El código penal como juguete político: malversación, sedición y ley del “solo sí es sí”

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Cualquier cambio en el código penal puede tener consecuencias muy graves, sobre todo para las víctimas.

La reforma del código con la ley del “solo sí es sí” supone una revisión de oficio de muchas condenas impuestas a violadores y agresores sexuales. En muchos casos, lo estamos viendo, acaban en reducción de penas. La ley penal es irretroactiva si es desfavorable al reo y retroactiva si le benéfica. Y esta ley beneficia a los violadores, agresores y antiguos abusadores sexuales. Los jueces están obligados a revisar condenas.

La reforma se anunció a bombo y platillo, buscando un rédito político, practicando un activismo radical e ideológico, sin meditar las consecuencias.

No aportaba nada en líneas generales, tan solo eliminaba un término, el de abuso sexual y reducía penas. Detestado por el más rancio radicalismo activista porque era el empleado y tipificado en el caso de Pamplona, aquellos delincuentes sentenciados sevillanos que violentaron la libertad sexual de una joven.  El activismo político se presentó como el salvador, “no es abuso es violación” sacaron pancartas a las calles e insultaron a jueces y  estas son las consecuencias. En breve verán revisada su condena.

Ahora quien sufre son las víctimas, las mujeres que fueron violadas y ultrajadas por delincuentes sentenciados que ven cómo se reducen condenas. ¿Y ahora qué Sra Montero?

Del mismo modo pasará con la modificación del delito de malversación o la eliminación del delito de sedición. Cuando algo funciona y lo hemos visto, no es necesario modificarlo. Y si se reforma, debería realizarse desde la meditación y estudio profundo, no desde una visión política, el amiguismo y la rentabilidad.

Todos somos víctimas y pagaremos las consecuencias de esta deriva autoritaria.

 

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