Dos presos de ETA salen de prisión en menos de 48 horas

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Durante la tarde de este viernes, Sabino Usandizaga Galarraga se ha convertido en el último preso de ETA en disfrutar de su libertad después de abandonar la prisión de Córdoba. Su liberación se producía en menos de 48 horas después de que Oier Goitia fuese liberado y homenajeado por todo lo alto en Galdácano.

Usandizaga era detenido en 1997, como miembro del “comando Bellotxia” tras el secuestro del funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara. Dos años después una sentencia dictada por la Audiencia Nacional en 1999 le condenaba a 26 años de prisión, por el atentado perpetrado el 13 de mayo de 1985 que acabó con la vida del guardia civil Francisco Arias Cuadrado, en Mondragón.

A pesar de los más de 200 años que sumaban las distintas penas contra Usandizaga, la Audiencia Nacional fijó un tiempo máximo de cumplimiento de 30 años y ha quedado en libertad incluso tres años antes de lo previsto.

El colectivo Exterat difundía una imagen de varios familiares de “Xabin” que acudieron a las puertas de la prisión cordobesa para darle la bienvenida. La propia plataforma calificaba a esta persona como “preso político”.

Pocas horas antes de la salida de Usandizaga, el integrante del comando “Buru-Hauste”, Oier Goitia, que actuó en Madrid durante los años 2000 y 2001, pisaba la calle recién abandonada la prisión de Topas.

El terrorista cumplía la condena de 10 años de prisión a la que fue condenado en 2010 por depósito de armas y municiones. Fue detenido en mayo de 2005 y era uno de los encargados del aprovisionamiento y adquisición de material electrónico, armas y documentación falsas para la banda terrorista ETA.

La Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) mostró su indignación por los esperpénticos homenajes a “célebres etarras” y exigió a la Delegación del Gobierno en el País Vasco que impida que se reproduzca celebraciones como la de este jueves, cuando se homenajeó por todo lo alto en Galdácano (Vizcaya) a Oier Goitia. El etarra fue recibido entre vítores por decenas de personas que le rindieron pleitesía haciéndole un “pasillo” en plena calle.

La AVT apeló al artículo 61 de la Ley 29/2011, que obliga al Estado a asumir «la defensa de la dignidad de las víctimas, estableciendo la prohibición de exhibir públicamente monumentos, escudos, placas y otros objetos o menciones conmemorativas o de exaltación […] del terrorismo».

 

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