
Cada 2 de octubre se celebra en España celebra el Día de la Policía Nacional, una jornada dedicada a reconocer la labor de los agentes que velan por la seguridad ciudadana, el orden público y la protección de los derechos fundamentales. En ciudades de todo el país, se organizan actos institucionales, desfiles, exhibiciones operativas y ceremonias de entrega de medallas al mérito policial. Sin embargo, entre festejo y festejo una tupida cortina trata de ocultar una batería de reivindicaciones históricas de la que los agentes siguen a la espera sin ninguna esperanza de cumplirse a corto plazo.
Celebraciones y exhibiciones
Los eventos suelen incluir:
- Actos oficiales presididos por autoridades locales y nacionales.
- Demostraciones operativas de unidades especiales como los GEO, guías caninos, TEDAX o caballería.
- Jornadas de puertas abiertas en comisarías, donde los ciudadanos pueden conocer de cerca el trabajo policial.
- Reconocimientos a agentes destacados por su servicio, valentía o trayectoria.
Estas actividades buscan acercar la institución a la sociedad, reforzar la confianza pública y rendir homenaje a quienes han dado su vida en acto de servicio.
Reivindicaciones pendientes
Bajo el brillo de estas celebraciones, más bien planificadas para mostrar músculo institucional, persisten demandas históricas que muchos policías consideran ignoradas:
- Equiparación salarial: A pesar de avances parciales, los agentes de la Policía Nacional y Guardia Civil siguen percibiendo sueldos inferiores a los de cuerpos autonómicos como los Mossos d’Esquadra o la Ertzaintza, a pesar de realizar funciones similares o incluso más complejas en algunos casos.
- Reconocimiento como profesión de riesgo: A día de hoy, la Policía Nacional no está oficialmente considerada como profesión de riesgo, lo que afecta directamente a su jubilación anticipada, cotizaciones y beneficios laborales. Esta situación contrasta con otros cuerpos europeos que sí cuentan con ese estatus.
- Jubilación digna: Muchos agentes denuncian que, tras décadas de servicio en condiciones de alta exigencia física y emocional, no se les garantiza una jubilación proporcional a los riesgos asumidos. La falta de medidas específicas para facilitar el retiro digno es una constante en sus reivindicaciones.
Sindicatos policiales y organizaciones profesionales de Policía Nacional y Guardia Civil llevan años reivindicando que “no hay nada que celebrar si no se reconocen nuestros derechos”. Las manifestaciones, comunicados y campañas en redes sociales suelen coincidir con el Día de la Policía, buscando visibilidad en un momento de atención mediática.
El Día de la Policía es, sin duda, una ocasión para agradecer y homenajear. Pero también debería ser un momento de reflexión sobre las condiciones laborales de quienes nos protegen. Porque el respeto institucional no solo se demuestra con medallas, sino con justicia salarial, protección social y reconocimiento real.










