Capos, registros, cadáveres ambulantes

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Manuel Avilés*

No me cabe un título tan largo, pero yo quería haber metido en él un nuevo orgasmo en la montaña. Moto, curvas,  unas cervezas, unos amigos belgas que me encuentro  – también moteros- y con los que comparto lo que parece que va a ser una  relación eterna  – sin mariconeos- y mi chica…, la de la boca de seda y la piel suave, tersa y fresca como una mañana de abril  -poético me ha puesto el amor-. Mi chica la de la mirada iluminadora y los besos que son pura terapia. La que genera y contagia paz, relax, felicidad. La que me ha hecho cambiar el concepto de las mujeres interesadas, ávidas de nómina, como buitres leonados que responden al concepto de Fito y los Fitipaldis: conociste a una sirena, de esas que dicen te quiero si ven la cartera llena…Escogiste a la más guapa y a la menos buena. Sin saber cómo ha venido, te ha cogido la tormenta…Mariela, que tenía los ojos verdes y un negocio entre las piernas. Hay que ver qué puntería, no te arrimas a una buena.

Es imposible vivir tranquilo con este revoltillo político en que andamos ahogados. La gente dice: yo paso de política, no me meto en política. Ya querría, pero es que de la política depende todo:  las pensiones, los sueldos, los impuestos, el precio de la gasolina, la atención médica. Todo es política.

Ando sumergido en el totum revolutum  social-puigdemonico, aunque no pierdan de vista a podemitas, sumandos,  rufianes, penueveros y bildustos. Sumergido hasta mucho más que las trancas y el pescuezo, no consigo sacar la cabeza. Desde mi casa he oído algún trompetazo, silbatos y aplausos entusiastas. ¡Hostias!  – pienso- hay manifestación de jueces. Efectivamente, vean las dos fotos que he hecho. Han leído un comunicado firmado por varias asociaciones judiciales. Se quejan, rechazan de plano la politización de jueces y fiscales que pretende el sanchismo. Parece, por lo que he oído que quieren meter de calvote, a mil trescientos interinos, que preparan una academia de preparadores  – prácticamente catequistas aleccionadores- se aproxima una rebaja del conocimiento para acceder a este trabajo tan necesario y especial. Bien es cierto que, hasta ahora y por lo que conocemos, un señor aprueba una oposición y se convierte en un poder del estado. Esa oposición, larga y costosa, esta vetada a quien no tiene una cartera para hacer frente a los años de estudio. Luego estos puestos de alta sociedad solo perpetúan los puestos de élite a la gente de élite. Es una manera de mantener la división social inamovible. Pero… otra cosa es colocar a los amiguetes y defender que solo los de las mismas ideas, los colegas, los cercanos al grupo, pueden optar a esos puestos. Ya estamos otra vez en la Criminología Crítica: las normas, y las instituciones y sus reglas de acceso las hacen los poderosos con el fin primero de permanecer en el poder.

Una vez más, se evidencia un gran desastre en el estado de Derecho  – normas no generales, no para el bienestar general sino para el de quienes las dictan- que yo vengo denunciando hace años. Hasta en Bélgica, en Europa, hablan de Autoamnistía, por negociar ese enjuague jurídico con los que se iban a beneficiar  de él. ¿Cómo es posible ser imparcial al dictar una norma de la que soy el principal beneficiario?

Este desastre del estado de Derecho se ve con claridad   – aunque la economía lo disfrace porque parece que va bien-  porque el principio de Igualdad y el de la carga de la prueba andan por los suelos, embarrados por las teorías super hiper ultra feminazis.

Partiendo de que cualquier hombre que agreda a una mujer merece unas hostias bien dadas, lo mismo que cualquier mujer que agreda a un hombre, porque hay mil maneras de agresión y yo soy feminista como me he proclamado también mil veces. Pero no todas las mujeres son buenas, legales, amorosas y respetuosas. No todas las mujeres dicen siempre la verdad, porque toda generalización proclama siempre una falsedad.

Veo discutir a Sánchez y se faja con Feijoo  – esto es un trabalenguas Feijoosefaja o FajandoseconFeijoo-. Feijoo tiene que ser más listo a o cesar inmediatamente a todos sus asesores y cambiarlos por alguno que tenga una mínima visión de la jugada. Si tú le dices a Sánchez capo, lo que significa líder de organización mafiosa o de banda de crimen organizado, él te va a saltar al cuello inmediatamente con tu foto en el barco con el narco Dorado. Da igual de que Sánchez esté mandando ahora y tu foto con Dorado sea de cuando estabais haciendo la mili. No des pie a que el otro tenga la jugada hecha desde el primer minuto.

Tú, por ejemplo, Feijoo. Montas un número en Alicante, comida, aplausos, abrazos eléctricos y tarimas con micrófono. ¿Quién te ha escrito el discurso? ¿El enemigo mismamente? Mazón es un cadáver al que solo falta estudiar la forma de enterrarlo sin que haga demasiado ruido. Tú no puedes  – Feijoo, cambia de asesores. Veta Koldo, pero cambia de asesores- no puedes, en el estrado hablar de que Mazón  – cadáver irreversible- va a liderar la reconstrucción y no puedes, jalearlo diciéndole bien Mazón o bien, Presidente, buen trabajo. ¿Quién te ha escrito eso para que lo digas en público?  La gente, en la calle culpa a Mazón de los doscientos y muchos muertos y, aunque ahora queráis compensarlos con los protocolos de la vergüenza de Ayuso, le das en bandeja los argumentos en tu contra. Cambia de asesores, Feijoo, y a los que eches, por tuercebotas, quítales el sueldo de los últimos dos meses. ¿Cómo se les ocurre poner tu manifestación debajo del piso de Jessica? Tu vete a Colón, como siempre, que se van a creer que las estas jaleando y ya tienes a Oscar y Oscar, a los dos, diciendo que  la manifa ha sido una ruina porque Jessica ni ha salido a saludar.

Yo estoy enfrascado en dos memorias porque soy consciente de que inútil y jubilado, anciano comido por la decrepitud y luchando para llevar a cabo un salto del tigre medianamente decente con el amor de mi existencia, la mujer de la boca de seda, si no me entreno, si no activo las neuronas, si me pongo a ver telebasura, me mato yo solo a gatillazos y me arruino física, psíquica y espiritualmente.

Yo estoy dedicado a las memorias de Joaquín Galant, diputado constituyente, demócrata cristiano que firmó la constitución del 78 y que condujo al país del franquismo a democracia, mientras yo hacía la mili en el Ferral del Bernesga . Ando con esas memorias y con las mías propias, que quiero que prologuen Juan Alberto Belloch y Juan Eslava Galán, dos hombres sabios, que no han mentido nunca, que yo sepa, y que no tienen necesidad de decir que lo blanco es negro o viceversa. Mis memorias. Cuarenta años de cárcel con narcos, asesinos, terroristas, estafadores, corruptos y chorizos de toda laya. Esos que no han visto nunca de cerca tantos criminólogos de salón que pontifican en tantos programas sin tener ni puta idea.

Pues ayer, no pude evitar ver a Ábalos con una camiseta de esas que me compro yo en el mercadillo de Babel para ir elegante. Orlando. Usa. Decía la camiseta. No sé qué  es lo que tiene Orlando para ser usado.

La guardia civil había entrado en su casa y después de diez horas había salido con unas cajas. Aquello estaba petado de periodistas y el tío, tras el registro y la recogida de enseres, salió a la puerta como si hubiera estado toda la mañana haciendo Tai Chi o Pilates, que yo no sé cuál es el más relajante. ¡ Qué dulzura, que cara de felicidad, qué agradecimiento a la amabilidad de los registradores!  Parecía que se había tomado media tortilla de tranquimazin. Se acabó el orgullo de la política, se acabó ese empoderamiento  del que se cree invulnerable. A mi, que he sido etarrólogo y me fijo mucho, aunque parezca gilipollas, me da la impresión de que hay uno o varios ases debajo de la manga. Este tío tiene un pacto secreto, un blindaje   – ya estuvo en las listas después del defenestramiento y recuerden que por un puesto de salida en una lista, se mata, se deja a la mujer, a la novia y hasta a la suegra, si es menester-. Este hombre, con esa cara de paz y de agradecimiento a los picos por registrarle la casa, tiene una seguridad que o viene de alguien muy alto o es que ha hecho la cursillos de cristiandad y piensa entrar como monje benedictino en cualquier momento.

No nos dejan escribir, no nos dejan andar en moto para disfrutar de la pensión después de tantos años puteado. No nos dejan un momento de relax con la chica estratosférica con la que es imposible no soñar. A ver si es posible relajar este revuelto demoníaco.

Manuel Avilés, escritor y director de prisiones, columnista de h50 Digital

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