Suenan campanas de fondo y no, no son repiques de Navidad, aunque el sonido venga del lejano Oriente. Como un tintineo que empezó a oírse en forma de rumor extraño, este repique, ahora va cobrando sentido, una vez que no les ha quedado otra opción que dar a conocer la melodía.
Una historia que tiene tufo
Aquello tan descabellado como era lo de las supuestas comisarías chinas clandestinas en medio mundo, eso de lo que pocos se atrevían a hablar, ahora parece que ya ni es de desnortados, ni es noticia de última hora, ni nada que fuese desconocido y ocultado, sino que resulta, que esas comisarías u oficinas de control de delincuentes (o como quieran llamarles), no son tan clandestinas.
Según informaciones contrastadas por varios medios de comunicación, parece que, si es cierto que, existen acuerdos entre diversos países, incluso alguno de ellos europeos, para una “colaboración y patrullaje conjunto” entre las policías autóctonas y las del régimen de Pekín (nada que ver con la Cooperación policial internacional que se hace aquí en España). El fin, según las instituciones chinas, es la persecución de potenciales y peligrosos delincuentes, pero la verdadera razón es más bien otra muy distinta.
Las autoridades chinas están promoviendo la expansión de una “policía secreta el régimen”, cuya principal intención es la de localizar, a funcionarios disidentes, a ciudadanos díscolos con el régimen comunista y a todo aquel ciudadano con nacionalidad china que de apoyo y soporte en el extranjero a cualquiera que se pueda relacionar con lo anterior.
Países como Italia, han anunciado algún tipo de acuerdo con China, en referencia a la solicitud de ayuda para dar en su país con aquellos supuestos delincuentes potenciales y peligrosos. En el gobierno italiano ha dado por buenas las explicaciones de Pekín, pues en principio es una colaboración que se viene llevando a cabo con otros países demandantes de ese tipo de ayuda, con la importante diferencia que en estos segundos las garantías democráticas y de respeto de derechos humanos están aseguradas.
¿Con qué preferimos quedarnos, con la versión oficial o con la real?
No estamos sabiendo mirar más allá de lo que supuestamente el gobierno chino pretende, pero buscando una similitud muy cotidiana, diré que “es como si tienes invitados en casa y les permites que te abran los cajones para rebuscar entre tus cosas”.
Las consecuencias vendrán en el futuro, no me cabe la menor duda, la parte superficial de esa curiosa colaboración policial, enmascara a otras intenciones. A nivel de geopolítica o geoestrategia, es un error dar manga ancha a que supuestos policías realicen indagaciones e investiguen entre nosotros casi sin límites.
La punta del iceberg apenas asoma, el minúsculo montículo de hielo, guarda debajo de la superficie una gigantesca masa que si no podemos verla a simple vista, en cierto modo sí que podemos la intuir, con lo cual, cualquier consecuencia posterior, podría prevenirse.
Sigan haciéndose los ciegos y los sordos, y cuando quieran darse cuenta de la realidad, será demasiado tarde, pues ya es sabido como terminan estas cosas.
“Que luego no vengan diciendo que esto eran cuentos chinos”
