Aumentan los incidentes graves entre internos en las prisiones españolas a pesar de la reducción del número de la población reclusa

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A falta de los datos oficiales de 2021, el sindicato español de trabajadores penitenciarios ACAIP-UGT pone en valor el trabajo que se realiza en los centros penitenciarios, y es que cada vez que se produce un incidente, un trabajador penitenciario debe actuar, muchas veces poniendo en riesgo su propia integridad física.

De ahí una de las reivindicaciones insertas en el conflicto colectivo que se mantiene con la administración es la de que se realice una formación universal a todos los empleados públicos penitenciarios para poder atender estas situaciones de la mejor manera posible. “No se trata solo de una formación en materia de defensa personal, sino también encaminada a la prevención y la resolución pacífica de conflictos”.

El final de 2021 fue  especialmente duro, con sucesos como el fallecimiento de un interno de 19 años, en la prisión de Aranjuez, tras una pelea con otro preso y la paliza que llevó al hospital a otro recluso en Puerto III. En ambos casos, se actuó con celeridad y profesionalidad no pudiéndose evitar el resultado.

Estas situaciones causan gran frustración entre los trabajadores, que ven como la falta de personal y la carga de trabajo burocrático que padecen les impide tener un buen control de todas las dependencias de un centro.

“Es imprescindible que se pueda realizar una correcta separación entre internos y que se aplique el reglamento penitenciario, especialmente, a aquellos internos que presentan un perfil violento”. Para ello, desde ACAIP-UGT reclama que los centros penitenciarios cuenten con las infraestructuras adecuadas, actualmente, muchas prisiones tienen módulos cerrados, lo que provoca que, a pesar de la reducción del número de internos, sigue habiendo un problema de hacinamiento en muchas prisiones que, en algunos caos como Alicante, supera el 150% de su capacidad.

Son muchas las causas por las que se produce un incidente entre internos dentro de una prisión, el primer objetivo de los profesionales penitenciarios es prevenirlos, y, en caso de que se produzcan, actuar para evitar males mayores. Sin embargo, para realizar un trabajo efectivo, es necesario la plantilla suficiente, actualmente hay más de 4000 vacantes, los medios materiales y jurídicos adecuados, y una formación universal enfocada al trabajo que se realiza a diario en una prisión. Todo ello, acompañado de una correcta separación interior de los internos, reduciendo el hacinamiento y poniendo en valor los informes de los profesionales no tomando decisiones en contra de las mismas.

“La administración debe reconocer la labor de los trabajadores penitenciarios, con una retribución acorde a las funciones realizadas y con una reclasificación de centros que se adecue a la realidad actual de las prisiones, la nueva tipología de delitos y los distintos perfiles de los reos”.

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