociales y emocionales

El control emocional y la capacidad para enfrentarse a la presión social son las mejores armas de prevención de adicciones. A este respecto, existen programas escolares y actividades extracurriculares específicamente diseñados para enseñar a los más jóvenes a:

  • Resolver sus conflictos
  • Gestionar el estrés y la ansiedad
  • Mejorar su autoestima

Esto es especialmente importante, puesto que los conflictos personales o emocionales, la ansiedad y una baja autoestima son el cóctel ideal para que los más jóvenes busquen una vía de escape en actividades o sustancias que pueden conducirles a desarrollar una adicción.

Tres errores que deben evitarse

En adición, conviene no incurrir en estos errores típicos:

Autoconvencerse de que no es posible que un hijo caiga en una adicción

Confiarse es una postura poco responsable. Las estrategias de prevención de adicciones deben aplicarse de manera universal, independientemente de cuál sea el entorno social, el nivel educativo y la personalidad del joven.

Emplear el miedo irracional como estrategia preventiva

Exagerar o dramatizar los riesgos sin argumentos convincentes es una manera de generar rechazo o desconfianza en los hijos. La información facilitada debe ser siempre objetiva y racional.

Ser demasiado permisivo o demasiado estricto

Ni la falta de límites ni el exceso de control ayudan a prevenir las adicciones. Encontrar el equilibrio es la única manera de que el adolescente o preadolescente aprenda a tomar responsablemente decisiones propias.

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