
En el contexto político actual de España, ha surgido la hipótesis de que ciertos sectores de trabajadores inmigrantes legales podrían mostrar un apoyo masivo electoral a partidos de «la derecha». Esta corriente, aunque aparentemente paradójica, responde a sentimientos de indignación hacia la llegada de compatriotas por vías irregulares y su vinculación con comportamientos delictivos, según perciben algunos colectivos. Se trata de un volantazo electoral que ya se ha experimentado en anteriores elecciones como las de EEUU donde el apoyo de la clase obrera inmigrante fue decisiva para que Trump tomase las riendas del país norteamericano.
¿Cómo es el perfil del inmigrante votante potencial?
– Residentes en España con situación regularizada (NIE, nacionalidad española, etc.).
– Trabajadores estables, especialmente en sectores como construcción, hostelería y cuidados.
– Con valores de esfuerzo, legalidad y meritocracia como base identitaria.
– Frustración frente a la estigmatización que genera la delincuencia de una minoría entre sus compatriotas.
Factores desencadenantes de la indignación
– Percepción de injusticia al haber cumplido trámites legales mientras otros acceden por vías irregulares.
– Miedo al aumento de estereotipos negativos que afectan su integración.
– Rechazo a la falta de control migratorio y a políticas que consideran laxas.
– Búsqueda de orden, seguridad y reconocimiento del mérito propio.
Atracción hacia partidos conservadores
A pesar del discurso firme contra la inmigración irregular por parte de líderes de perfil conservador, algunos inmigrantes legales podrían sentirse atraídos por:
– Propuestas sobre control fronterizo y expulsión de delincuentes extranjeros.
– Promesas de restauración del orden y seguridad ciudadana.
– Narrativa que diferencia entre «inmigrantes legales trabajadores» y «ilegales conflictivos».
Consideraciones sociopolíticas
– Este fenómeno no representa necesariamente una tendencia generalizada, pero sí un nicho emergente.
– Puede provocar tensiones internas en comunidades migrantes.
– Vox ha matizado algunos mensajes para captar votos sin excluir totalmente al inmigrante integrado.
– Otras fuerzas políticas también han comenzado a adaptar su discurso sobre inmigración para no perder base electoral.
La posibilidad de un giro del voto migrante de partidos de izquierda a formaciones conservadoras no se basa tanto en ideologías extremas como en reacciones humanas frente al miedo, el esfuerzo no reconocido y el deseo de proteger su estatus ganado con sacrificio. Esta dinámica refleja lo complejo de la identidad política en contextos de migración y la importancia de abordar el debate desde el respeto, la empatía y la justicia.










