La Policía de Turquía ha procedido a la detención de Youness en Naciri, un ciudadano marroquí acusado en España de abusar sexualmente de más de 100 niños, ha reavivado el debate sobre la eficacia de los sistemas judiciales y de extradición internacionales.
Este caso, que involucra una de las mayores redes de pornografía infantil desarticuladas en España, pone de manifiesto las complejidades de la justicia transnacional y las lagunas que permiten a los acusados eludir la ley durante años.
Desde 2019, se encontraba en busca y captura después de haberse fugado antes de un juicio en Tarragona, donde se le acusaba de formar parte de una red que operó durante más de 15 años.
Esta red captaba a menores en situación de vulnerabilidad para someterlos a abusos sexuales y filmarlos, tanto en España como en otros países como Tailandia.
El caso plantea preguntas sobre cómo un individuo acusado de crímenes tan graves pudo permanecer en libertad durante tanto tiempo. En Naciri, junto con otros dos implicados, logró escapar antes del juicio, lo que subraya posibles fallos en los mecanismos de vigilancia y control judicial.
Aunque los otros dos acusados fueron detenidos en 2021, en Naciri permaneció prófugo hasta ahora. Además, su capacidad para moverse entre países y asumir una identidad falsa como refugiado palestino evidencia las limitaciones de los sistemas de control fronterizo y de identificación.
Su arresto en Turquía, gracias a la cooperación internacional, es un recordatorio de la importancia de la colaboración entre países para combatir delitos de esta magnitud.
Este caso no solo resalta la necesidad de mejorar los sistemas judiciales y de extradición, sino también de garantizar que las víctimas reciban justicia y apoyo adecuado. La detención de en Naciri es un paso adelante, pero queda mucho por hacer para prevenir que casos similares ocurran en el futuro.
