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El Obispo, EUROVISIÓN y otras noticas de asco

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Manuel Avilés*

Esta mañana, tenía programa de radio con Luz Sigüenza, despojada del primer lugar en mis amores, en mis sueños, en mis anhelos, en mis tentaciones contra la castidad y en mis pecados contra todos los mandamientos posibles – véase catálogo de Monseñor Reig Pla-. He ido a hacer el programa con ella, un lujo asiático para todos los sentidos: maestra de la radio, voz inigualable, espectáculo visual, táctil y auditivo incomparable. Hemos hablado con un abogado venezolano que ha escrito un libro extraordinario sobre una expedición española en los inicios del siglo XIX. Expedición militar a Venezuela, para aplastar a la disidencia venezolana que encabezaba Simón Bolivar, al que llaman el libertador. Esta preciosa novela histórica narra las aventuras de El pacificador, un general chusquero  –  chusqueros son los que ascienden a base de chuscos, como mi cuñado Plinio-. Este chusquero, Pablo Morillo, se fue para Sudamérica a pacificar a aquellos levantiscos independentistas porque el gran traidor Fernando VII quería  despistar la atención de los súbditos, pisarles el cuello  e instalar el absolutismo más fascista   – antes de que el fascismo se inventara- porque por muy tonto que fuese, sabía de sobra que era incontrolable, para una España pobre y mil veces vendida por sus gobernantes, un imperio de millones de kilómetros cuadrados, con diez mil soldados y unos pocos barcos por muy chusquero y arrojado fuese el general Morillo. Elgran traidor tenía una camarilla, un equipo de marketing que ya habrían querido todos los presidentes del gobierno que conozco. Vivía a cuerpo de rey en la Francia napoleónica y vendía aquí que estaba secuestrado, vendió el país al general y vendía que nos habían invadido los franceses, era el deseado y se arrastraba ante Napoleón felicitándolo por sus victorias militares en España. Un auténtico hijo de puta diría don Quijote.

Hemos disfrutado con las andanzas del general, con la expedición pacificadora – Fernando Traidor VII estaba descansando y sinvergonzoneando en su palacio-  y con el libro que se presenta en el Real Casino Liceo el día 30. Recomiendo vivamente la lectura.  He tenido que pasar la fregona dos veces después por el estudio de radio, con una Luz inmensa, de lo que he babeado, aunque su lugar en mis sueños y en mis pecados diurnos y nocturnos lo ocupe, forzosamente, el amor de mi vida que no me hace ni caso y me pone los cuernos con su marido, porque hay  mujeres que piensan que vale más un papel firmado por lo eclesiástico, por civil o por lo criminal, que la pasión que se desata con la visión solo de un pelo suelto, un tirante caído o un botón que se desabrocha disimuladamente. ¡Ay, señor, llévame pronto antes de que apuñale a Miguelito por no dejarme entrar a vestirla en todas las galas que hace del comercio, de libros o de bomberos!

Leo la prensa, oigo la radio, veo telediarios como corresponde a mi condición de anciano desocupado. En todos los sitios se le tiran al pescuezo a ese obispo ultra derechista y carca por sus afirmaciones. Reig Pla. Dice el elemento como afirmación pedagógica y pastoral para su grey de corderos, vestido con su mitra y todos sus capisallos, dice que la discapacidad es un desorden de la naturaleza vinculado con el pecado. O sea que si un niño nace con el cromosoma veintiuno triplicado es porque hay un pecado causante de esa trisomía. Este señor está al nivel de los que quemaron a Giordano Bruno o los que querían quemar a Galileo. No es suya la culpa, no se cabreen con el abuelo que ya mismo – como yo y como tantos miles- estará para peinar muñecas. Sigue la doctrina bíblica cien por cien. Lo mismo que cuando dice que los homosexuales van al infierno. En el colegio claretiano estaban avisando todos los días con el asunto de lo que aquellos curas llamaban amistades particulares, o sea mariconear, que yo entonces ni tenia idea de lo que eran esas amistades. Con el infierno y la condenación eterna me amenazaban todos los días para educarme. Es un clásico. En relación con el pecado y la discapacidad, este abuelo medio gaga, disfrazado con gorro de pico no ha dicho ninguna cosa nueva. Lean ustedes, cojones, que no leen nada. El Evangelio de San Juan cuenta cómo Jesús vio  un ciego de nacimiento y le preguntaron quienes iban con él, refiriéndose a la causa de la ceguera: ¿Quién pecó él o sus padres?  O sea que no se metan con el abuelo del gorro de pico  porque está con la doctrina de siglos. Lo que pasa es que las religiones, en tanto que ideologías se adaptan a los tiempos y eso hace que cambien el discurso si algo no interesa. Los curas perseguían el mariconeo mientras ellos le metían mano a los niños o tapaban a los curas que lo hacían, pero ahora llega Francisco y dice que él no es nadie para condenar al hombre que ama a otro hombre. A esto le llaman aggiornamento y yo le llamo falsedad y adaptación para sobrevivir. Pura política que dice una cosa y luego su contraria según le convenga. La ciencia es otra cosa. La ley de la gravedad, la manzana que cae en la cabeza  de Newton, es así aunque no le guste a la ministra de igualdad o al ministro del interior, aunque Irene de Podemos o María Jesús Montero le pongan pegas. La manzana te da en la cabeza si cae y tú estás bajo el árbol. Es lo que hace distinta a la ciencia de las ideologías. Los políticos y los curas no son científicos.

No he visto eurovisión desde que Massiel cantaba el LaLala. Me importa un rábano si canta Melody, si canta la que repetía mil veces algo de Zorra, o si una gitana del Sacromonte se pregunta por quien maneja su barca. No veo eso.

Sánchez habla de echar a Israel de Eurovisión. Eso es como poner una tirita a quien ha sufrido una puñalada en el corazón. Netanyahu es un criminal de guerra y occidente mira  y no hace nada.

Cierto. Hamas ataca y hace daño. Terrorismo. Israel responde y multiplica el daño por mil. Terrorismo elevado a la enésima potencia. Nadie se pone de acuerdo en la definición de terrorismo porque , para todos, el terrorista es el contrario. Un esquema terrorista es invariable: la acción-reacción. Tú golpeas, yo golpeo y eso me autoriza a seguir golpeando en una espiral inacabable. Israel se está comportando como se han comportado con él en todos los lugares de la tierra durante siglos, desde los reyes católicos a los pogromos rusos o a los genocidios nazis. La víctima se convierte en victimario, aprende la conducta rápidamente. No se puede andar con paños calientes si uno no quiere ser cómplice del genocidio. Imaginen la provincia de Alicante, con dos millones de habitantes como Gaza, bloqueada, sin comida, con los bebés muriendo de hambre y constantemente bombardeada. Eso esta pasando al otro lado de la playa del Postiguet, de las playas de Benidorm o de Torrevieja. Nos bañamos en un mar lleno de muertos. El hombre, lobo para el hombre.

Manuel Avilés, escritor y director de prisiones jubilado, columnista de h50 digital

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